5.11 Escándalo (2)

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Pasó solo media hora antes de que un joven de cabello rojo, mascarilla y lentes de sol se acercara. Lewin pudo reconocerlo solo basándose en su apariencia precavida.

—Tú debes ser Allen, mi hermana me habló de ti —dijo Lewin tomando la iniciativa de extender su mano.

El otro devolvió el saludo y les dijo que deberían discutir sobre la situación en un lugar más cómodo, así que pagaron por una habitación privada en un restaurante cercano y comenzaron a hablar sobre los escándalos revelados.

—¿Cuáles publicaciones has visto y a qué hora fue? —preguntó Allen directamente.

—Solo los cuatro que encabezaban las tendencias al mediodía.

D'accord —musitó el pelirrojo. Sacó una tableta de su mochila y comenzó una proyección holográfica—. Vi que no tienes un agente o una empresa que te respalde, así que es natural que no haya nadie manejando el asunto por ti. Aquí —dijo mientras señalaba el artículo proyectado, era el primero que Lewin leyó antes—, esta fue la publicación que dio apertura al tema y se publicó hoy a las 3 a.m. si se toma desde esta zona horaria, pero tú estabas en la región norte de América, así que debió ser entre las 10 o las 11 de la noche allá. Después de eso, hubo un lapso de entre una o dos horas para el siguiente, así se mantuvo el tráfico enfocado en tus escándalos por el momento hasta... —se detuvo mientras tecleaba algunas cosas en su pantalla—  ¿Sabes a quién has ofendido?

—... Tengo una idea.

—Sí, creo que todo el mundo también —agregó y dio play a un video.

El lugar estaba parcialmente cubierto por un trozo de tela, lo que indicaba que la persona grabó a escondidas y lo más probable es que la cámara estuviera dentro de su saco, sin embargo, el rostro de Adeline conversando con el sujeto era muy reconocible. Quién sabé de qué estaban hablando antes de que empezara la grabación, pero los ojos de Adeline estaban enrojecidos y murmuraba cosas como "si hubiera sabido que sufriría esas cosas, no le habría permitido arriesgarse a unirse a esa industria tan sucia".

Era un video corto, pero fue adjuntado en uno de los comentarios de la tercera publicación que leyó, la que hablaba de cómo supuestamente acosó a Joseph. Esto era lo mismo que afirmar que lo que decía el artículo era verdad.

—Fue compartido hace un par de horas —habló Allen en medio de la atmósfera tensa—. ¿Qué hiciste para que la vieja se metiera en persona? —no pudo evitar preguntar con curiosidad, aunque su forma de referirse a Adeline demostraba que no le tenía mucho respeto—. Bueno, no es necesario que respondas si no quieres...

—No, no es un gran asunto —dijo Lewin con un tono casual—. Esto es por mi relación con su nieto.

Allen se sorprendió, porque había conocido a August antes debido a los negocios entre sus familias y no lo imaginaba en una relación, pero pronto lo dejó pasar y cerró la boca para buscar los otros archivos que acababa de recibir de su asistente.

—Entonces, ¿por qué firmaste esto?

Lewin lo miró confundido, luego leyó con atención. Esto era, en términos sencillos, una orden de alejamiento. Para una explicación más extensa: había firmado su acuerdo de no volver a contactar con o acercarse a August Joseph Deneff, esto a cambio de una suma millonaria que no pudo pronunciar debido a la cantidad de ceros que tenía. La imagen del documento y evidencia de la transferencia colgaba de manera deslumbrante en la página oficial de Deneff Group.

Revisó su cuenta bancaria y, de hecho, tenía una suma astronómica recién ingresada hace doce horas. Debido a que no recordaba cuándo ocurrió este acuerdo, no le costó relacionarlo con lo que vio en las grabaciones y adivinar qué sucedió después de encontrarse con Adeline en el baño.

Entonces te olvidéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora