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    Poco a poco el pelinegro abrió los ojos, quiso moverse pero no podía sus manos estaban atadas a algo al igual que sus tobillos, cuando reaccionó miró al rededor, estaba en el comedor de la casa de Gold, había comida en la mesa, se veía muy apetecible era muy buen cocinero pero las circunstancias no eran las mejores. Miro sus extremidades y estaba atado a la silla, se removió como loco tratando de sacarse inútilmente, se detuvo cuando escucho pasos aproximarse. Estaba realmente asustado de que le hicieran algo.

— La comida aún está caliente mi amor— era el albino quien llegó y le acarició la cabeza.

—¿Que significa esto Gold?, Déjame ir— forcejeo de nuevo.

—Shh, shh— se sentó en la silla aún lado del menor— Se supone que esto no debía salir así, eres tan imprudente e impaciente, pero ya no importa—le acarició el cabello.

—Gold, por favor, déjame ir, no le diré a nadie de esto... De lo que haces... Es más, desaparecerá de tu vida— unas lágrimas amenazaban con salir.

—Es que yo no quiero que te vayas—lo tomo de ambas mejillas y lo obligó a mirarlo—Yo te elegí a ti como mi pareja... Solo quería prepararte para que veas todo esto, es algo pronto lo sé, pero tú personalidad no me dejó trabajar agusto—

—Estas enfermo—no retuvo más las lágrimas y las dejo deslizar por sus mejillas, nadie en su sano juicio no lloraría al estar frente a un asesino— No quiero morir—

—No, claro que no mi amor—le depósito un rápido beso en los labios— No vas a morir, tú no, te amo y quiero que estés conmigo, yo me encargaré de protegerte y adiestrarte—

—Tengo miedo, tengo miedo—murmuro para si mismo.

—Vale, vale, no va a pasar nada, relajate—lo soltó y fue a la cocina, cuando regreso traía un chichillo en manos—Supongo que estás incómodo, esa cinta seguro te lastima—se acercó y corto la cinta adhesiva de sus extremidades dándole movilidad—¿Ya estás mejor?—

—S-Si— si corría ahora no llegaría ni a la sala.

—Aclaremos algo de una vez—se recargo en la mesa con sus manos y parte de su cuerpo—No tendre que amarrarte siempre y cuando tú te portes bien, tampoco te castigarte si obedeces— tomo un plato y le sirvió de la comida que hizo—Esta comida la hize especialmente para ti, esto te gusta así que pensé que sería lindo—

—¿Y Lilly?— apretó sus manos bajo el mantel—¿La vas a matar a ella?—

—No, no la matare— dejo el plato con comida frente al menor—Tù lo haras—

—¿Que?, No, Yo no soy capaz, No puedo— cerró los ojos fuertemente— No soportaría ver sangre, no podria—

—Tranquilo mi amor— se puso entre sus piernas y luego lo cargo desde los muslos— Ya te había dicho que te ayudaría a hacerlo—

—No me hagas hacer eso— puso sus manos en sus hombros y apretó fuertemente— Eso no por favor—

—Shh, Shh,— hizo como si lo arrullara—No pensemos en eso ahora, vamos a cenar, la comida se enfría—lo volvió a sentar en la silla y recorrió está para que pudiera tomar los alimentos de la mesa—¿Te gusta el vino?—el otro asintió y le entrego un vaso con aquel líquido.

    Comieron en silencio, fue algo realmente incómodo, ni siquiera fue algo disfrutable, cuando terminaron Gold se levantó y tomo los platos dejándolos en el lavavajillas, luego jalo del brazo a Fred delicadamente y lo llevo al segundo piso, el menor recordaba haber estado allí pues se había dormido en esa cama antes, fue acostado en ese lugar, tenía miedo mucho miedo de que le hiciera algo.

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora