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    Frío, cruel y sin sentimientos...

     De esta forma es como describen las chicas del sótano a su secuestrador, si les gusto alguna vez... Con todo lo que pasó, ese sentimiento murió. Pero para alguien que fue manipulado mentalmente, no piensa del todo esto... Si ve a su agresor como alguien frío y cruel, pero además de eso cree que lo ama y que daría todo por el, solo le estaba mostrando la realidad de las personas, su miedo por la sangre ya no del todo miedo... Solo un poco de disgusto.

— Bajaremos de nuevo Fred —aviso Gold— Han estado haciendo mucho ruido y es realmente irritante —

— No quiero bajar —se sentiría mal de ver el rostro molesto de ellas después de tanto tiempo y peor, si había huido sin hacer nada.

— Cielo, tu mismo lo viste... Ellas querían dañarte solo por un bote de arroz crudo —acarició la cabeza del menor— Y está bien, en esas circunstancias pierden el sentido y solo ven por ellas... Tú debes ver como yo. Por ti y por mi —

— Tengo miedo de que estén enojadas conmigo —bajo la mirada.

— ¿Y qué si lo están?, ¿Acaso importa?, Ellas son inferiores a ti, supongo que nunca les demostraste quien manda... Pues ahora te ganarás ese derecho a la fuerza —sujeto el mentón de su contrario— Tu eres un príncipe y todos los súbditos deben obedecer a su principe —

— ¿S-soy un príncipe? — su corazón empezó a latir un poco fuerte.

— Si, eso eres y debes hacer a tu gente obedecer... Es una orden de tu rey — con su pulgar le acarició el labio inferior— Incluso si eso significa hacerles daño —

— Gold —

     Se miraron un momento y luego como si las miradas dijeran todo, aceptó ir abajo, Fred como siempre iba tras el albino, tuvieron cuidado al bajar y al llegar las chicas estaban ahí temblando de frío y con su cara notablemente pálida, no habían comido en mucho tiempo y eso es lo que necesitaban.

— Despierten damiselas —el albino aplaudió y las mencionadas alzaron la vista— Hoy tendremos otro espectáculo, esta vez elegí algo más fuerte que un cuchillo, es un pequeño castigo por todo el ruido que han estado haciendo desde hace dias —

— ¡Quiero irme a casa! —grito Lilly— No lo soporto, me quiero ir... Fred maldito bastardo, tu disfrutas de la vida allá arriba y ninguna vez has podido llamar a alguien, ¡Seguro eres su cómplice, maldito bastardo infeliz hijo de puta! —

— Lilly, yo lo he intentado lo juro —su cuerpo tembló, porque nunca hizo realmente algo por ellas, pero intento ayudarlas luchando contra su mente. Aún que desistió.

    Estar aquí era más difícil de lo que esperaba, ver cómo ellas peleaban por su vida era más desesperante de lo que esperaba, recriminaciones y gritos, lo ponían al borde de sus sentimientos. Se mentalizo, tenía que concentrarse en lo que el albino le pidiera.

— Claro que lo ha intentado y al igual que tú y ella, el también recibe un castigo —Gold se acercó a la peliazul— Tu no sabes qué pasa allá arriba, no tendrías derecho a opinar de eso, pero... Cómo para ustedes es tan fácil... ¿Verdad? —

— Muerete y déjame en paz infeliz desgraciado — la de cabellos azules empezó a llorar-— Al menos dame de comer... Me muero de hambre —

— No, ya les di su plato de arroz y se lo acabaron en un momento, si fueran inteligentes lo hubieran racionado —se levanto, fue donde la mesa y tomo un martillo y se lo dió a Fred— Haz lo que quieras —

— Pe-Pero Gold, no puedo... No puedo — intento dárselo de vuelta pero no pudo, apreto el instrumento entre sus manos

— Es una orden, te daré un buen premio después — le sonrió levemente como si no fuera a hacer nada malo.

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora