Especial 6: 13013

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Cuando nació, su madre la dio en adopción porque su padre no quería hacerse cargo de ellas. Esto lo supo solo después de su muerte, cuando, como todos los trotamundos, en especial los de rango X tipo B, quiso indagar sobre aquello que nunca pudo entender en vida.

Vio a su padre darle la espalda a la mujer que le dio una hija para estar con incontables mujeres más y a su madre negándose a ver al bebé que era producto de la unión de ella con ese bastardo.

Aunque hace mucho había perdido la esperanza en la humanidad, Xiaoling aborreció más de lo que ya lo hacía la palabra "familia". ¿Qué sentido tenía desear algo como eso? No eran más que burdas letras acomodadas para nombrar a un concepto estúpido, que solo servía para atar a algunas personas como si el vínculo de sangre significara algo.

Eso pensó por siglos.

Desde que cumplió la edad en que el orfanato no podía cuidarla, trabajó en bares y otros lugares con buena paga, pero seguridad dudosa. Aprendió a cuidarse sola en un mundo donde nadie daría la cara por ella. Conoció a personajes excéntricos que la llevaron por peligrosos caminos en el lado oscuro del mundo.

En un momento de su carrera como cazadora blanca, sintió que estar sola era en realidad una fortuna. Porque si un día moría en su trabajo, no habría nadie que se lamentara, así que ella tampoco tendría que preocuparse por contenerse por algo como la seguridad. Así, se convirtió en uno de los miembros más valiosos de la Estrella del Ocaso; porque le importaba su vida incluso menos que los monstruos a los que se enfrentaba.

De hecho, Xiaoling murió en combate y ni siquiera un amigo le lloró, porque no tenía ninguno.

Odiaba tanto el concepto de familia que nunca se permitió ser amada por nadie.

Pensó que con la muerte todo acabaría, así que nunca envidió a los que tenían personas que los querían alrededor, porque supuso que, al final, todos morirían solos y, por muchos amigos que ahora los abrazaban, solo la oscuridad y la nada prevalecería.

Se equivocó.

Ante ella no pasó su vida ni hubo luz ni oscuridad. Cerró los ojos y voló sobre mundos extraños, pero no tenía tiempo de apreciar los paisajes que cambiaban con cada parpadeo porque le asustaba más la ingravidez en su cuerpo, la sensación de ser succionada por un algo indescifrable. Y cuando el pánico de que iba a ser devorada por el universo surgió, por mera intuición innata, pidió ayuda con todas sus fuerzas.

¿Pero quién iba a escuchar a un fantasma? ¿Quién ayudaría a alguien que nunca le importó a nadie en el mundo?

De forma sorprendente, hubo alguien.

El primer trotamundo que conoció la miró sin una gota de sorpresa y una expresión indiferente. Solo reportó a sus superiores, con una voz etérea que todavía hacía que el alma de Xiaoling temblara.

—Polizón encontrado. Potencial etéreo: excepcional. Sugerencia del cazador: tomarla como practicante en las sedes primarias del CAE. Nota al margen: exterminar en caso de negación por parte del polizón.

Apenas terminaron las palabras de ese viajero, su alma, que sentía estaba a punto de desgarrarse por fuerzas cósmicas ineludibles, volvió a formar un cuerpo para ella. Xiaoling se convirtió en una practicante de rango X, tipo B, con nombre en clave 13013.

Ese debió ser el final. A partir de ese momento trabajaría de forma adecuada como trotamundo y dedicaría su existencia al equilibrio cósmico.

Sin embargo, un día comenzó a tener convergencias.

Recuerdos que no eran suyos invadieron su mente y su alma se comenzó a transformar. La niña feliz que fue adoptada, que conoció lo que era una verdadera familia y que murió satisfecha con la vida, dejando atrás a una familia que la conoció hasta la vejez; esa niña estaba al lado de la que creció con un corazón insensible y la desesperanza.

Sus dos realidades convergieron, pero eran diametralmente opuestas, causando que su alma tuviera una reacción adversa hasta casi su autodestrucción. Entonces, fue al Ala Médica en el Centro de Gestión Interna del Departamento de Trotamundos en el CAE.

Pensó que la ayudarían a suprimir o controlar las convergencias, pero el viajero que la atendió descubrió que la causa raíz del cambio en su realidad era 10100, un fugitivo al que creían muerto.

—Tendremos que extraer tu memoria. Debido a que las dos realidades aún no convergen por completo, no tienes que preocuparte por que desaparezcan tus recuerdos originales, solo nos desharemos de los nuevos —dijo el viajero a cargo de su revisión con una sonrisa entusiasta.

—Así es —apoyó la viajera especialista en la manipulación de los recuerdos—. Y como la información que averiguaremos será de utilidad para capturar al fugitivo, el CST incluso podría darte una comisión por contribuir en la investigación.

Sin embargo, Xiaoling no se tranquilizó al escuchar sus garantías, sino que estaba muy reacia. ¿Olvidaría esa vida feliz y solo tendría la solitaria a cambio? Estaba bien cuando no sabía lo que era ser amada, pero ahora que conocía el sentimiento, no estaba dispuesta a renunciar a su familia. Además...

—¿Qué pasará con ese fugitivo?

—Bueno, mi amigo del CST mencionó que hace no mucho fue sometido a la segunda pena máxima: el borrado total de su conciencia como ser etéreo. Ahora que ha vuelto a romper las normas del CAE, es probable que reciba el máximo castigo —. La especialista la miró y agregó como si lo dijera sin intención—: lo mismo te pasaría a ti si te negaras a cooperar.

La condena al vacío. Lo que más temían los seres etéreos.

Cosas como la muerte eran insignificantes comparadas con eso, porque en el vacío nada existe, estar en él es no estar en absoluto. No es lo mismo que desaparecer, sino como si nunca hubieras existido en primer lugar. Mientras la segunda pena máxima hacía que te olvidaras de ti mismo y de todo lo demás, la primera hacía que todos se olvidaran de ti porque nunca hubo un que recordar.

Xiaoling no quería que eso le pasara a la persona a la que ya llamaba papá en su corazón. Así que fingió cooperar con el procedimiento, pero aprovechó la primera oportunidad para escapar.

Se convirtió en una fugitiva para proteger a su familia.

Entonces te olvidéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora