KENNETH & AMY [TERMINADA]

V

Nota importante. 

Este capítulo fue corregido una sola vez, si ven alguna falta de ortografía o algo que no tenga sentido háganmelo saber, se los agradecería mucho.

Ahora si, a leer.

AMY.

—Déjame ver si entendí — dijo Emma. Íbamos caminando por el pasillo —. Conociste a este tal Kenneth en un semáforo, es ciego, y quieres ayudarlo a convivir con los demás.

—Si — asentí con una sonrisa.

—¿Por lo menos sabe? — no, él no sabía nada. Quiero que el conviva con los demás, no es alguien social. Le cuesta hablar conmigo, lo noto en su voz, es insegura. Pareciera que tiene miedo que lo dejen solo. Mi silencio le dio una respuesta —. No lo sabe, Amy tienes que decirle.

—Se va a negar.

—¿Cómo sabes? — alzó una ceja — ¿Lees el futuro?

—No, pero...

—Ni se te ocurra decir que lo conoces — advirtió —. Solo llevan tres días hablando.

—Bien, le diré — bufé —. Pero si se niega...

—No lo vas a obligar — me interrumpió —. Amy, no a todos se les hace fácil convivir con la gente y no los puedes obligar a hacerlo.

Abrí la boca para hablar, pero las palabras se detuvieron en mi garganta. Me quedé ahí parada, mi cuerpo se congeló en cuanto lo vi. Abner estaba de pie a unos metros lejos de mi, estaba con sus amigos. Maldito, ¿Cómo puede reír? ¿A caso no se siente culpable de lo que hizo? Claro, que esperaba de él. Lo que hizo que me detuviera no era su presencia, sino que tenía abrazada a una chica, la chica con la que estaba en la cafetería el otro día.

—¿Tengo qué preguntar o tú sola me lo contarás? — cuestionó Emma. Ella parecía sorprendida —. Tengo que confesar que ya me lo esperaba, pero pensé que iba a tener un poco de decencia y esperaría por lo menos una semana para presumir a la otra.

—No digas esa palabra.

—¿Cuál?

—La otra, no me gusta — dije —. No hay que darle esa etiqueta, ella no creo que tenga la culpa.

—Siempre tan linda con todo mundo, Amy — suspiró —. Pero déjame decirte que en esta institución no hay persona que no supiera de tu relación con él, pero bueno, no volveré a decir eso.

No dije nada más y comencé a caminar, por alguna razón me sentía nerviosa, sentía la mirada de todos los que estaban en el pasillo posada en mi, mis piernas me temblaban. Llegar a ellos se me hizo eterno, me sentía humillada y juzgada por todos. Ya los iba a pasar, pero alguien se detuvo enfrente mío bloqueando el paso. Alcé la mirada y la vi, ella estaba enfrente mío. Tenía una sonrisa llena de burla en sus labios, una ceja estaba arqueada, me estaba viendo con asco y odio.

—Hola — dijo hipócritamente amable y luego me extendió su mano —. Soy Madison, Madison Williams.

Su nombre no me sonaba, jamás había escuchado de ella y muchos menos la había visto por aquí.

—¿Eres nueva? — al ver que no tomé su mano ella la bajó —. No te había visto por aquí, Madison.

Si, tal vez mi voz salió con sorna, pero no lo podía evitar. No me caía bien. Tenía aires de superioridad y ese tipo de personas no me caen bien.

—Si, llegué la semana pasada a esta institución — con razón no sabía de ella —, soy de Texas.

—Bueno, mucha presentación por hoy — Emma me tomó de los hombros —, ¿Podrías hacerte a un lado? Mi amiga y yo tenemos que ir a clases.