BIANCA
Ayudo a Mario a subir a mi cuarto, a cambiarse y finalmente a meterse en la cama.
Está callado, demasiado callado y sé que es porque le está dando vueltas a lo sucedido minutos antes con Louis.
Me siento a su lado y agarro su mano. Él me mira con el ceño fruncido y entonces acaricio su pelo.
-Que Louis haya venido no quiere decir que vaya a dejarte -digo.
-Sigues queriéndolo, aunque la verdad no entiendo que le has visto -lo último lo dice en un susurro apenas audible.
-Mario, por favor, olvida a Louis. Ahora estoy contigo. Él forma parte del pasado.
Un pasado que parece regresar para atormentarme. Ni siquiera soy capaz de describir lo que sentí al verlo aparecer frente a mi. Mi corazón dio un brinco y comenzó a palpitar tan deprisa que pensé que se me saldría del pecho.
Y su promesa, la de que volvería, me ha dejado sorprendida y al mismo tiempo llena de anhelo, porque, aunque lo niegue, una parte de mi todavía necesita a Louis y quiere que este cumpla su promesa.
-Espero que no haya venido para tratar de alejarte de mi -murmura Mario con los ojos entrecerrados. Se ve cansado por lo que beso su frente y me levanto para dejarlo dormir-. No, quédate conmigo, por favor.
Sonrío sin mostrar los dientes y me acuesto a su lado. Su brazo rodea mi cuerpo y, a pesar del gemido de dolor por su parte, no me suelta. Apoyo la cabeza sobre su pecho y acaricio su pecho mientras veo como, lentamente, se va quedando dormido.
Me cuesta trabajo creer que este chico que descansa pacíficamente junto a mi, sea el mismo niño indefenso al que le tocaron vivir cientos de penurias.
Su madre murió cuando tenía siete años y su padre se vio incapaz de criar a dos niños solo por lo que Mario e Isabella fueron a parar a un internado en Londres.
Los demás niños se burlaban de él, incluso le pegaban, por el simple hecho de que no tenía madre. En más de una ocasión terminó con la nariz rota.
A los dieciocho salió de aquel lugar y se mudó a Chicago dónde estudió derecho. Al terminar la carrera regresó a Italia y, en lugar de ejercer su vocación, acabó siendo un simple policía que patrullaba las calles de Roma.
Su padre Lorenzo no aprobaba que su hijo, el único varón, trabajase como patrullero y movió sus hilos. Mario fue ascenciéndo hasta convertirse en jefe de la policía de Roma.
Aunque sé que en el fondo lo que verdaderamente quiere es ejercer de abogado.
Lo observo dormir unos minutos más y después me levanto. Salgo al balcón y desde ahí veo a mi madre en el jardín delantero podando sus preciados rosales, entonces recuerdo a Carlotta y decido llamarla para felicitarla por su embarazo.
Hablamos durante largos minutos dónde me cuenta cómo ha sido el parto -cosa que me ha quitado las pocas ganas que tenía de ser madre- y cómo ha sido la primera noche de vida de sus mellizos.
La oigo asustada, pero sé que ella y Harry serán unos muy buenos padres.
Me cuenta como fue la petición de mano de Harry y lo que éste hizo para convencerla de que casarse era lo mejor que podían hacer. También me dijo que estaba muy enamorada y que Harry la correspondía, cosa que la hace muy feliz -y a mi también-.
En ningún momento menciona a Louis, cosa que agradezco. Lo que sí hace es ponerme al tanto de todo lo que está pasando con Niall y la pobre Ciara. El rubio no deja de decepcionarla a cada rato y ella se está cansando de darle más oportunidades. Yo en su lugar mandaría al idiota a paseo.
También me habla de Kathia -cosa que hace Zayn cada vez que llama- y me cuenta que entre las dos están organizando una fiesta para la caridad cuyo objetivo es reunir dinero para los más necesitados y que les haría mucha ilusión que asistiese. Le digo que me lo pensaré y finalmente nos despedimos.
Decido bajar y tomarme una taza de chocolate caliente junto a Dona. Ella se encuentra en la cocina preparando un pastel, en cuanto me ve sonríe. Mientras ella termina de hacer el postre yo preparo dos tazas del dulce líquido espeso.
Charlamos durante un rato y después vuelvo al cuarto para ver a Mario. Me lo encuentro despierto mirando a través de las puertas del balcón.
-Despertaste -digo sonriéndole.
LOUIS
Me cago en el puto Mario y en todos sus muertos. Al final resulta que con la paliza hasta le hice un favor. Bianca será su enfermera y el muy cabrón estará como Dios.
Doy vueltas por la habitación de hotel en la que me encuentro tratando de idear una solución para que Bianca vuelva a mi -muy a mi pesar mandar al jodido Bianchi al infierno no vale ya que el que hiría de cabeza al infierno sería yo después de la patada en los huevos que me daría Bianca-. Llego a la conclusión de que necesito una opinión femenina por lo que termino llamando a mi hermana.
Su consejo en un principio me parece una puta mariconada, pero si sirve para tener a Bianca de vuelta entonces haré esa y todas las mariconadas que sean necesarias.
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¡Hola! Perdonad la tardanza, últimamente entre lo examenes y demás me estoy agobiando. Pero ya los estoy acabando así que...
Espero que os guste el capítulo y me lo hagáis saber. Gracias por leer.
PD: he comenzado dos novelas (eso no interferirá las sibidas de Poséeme). Una de Harry -Los ojos del Diablo- de misterio, creo... Y una de Louis -Siénteme- que creo que tendrá algunos toques eróticos. Me haría muy feliz que os pasaseis por mi perfil y le echáseis un ojo.
PD2: Siento que sea tan corto pero es que desde el móbil no controlo cuanto llevo escrito.
Bueno, eso es todo po hoy. BESOS :)
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