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    Ya se había arreglado para ir a la casa de Gold, para su buena suerte es que ese día no hubo clases y pasarían todo el día juntos, y conociendo la contraseña, tal vez otro día se colaría al hogar, o eso es lo que planeaba.

   Recibió la dirección por parte del albino, fue al hogar bastante temprano y tocó la puerta, las calles estaban vacías y casi no había coches pero era una zona lujosa con casas bastante alejadas unas de otras, eso le quitaba lo extraño, decidió no tomarle importancia. Tocó el timbre de nuevo y espero, poco después la puerta se abrió.

—Hola Gold—saludo Fred— no quería llegar con las manos vacías así que te traje esto— le entrego unas rosas— Es poco pero je, es un detalle—

—Gracias, adelante, entra, es tu casa tambien— se hizo aún lado para que entrara—dejare esto en agua, acomodate donde quieras—

   Vaya, parecía más amable en su casa que en la escuela, estaba progresando, al principio lo ignoraba y ahora cruzaban miradas por largos tiempos, esto tal vez era a lo que Freddy se refería con el amor, un sentimiento que te hace darlo todo, pues si quería dar todo de el, pero con tiempo claro. Sonrió y miró al rededor, estaba en la sala, los sofás eran suaves y blancos dando un bonito toque, tenía una mesita de café negra, y más adelante tenía una televisión pegada a la pared de gran tamaño, abajo de esta tenía una chimenea y a los lados tenía libros y películas, había buena iluminación y los colores del lugar eran encantadores, era realmente un lugar al que podrías llamar hogar.

—Se ven bien —Gold llegó y dejo las rosas en un florero que puso en la mesa—Bien, aquí está mi computador, hagamos ese trabajo de una vez— se sentó a lado de Fred.

—Si— sonrió.

—Tienes una linda sonrisa, no me sorprende que te veas tan lindo— ¿Le estaba coqueteando?.

—Ja, si, me lo dicen mucho, nadie podría vivir sin mi—puso una mano en su pecho.

—"Así que nadie podría vivir sin ti, ¿Eh?"— pensó aún mirando al contrario— Creo que concuerdo con lo que dices—

—Gracias, pensé que eras más serio y así, eras muy cortante conmigo—

—Estaba estresado y eso me pone de mal humor, así que es por eso pero ya casi resuelvo el problema que tengo— abrió la tapa de su computador.

—¿No te sientes solo estando en esta enorme casa?— miro alrededor.

—No, No me siento solo, a veces estoy aquí u otras veces no— empezó a abrir los archivos necesarios—¿Trabajamos o... Quieres hacer otra cosa?—

—¿Que otra cosa?— a pesar de que la había aplicado antes con alguna chica, que se lo hicieran a él lo dejaba confundido.

—No es nada, olvidalo— le picó la nariz—Ven aquí, vamos a trabajar—

    Se acercaron y empezaron con su trabajo, como el tiempo pasaba, dieron las tres de la tarde y tenían que comer, Gold dijo que iría a preparar algo y que volvería en un rato con algo rico, Fred se quedó en la sala viendo tele, se empezaba a quedar dormido pero un golpe lo hizo reaccionar, al principio no tomo importancia al sonido pero después de otro golpeteo, analizó que venía de abajo, parecía película de terror, al principio trato de ignorarlo pero su curiosidad demandaba ser satisfacida se levantó y trato de seguir los golpes.

   Fue guiado hasta un pequeño cuarto donde en había una puertilla en el piso, supuso que era para el sótano, miró a los lados antes de abrir; la puertilla estaba algo pesada y todo se veía oscuro, no lograba distinguir nada.

—¿Que estás haciendo?— pregunto una voz tras el chico. El azabache soltó la puertilla y está cayó haciendo un sonido algo fuerte.

—¡Joder! Gold me asustaste—puso una mano en su pecho— solo escuché unos ruidos y quise ver qué era, perdón si irrumpi en tu casa— río nervioso.

[ You Are Mine Until Death ] [Historia En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora