BIANCA
Salgo del baño ya duchada y vestida y me encuentro a Mario sentado en la cama. Me había olvidado de él por completo.
-Ha llamado Niall, parece ser que tienen algo. Junto al coche había una cartera con una identificación dentro -explica poniéndose en pie mientras yo cruzo mis brazos a la altura del pecho-. No creo que el dueño de la cartera sea el que tiene a Louis, más bien será un "recadero", pero puede conducirnos hasta quien quiera que se lo haya llevado.
-Quiero ayudar -digo, pero Mario niega enseguida.
-Bianca, estás embarazada, lo mejor es que te mantengas al margen de todo esto. Nosotros nos encargaremos de traerte a Louis sano y salvo -responde.
-No voy a quedarme de brazos cruzados sabiendo que el padre de mi bebé está en peligro -camino hacia la puerta y salgo de la habitación apresuradamente. En el piso de abajo, en el salón, está toda la familia.
Sin siquiera pararme ante los continuos llamados de mi madre, me encierro en el despacho de Louis y me siento en su butaca.
Esto no puede estar pasando. Louis está vivo, y lo vamos a encontrar.
Sé que lo vamos a encontrar porque él es fuerte y no se rendirá sin luchar, y mucho menos ahora que sabe que vamos a tener un hijo.
Pero cuando pasan tres días y las noticias sobre Louis no llegan siento que estoy a punto de derrumbarme. Todos actúan raro. Tienen mucho cuidado con lo que dicen frente a mi y sé que me están ocultando cosas. Motivo que me ha llevado a escuchar conversaciones a escondidas.
Niall, Harry y Mario están encerrados en el despacho de Louis desde hace media hora y sé que están hablando de él, pero Carlotta se ha encargado, seguramente por petición de Harry, de mantenerme lo más alejada posible del lugar con escusas baratas.
-Pásame el pañal, por favor -me dice Carlotta mientras le hace cosquillas en la barriga a Allegra. Lleva, literalmente, media hora cambiando a la niña.
-Carlotta, necesito saber qué pasa -le digo después de haberle pasado lo que me pidió. Ella me mira con una mueca.
-Lo sé, Bianca, pero es mejor que te mantengas al margen -murmura-. Deja que los chicos se encarguen. Ellos lo traerán de vuelta.
-Pero necesito saber, me estoy muriendo de la angustia y si no me dicen que pasa soy capaz de echarme a la calle y buscarlo por mis propios medios.
-Eso ni de puta coña -me giro hacia la puerta de la habitación donde Harry está parado de brazos cruzados-. Si te pasa algo, Louis nos mata.
Me levanto de la cama y salgo de la habitación ignorando a Harry. No sé por qué demonios no entienden que necesito saber qué está pasando. Necesito noticias sobre Louis porque la espera me está matando.
-Bianca, espera -me pide Harry. Freno en mitad del pasillo, esperando a que hable-. Te contaré lo que sé, pero no le digas a nadie que te lo conté.
Su tono de voz ha disminuido y él ha ido acercándose a mi, me agarra del brazo y nos conduce por el pasillo hasta mi cuarto. Una vez allí cierra la puerta y me pide que me siente, pero yo lo ignoro y me cruzo de brazos observándolo.
-Bianca, no quiero que hagas ninguna tontería ¿vale? -dice, pero no le prometo nada porque sé que no seré capaz de cumplirlo-. Hemos localizado al dueño de la cartera.
Mi cuerpo se tensa porque sé lo que eso significa. Noticias sobre Louis y su paradero.
-Niall, bueno... él ha conseguido que hable, no preguntes como porque es... desagradable, y nos ha dicho que piensas llevárselo del país mañana al mediodía.
Mi corazón da un vuelco en mi pecho. Louis está vivo. Él está bien, pero si se lo llevan del país nada podremos hacer.
-¡Hay que impedir que se lo lleven! -exclamó comenzando a alterarme.
-Lo sé, Bianca, y eso vamos a hacer. Te lo prometo -murmura-. Mañana abordaremos el aeródromo y te traeremos a Louis de vuelta.
-Quiero ir -susurro. Él niega repetidas veces con la cabeza y después avanza unos pasos hacia mi.
-Tienes que quedarte en casa y mantener a salvo la vida de Louis -frunzo el ceño, para proteger su vida tendría que ir a ese jodido aeródromo y sacarlo de las garras de esa gente. Harry me mira y sonríe-. Tú y el bebé que estás esperando sois su vida.
Los ojos se me llenan de lágrimas y Harry me abraza frotando mi espalda con sus manos. Escondo la cabeza en su pecho mientras sollozo, sacando fuera todo lo que he mantenido encerrado en mi durante días.
-Estaréis juntos más pronto de los que crees -susurra en mi oído.
Cuando dejo de llorar, Harry besa mi frente y sale de la habitación. Me quedo sola, rodeada de las cosas de Louis y con su aroma repartido por toda la estancia.
Todo saldrá bien. Mañana Louis estará de vuelta en casa y podremos retomar nuestros planes. Sé que será así porque el amor puede vencerlo todo.