Las lianas sin capa exterior entraron en combustión gracias a su característica fibrosa y a que los fluidos de zerg coleóptero con el que estaban cubiertas eran altamente inflamables; pero duró en realidad poco. La fase activa del incendio se superó con rapidez ya que la humedad de la selva lo controló, llevándolo a extinguirse.
A pesar de que ninguno de los robustos árboles se quemó y el humo negro y espeso aún no subía al cielo, más allá de las copas de los árboles, Carson pudo encontrar casi por instinto dónde se encontraba Hansen. Estaba tan ansioso que llegó en poco menos de dos minutos. El caos en la zona le hizo sudar frío.
Cuando se encontró a Hansen lo que más lo angustió no fueron las manchas verdosas en los brazos y el ennegrecimiento por el humo de zergs carbonizados, sino el hecho de que la mitad de su cara y otras partes expuestas de su cuerpo tenían la piel como arrugada y amarillenta. Su alma casi se escapó de su cuerpo por el terror.
Al escuchar pasos acercándose, Lewin abrió los ojos todo lo que pudo, que no era más que una ranura. Sólo se había sentado para descansar cinco minutos y luego ir al punto de encuentro, no esperaba que al poco tiempo su mirada se encontraría con la de Carson.
—¿Qué pasó? —preguntó el susodicho con la preocupación y el alivio mezclados en su tono—. No importa, te llevaré a la zona E.
Sin esperar respuesta, cargó a Hansen en sus brazos y corrió a toda velocidad de regreso al punto de reunión.
Mil cien horas.
Un segundo antes de las mil ciento uno, ambos llegaron.
Tic tic tic tic.
El brazalete de todos sonó, indicando que el tiempo se había acabado.
Dalton observó a Hansen en brazos de Carson con una expresión complicada, no sabía qué pensar acerca de este estudiante y su extraña situación, sentía que las cosas eran diferentes a lo que los otros evaluadores suponían. Suspiró impotente y le habló a sus estudiantes.
—Descansarán el resto del día aquí, mañana a las mil doscientas iniciamos con la segunda fase del examen.
Se fue en cuanto acabó estas sencillas palabras, los alfas de la clase 1 estaban confundidos, ¿no iba a darles su evaluación de la fase 1? Ese fue siempre el procedimiento. No obstante, en realidad les daba igual, así que lo dejaron pasar.
Por otro lado, Andy estaba entre la furia y la burla: ¿ese defecto pensaba que podía escapar de sus planes tan fácil? Notó la apariencia de su cara y guardó su sonrisa de autosuficiencia.
☆★☆
La transmisión de los exámenes de la Academia Militar se limitaba a las fases de evaluación básica, así que las fases 2 y 3 de la clase 1 nunca se veían al aire. Esta era una de las razones por las que la mayoría de la población sintonizaba su canal el primer día, ya que era su única oportunidad de ver a los alfas más poderosos. Debido a ello, un nombre comenzó a circular con mucha frecuencia entre la población de Ferwin: Hansen.
Incluso Myriad y sus amigas y amigo no podían evitar sentirse curiosas sobre esta persona.
El día anterior se habían despedido por la tarde y acordaron reunirse hoy a mediodía para hablar sobre el desempeño de sus hijos, sin embargo, ninguna tenía ganas de convivir porque no podían presumir ni a la fuerza por una sencilla razón: el alumno que más destacó no era su hijo.
Polett era la única que vino y Myriad en realidad estaba agradecida por ello. Necesitaba compartir opiniones con su mejor amiga.
—¡No lo vas a creer! —eso fue lo primero que dijo la señora Slyth.
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Entonces te olvidé
FantasiaLewin tuvo una vida común hasta el momento de su muerte. Cuando volvió a abrir los ojos, estaba en un lugar extraño. Al principio creyó que se trataba del "más allá", hasta que una voz le dijo que su muerte en realidad ocurrió hace muchísimo tiempo...