LOUIS
El día tan esperado para mi llega, y cuando por fin le dan el alta a Mario una semana después, Bianca y yo regresamos a Verona.
Carlotta está feliz por tenernos de vuelta en casa, pero se enfada conmigo por haber estado tanto tiempo desaparecido, y, al ver a mi sobrina tan grande, yo mismo me reprendo por no haber tenido la consideración de haber venido a verla en meses. Es una niña preciosa y tiene a Harry loco de amor por ella.
Cuando llegamos, nos recibe la noticia de que mi hermana y Harry se casarán en cinco meses, y nosotros los sorprendemos a ellos diciéndoles que antes nos casaremos nosotros. Exactamente en un mes y medio se celebrará la boda.
También les damos la noticia del embarazo de Bianca. Y entonces, Carlotta se enfada todavía más por no habérselo dicho antes. El cabreo no le dura mucho tiempo.
Los amigos de Bianca vienen a casa a verla y se pasan horas acaparando a mi mujer. Yo no puedo decir nada, porque la veo feliz y no quiero estropearlo.
Durante días me dedico a mimarla y a complacerla en todo, y me angustio cuando la veo vomitar continuamente y comer muy de vez en cuando.
Acudimos juntos al médico para comprobar que todo con el bebé está bien. La doctora que nos atiende nos explica que la enfermedad de Bianca puede hacer que el embarazo sea complicado, pero que con los cuidados adecuados y evitando estrés y preocupaciones todo saldrá bien.
Eso hace que mis cuidados se intensifiquen e incluso llego a prohibirle que se encargue de los preparativos de la boda para evitar todo el estrés que podría causarle. Le aseguro que con la ayuda de Carlotta yo me encargaré de todo y le digo que solo la dejaré hacerse cargo del vestido.
Ella, como sabe que lo hago por el bien de nuestro bebé, no rechista, aunque sé que el fondo se muere por mandarme a la mierda y coger ella el mando de todo.
Los preparativos nos llevan algunas semanas, y para la fecha elegida está todo listo.
El día antes de la boda, me encargo de visitar personalmente la iglesia y el jardín dónde tendrá lugar para asegurarme de que todo está perfecto. Me quedo satisfecho con el trabajo realizado y vuelvo a casa feliz.
Bianca me está esperando ya en mi despacho. A su lado hay una pequeña maleta. Mi ceño se frunce al verla mientras me acerco lentamente.
-Mi amor, ¿qué está pasando? -ella me ve y sonríe, se pone en pie y rodea mi cuello con sus brazos.
-Me voy a mi casa -dice-. Los novios no deben verse antes de la boda.
-Oh, vamos, eso es una gilipollez. Anda, deja eso y vamos a dormir -ella niega y me besa.
-No, Liam me está esperando afuera. Nos vemos mañana, amor -dice, me besa una vez más, y, tras agarrar la maleta se va de casa.
Bufo y me siento frente a mi mesa. Las estúpidas tradiciones de las bodas me están tocando los cojones. Yo quería pasar la noche con ella y ahora tengo que joderme y dormir solo.
Paso un largo rato en el despacho. En realidad ni siquiera tengo sueño, simplemente estoy deseando que sea mañana y que Bianca se convierta en mi esposa.
-Deberías ir a dormir -miro hacia la puerta, donde Carlotta se encuentra-. Mañana tienes que estar descansado.
-No tengo sueño. Bianca se ha ido y realmente no me apetece meterme solo en la cama -respondo, jugando con una pluma.
-Venga, no seas tonto, ve a arriba y duerme unas horitas -ella se acerca a mi y tira de mi brazo poniéndome en pie. Después me da un empujón hacia la puerta-. A dormir, no seas terco.
Ruedo los ojos y me dirijo piso arriba. En mi habitación me desvisto y me meto en la cama. Aunque lo único que puedo hacer es dar vueltas y vueltas durante horas. Quiero dormir con Bianca.
Me quedo dormido muy tarde y no me despierto hasta que suena el despertador. Quiero tirarlo por la ventana, pero entonces me doy cuenta de qué día es y entonces me levanto a todo gas. Me meto en la ducha y después me pongo el esmoquin que está colgado en mi puerta.
Me peino y repeino hasta que queda perfectamente echado hacia atrás. Espero que con la de gomina que le he echado no se alborote. Bajo las escaleras deprisa y entro en la cocina donde me encuentro a Carlotta atando la corbata de Harry. Allegra, mi sobrina está sentada en una sillita. Está preciosa. Me acerco a ella y la cojo en brazos.
-Louis, deja a la niña y desayuna algo -me dice mi hermana todavía pendiente de Harry.
Bufo y vuelvo a dejar a la niña donde estaba y me como parte de lo que Greta me sirvió. no tengo hambre ninguna. Estoy demasiado nervioso.
Me tomo el café y después me pongo en pie alisándome el traje para que esté perfecto. Tengo que estar guapo para mi chica.
En la puerta, Harry, Carlotta y Greta se despiden de mi y, junto con la niña, se suben al coche. Yo por mi parte me subo al mío y me pongo en marcha hacia la iglesia.
BIANCA
Los nervios que tenía antes de llegar se vuelven más intensos cuando me entero de que Louis todavía no ha venido. Los invitados esperando en la ilgesia, mientras yo espero dentro de mi coche junto con mi padre a que Louis llegue.
En la puerta de la iglesia está toda nuestra familia. Está mamá junto con Donna, también está Mario junto a su hermana. Harry, Carlotta y su hija, además de Greta y Niall, y mis amigos, Liam y Zayn junto a sus chicas.
Esperamos media hora más dentor del coche, pero cuando me doy cuenta de que Louis tendría que haber llegado hace una hora salgo del coche y camino hacia ellos. Papá me sigue. ÉL ha estado tratando de tranquilizarme, pero obviamente no lo ha conseguido.
-¿Por qué no ha llegado todavía ?-pregunto mientras el temor de que me haya dejado plantada el día de nuestra boda recorre mi cuerpo.
-No lo sé, tendría que haber llegado hace rato -dice Carlotta-. Hemos estado llamándolo, pero no contesta al teléfono.
Algo va mal, o eso espero, porque como me haya dejado tirada en plena iglesia solo porque estaba asustado le voy a cortar los huevos.
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¡Hola! ¿qué tal? siento haber tardado en actualizar, pero he estado centrándome en otra de mis novelas para terminarla, y hoy he subido el epílogo así que volveré a centrarme en esta.
¿Qué pasa con Louis? ¿Por qué no ha llegado aun a la iglesia? A la que acierte le dedico el próximo capítulo.