Lobo descabezado
Reino de Santlown, ducado de Coltact, condado de Kütterbemg, campamento de Aulelar
Tras su victoria contra el ejército real de Santlown, Aulelar y su Horda estuvieron dos días enteros para saquear los cuerpos de los caídos.
En el momento que el caudillo orco extrajo su hoja del cadáver de su enemigo la moral enemiga se evaporó en unos instantes; en pocos minutos lo que era un ejército que mantenía sus posiciones en una desesperada y carnicera resistencia contra un enemigo impasible se desmoronó. De repente miles de soldados abandonaron sus posiciones huyendo para salvar sus vidas; esa decisión presa por el miedo aisló a regimientos y batallones enteros de infantes que se vieron rodeados y abocados a una muerte cruel y sangrienta.
Por otro lado, Volker Fleischmann, hermano del fallecido rey, se abrió paso junto a los caballeros y recogió el cuerpo sin vida de Oscar para abandonar el campo de batalla mientras gran parte de los caballeros se quedaban para luchar para dar tiempo a la retirada de sus camaradas; los que lucharon con más fuerza fueron las otras órdenes de caballería que juraron sus vidas a la diosa de la Muerte; pensando que tras una lucha desmesurada como la que estaban librando las acogería en sus dominios con los brazos abiertos.
En menos de media hora el campo de batalla ya había sido abandonado por los humanos que se encontraban corriendo por sus vidas en una desbandada general en cualquier dirección con la derrota en la mente; el General del Este, el hermano del rey muerto, podría reagruparlos pero no sería lo mismo; un rey acababa de morir junto al grueso de sus fuerzas y la esperanza abandonó a muchos de los supervivientes; en sus mentes y corazones pensaban que la única forma de ganar era gracias a un milagro, que dudaban mucho que Volker, con su actitud recta, firme y marcial pudiese conseguir; Él era alguien en quién se podía confiar la organización de un ejército para librar una batalla, pero dirigir las riendas del reino en regencia a la espera que su sobrino fuese mayor de edad para reinar era una locura que ningún noble con algo de poder e influencia iba a permitir.
—Ha sido una gloriosa victoria. Estoy seguro que Nuxdros estará complacido con la matanza que hemos obtenido hace poco —le comenta Zhulgash con una sonrisa cubierta de rojo entre sus dientes y trozos de carne colgando de sus incisivos—. Solo esperó que el Lobo Solitario y los Jabalíes Enfurecidos no hayan caído en contra de los Enanos. Puede ser que esos humanos diminutos sean algo duros, pero dudo que les haya supuesto algún problema. ¿No creé, jefe?
La pregunta realizada por el caudillo de los Colmillos Verdes llegó a los oídos del hijo de Amgroc pero se disipó al momento de entrar por su oreja, como agua evaporándose ante un calor muy intenso.
El orco al mando de la Horda se encontraba sumido en sus pensamientos mientras mantenía su cuerpo tenso ante cualquier posible ataque; conocía a su pueblo y gente, y sabía que en cualquier momento algún listo sediento de gloria y dominado por la envidia se lanzaría para rajarle la garganta y tomar su puesto, pero no pensaba ponérselo nada fácil. Por nada era hijo del Oscuro.
Después de su victoria contra los humanos en Winzer y durante el saqueo de los cadáveres pudieron notar que se encontraron los cuerpos de los condes de la frontera del ducado de Coltact. A Robert Winzer le trajeron su cadáver sin su cabeza ya que en medio de la refriega un orco le cercenó el cráneo de un hachazo limpio; el conde Siegmund cayó en batallo cuando, en una desesperada carga, comandó a sus soldados estatales contra las filas orcas para poder dar tiempo a su señor a escapar y fue desmontado de su caballo de un lanzazo que penetró su corazón, y le llevaron su cuerpo con un agujero donde antes estaba su corazón. Y finalmente, el conde Dietger de Reitz se quedó junto a su guardia personal, en esos momentos cinco soldados, y lideró a una orden de caballería contra el centro orco siendo masacrados por los trolls, y especialmente el noble al ser aplastado por el martillo de Dorz, y del conde de Reitz solamente le trajeron de cintura para arriba ya que el resto fue espachurrado y destrozado por el arma del líder de los trolls de la Horda.
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El azote de la horda
FantasySiglos hacía desde la última aparición de una Horda de orcos semejante a la que azotaba hoy en día las Tierras Yermas. Cientos de caudillos de esta sanguinaria y grotesca raza se han alzado para unir a todo su pueblo en una marea imparable de muerte...