Formación de la Horda
Cercanías de los Picos Malditos
Una gran Horda de orcos marchaba como un solo individuo hacía un objetivo o eso se podía llegar a sacar en conclusiones si observabas desde lejos, porque si te dignabas a observarla algo más de cerca sacarías una cosa clara: esa hueste era una indisciplinada formación de guerreros nacidos para la guerra de múltiples tribus y clanes que se odiaban entre sí, pero que no se mataban entre sí por las promesas de riquezas y matanzas, y al estar bajo el liderazgo de un señor mucho más monstruosos y temible que ellos.
Este ejército era la Horda de la Lanza Sangrienta liderada personalmente por Gra, el Lamento de Enanos, un orco de gran estatura, midiendo entorno a los once pies de altura. Piel oscura como la misma noche. Sus manos nudosas cubiertas de callos. Todo su cuerpo estaba curtido de heridas de lanza, espada, hacha y ballesta por parte de las armas de los Kazarawi. Sus ojos negros eran como un agujero negro que no paraba de consumir todo lo que observaba. Su rostro era bañado por una mugrienta capa de sudor y una escalofriante hilera de dientes grasientos y amarillentos que formaba una grotesca mueca emulando a una sonrisa repleta de oscuridad. Una armadura de placas de metal le resguardaban de los ataques de sus enemigos durante toda su vida junto a unos guanteletes de cobre. En una mano empuñaba una hacha de doble hoja de hierro negro extraído de un saqueo contra los enanos de la Mina de los Diamantes Negros y que obligó a varios rehenes de esa raza a forjarle el arma que acabaría finalmente con sus vida de un solo tajo. En la otra mano llevaba un aspis de hierro recubriendo una capa de madera y cuero reforzado. Además, estaba subido a lomos de un poderoso lobo de pelaje marrón de ojos verdosos.
—¿Con qué el vástago de Amgroc el Oscuro quiere que hagamos la adhesión de su horda como lo hacíamos antaño? Qué no se preocupe ese pedazo de mierda. Si quiere que sigamos las viejas costumbres, las seguiremos. Con seguridad él se elegirá como su campeón, por lo tanto, y como respeto a su persona irás tú, mi querido hijo, como mi campeón y acabarás con él; no obstante, déjalo con un palmo de vida y que sobreviva. Tendrá que vivir con una humillación toda su vida si no decide unirse al estúpido y arrogante de su padre en la otra vida—espeta con una furia sin precedentes Gra. Cuando se enteró que Aulelar no iba a unirse tan fácilmente bajo su liderazgo monto en colera absoluta. Su cuerpo fue consumido por su odio y furia hasta el punto de asesinar por sus propias manos a una decena de hombres que intentaron calmarlo—. Su maldito padre no quiso seguirme cuando le propuse unir fuerzas contra los enanos de la Mina de los Diamantes Negros y Bakur-Hama, los dos bastiones de la raza de los Kazarawi más cercanos; sin embargo, Amgroc declinó la oferta y dirigió a sus orcos junto a la tribu de Tormin contra las defensas de Bakur-Hama. Para cuando saqueemos a esos idiotas que defendían esas minas y llegamos al otro bastión de los hombres diminutos, lo que nos encontramos fue con un páramo de muerte y desolación. Miles de cadáveres de orcos y enanos repartidos por toda la fortaleza enemiga. —Siguió relatando con una voz llena de rencor dirigidos hacía el anterior caudillo de los Picos Malditos. Su rostro se había transformado en una grotesca y horrenda mueca de odio puro—. Posteriormente la fama de Amgroc el Oscuro y Tormin Hacha de Sangre se expandió como la sangre que derramaron ese día hasta el punto que nosotros, la tribu de la Lanza Sangrienta fuimos opacados para servir a ese malnacido del norte.
— Los Picos Malditos y las Tierras Brunas no se encuentran al norte, padre— le dijo Iznag a su padre repleto de dudas. Sabía que el último intento de unir a toda la raza de los orcos bajo un único liderazgo fue durante la generación de Gra y acabó fallando al no poder cohesionar a todos los caudillos bajo un solo mando y los tantos frentes a los que tenían que atender, además de las rivalidades, cuchilladas por la espalda, traiciones entre líderes y otras interrupciones que acabaron la caída de ese caudillo a manos de los humanos del reino de Talea en la Batalla de Foso Hailin—. Nunca hablas cuando tuviste que servir a...
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El azote de la horda
FantasySiglos hacía desde la última aparición de una Horda de orcos semejante a la que azotaba hoy en día las Tierras Yermas. Cientos de caudillos de esta sanguinaria y grotesca raza se han alzado para unir a todo su pueblo en una marea imparable de muerte...