XXXI

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Mini maratón final.

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Amy Howkins.

Dos semanas han pasado, mis padres y los Bruce se la han pasado de vacaciones en casa. Ethan de vez en cuando se paseaba por mi habitación, según él, para verificar que aún respiraba. Me la he pasado tirada en mi cama estas dos semanas, solo salía cuando tenía hambre o para darme un baño.

El baile era hoy, los nervios me estaban matando, hoy vería a Kenneth después de no hacerlo en días.

Eran casi las ocho de la noche, ya estaba casi lista, solo me faltaba el vestido y los tacones. Mi cabello lo había alaciado y recogido en una coleta. El maquillaje era algo natural, nada fuera de lo normal.

—Hey — Ethan entró —. ¿Aún no estás lista?

—Ya casi estoy, solo me falta el vestido.

Él asintió.

—Te traje un regalo — me extendió una bolsa de regalo —. Espero y te guste.

Sonreí y tomé el regalo. Apachurré la bolsa y esta se sentía esponjosa. Miré a Ethan y este tenía una ceja alzada, estaba esperando a que lo abriera. Abrí la bolsa y examiné su interior, solo pude ver papel triturado. Metí mi mano y saqué lo primero que encontré. Era una sudadera, la extendí y vi que no era cualquier sudadera, era la que había visto aquella vez que fuimos al centro comercial.

—No era necesario, Ethan — dije —. Pero gracias.

—Supuse que eso te subiría un poco el ánimo — me regaló una pequeña sonrisa —. Pero aún queda un regalo en esa bolsa.

Volví a meter la mano a la bolsa hasta el fondo y sentí una caja. Cuando la saqué no dudé en abrirla, era un collar dorado con un bonito dije, no sabía que era el dije, pero estaba bonito.

—Es el símbolo de la felicidad — miré a Ethan.

—¿Eso igual me va a levantar el ánimo?

—No — soltó una pequeña risa —. Eso te va a recordar que por más que la estés pasando mal no tienes porque dejar que la tristeza se apodere de ti.

—¿Se apodere?

Me burlé.

—Por favor, era mi momento dramático — ambos nos miramos y nos echamos a reír.

—¿Me ayudas? — le extendí el collar —. Por favor.

Asintió y tomó el collar. Me di la vuelta e hice a un lado mi coleta para dejarle expuesta la parte trasera de mi cuello. Pasó el collar sobre mi cuello y luego sentí como rozó la yema de sus dedos en mi piel, un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

—Listo.

—Gracias — me di la vuelta para quedar frente a frente —. Ahora, creo que me pondré el vestido.

—Si, ah... me voy.

—No, está bien si te quieres quedar — dije antes de que pudiera dar un paso —. Yo me visto en el baño.

Tomé el vestido y los tacones que estaban en mi cama, fui directo al baño. Después de sacarme la ropa me puse el vestido. Me puse los tacones y luego me miré al espejo. El vestido era hermoso y se me veía bien, acentuaba mi cintura y las pocas caderas que tenía. Era un vestido largo, estaba abierto de una pierna, la tela era lisa y la falda del vestido caía hasta ser un poco arrastrada en el suelo. Los tacones que había elegido eran blancos. Me puse unos aretes dorados y una pulsera que hacía juego con ellos.

KENNETH & AMY [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora