LOUIS
Ocho meses, dos semanas y un día sin verla. Los últimos tiempos se han convertido en un infierno para mi. Me he centrado en el trabajo y en mi hermana.
Desde que Harry se mudo a la Mansión no le he quitado los ojos de encima. Le he prohibido acercarse al cuarto de Carlotta, al menos hasta después de la boda. Sí, estos dos se casarán en cuanto Carlotta dea a luz, para lo cual no debe faltar mucho.
Niall y Ciara tuvieron problemas. Al parecer el rubio tenía otras amiguitas cuando le había jurado y perjurado a la pobre Ciara que ella era la única en su vida. Y ahora Niall está tratando por todos los medios de que ella lo perdone y de que le crea eso de que ha cambiado. Pero vamos, eso no se lo cree ni él.
De Zayn y de Liam no he sabido nada desde hace meses. Lo último que supe fue que Zayn está saliendo con la hermana de Harry.
Mi teléfono suena. Me muevo perezoso por la cama y lo cojo de la mesita de noche. El nombre de Frattini aparece en la pantalla.
-Tomlinson -digo sentándome en la cama.
-Señor, tenemos novedades -dice. Me preparo para lo que me tiene que decir. Cuando Frattini me llama nunca es por nada bueno-. ¿Se acuerda del tipo que andaba rondando a su mujer?
-Como para no acordarme de ese mamonazo -un tal Mario Barbieri, jefe de la policía de Roma. Un pringado sin remedio.
-Han pasado la noche juntos en casa del tal Barbieri, y esta mañana se han despedido muy cariñosamente -aprieto los puños. Quiero matar a ese malnacido. Nadie toca a la mujer de Louis Tomlinson.
-Enseñadle a ese hijo de puta que Bianca ya tiene dueño. A cambio recibiréis un extra.
-Sí, señor. Como usted ordene -cuelgo el teléfono y gruño levantándome de la cama.
¿Cuando llegará el día en el que pueda tener un poco de paz? Pff, en los últimos meses Frattini y Galliano han frenado varios intentos de ataque hacia Bianca. Gracias a Dios ella está bien y no se ha enterado de nada.
Jefe de la policía... Ese gilipollas no sirve para nada. Si no fuera por mis hombres a saber qué sería de Bianca en estos momentos. Inútil. Eso es lo que es.
Después de ducharme y vestirme bajo a la cocina para desayunar. Hay demasiado silencio en la casa y eso me asusta. Desde que Harry vive aquí esto parece un gallinero.
Desayuno solo y en silencio. Me asusto cuando escucho un chillido. Me levanto y salgo corriendo. Por las escaleras bajan Carlotta, que va agarrándose la barriga, y Harry, que agarra a mi hermana por un brazo y la ayuda a bajar.
-Louis. Llévame a un hospital -dice mi hermana con con el ceño fruncido. Joder, la pobre debe estar pasándolo fatal.
-¡Se ha puesto de parto! -exclama Harry.
-¿Sí? ¿No me digas? No me había dado cuenta -me burlo-. Voy a por el coche.
Salgo corriendo en busca de mi coche. Me he comprado uno exactamente igual al que tenía. Pongo el motor en marcha y lo saco del garaje. En la puerta me esperan Carlotta y Harry.
Conduzco como un loco hacia el hospital. Me salto tres semáforos y casi estampo el coche un par de veces. Y finalmente llegamos a nuestro destino.
Se llevan a Carlotta en una silla de ruedas y Harry corre detrás desesperado. Yo mientras me encargo del registro.
Dejan a Carlotta en un cuarto porque al parecer no ha dilatado lo suficiente. Harry la acompaña en todo momento. Y yo, en un principio dudo en entrar porque eso de ver sufrir a mi hermana me da ganas de matar al maldito ricitos de oro, pero finalmente entro.
Harry sostiene su mano mientras trata de calmarla. Ella se retuerce de dolor cada vez que tiene una contracción.
-Así cariño, inspira... expira... inspira... expira -dice Harry mientras él mismo repite el proceso. Carlotta lo mira con cara de pocos amigos.
-Me cago en ti y todos tus familiares. Te juro que como vuelvas a dejarme embarazada te arranco lo que tienes entre las piernas -gruñe ella para seguidamente retorcerse de dolor por culpa de una contracción.
-Joder, si no se lo arrancas tú se lo arranco yo -digo sentándome. Estoy empezando a marearme.
El doctor entra y mete la cabeza entre las piernas de mi hermana. Si no fuera el médico le arrancaba los ojos y se los metía por el culo.
-Llegó la hora. Enseguida vendrá una enfermera a inyectarte la epidural y después pasaremos a quirófano -el doctor dice y después sale de la habitación.
Y como dijo el doctor, una enfermera viene, le inyecta la epidural y después se la llevan. Harry también va. Yo decido ir a por un café porque según sé esto va para largo. Cuando vuelvo me siento en la sala de espera aguardando por noticias.
Mientras estoy en aquella sala blanca y fría pienso en lo increíble que sería tener una familia con Bianca. Lo hermosa que se vería estando embarazada de un hijo mío.
Y así pasan las horas. Hasta que por fin alguien se apiada de mi y viene a informarme de que ya soy tío, y de que puedo pasar a ver a mi hermana.
Cuando entro en la habitación me encuentro a Carlotta dormida y a Harry cargando a su niña. Después veo en la cuna al lado de mi hermana a mi sobrino. He sido tío de mellizos. No puedo contener la felicidad y me echo a reír, Harry me regaña con la excusa de que voy a despertar a Carlotta y a los bebés.
Me acerco a la cuna y acaricio la mejilla de mi sobrinito. Es tan pequeño.
-No puedo creerlo. Estoy tan feliz -susurra Harry-. Mira que bonita es mi pequeña. Cuando sea grande voy a tener que espantar a unos cuantos idiotas.
Sonrío y me acerco a conocer a mi sobrina.
-¿Puedo...?
-Claro -responde y con mucho cuidado me pasa a la niña-. Es preciosa, ¿verdad?
-Sí que lo es. ¿Ya habéis decido qué nombres vais a ponerles?
-La niña se llamará Allegra -dice la voz de mi hermana. Harry y yo nos giramos para verla-. Y mi niño se llamará Alessandro.
-Pero Alessandro es muy feo -protesta Harry. Peor que un niño pequeño.
-Alessandro es precioso y punto. Y si no te gusta puedes llamarle Alex -dice Carlotta.
-Bueno... vale.
Mi teléfono suena y me aparto para responder. Es Frattini.
-Ya está hecho el trabajito que nos encargó, señor.
-Muy bien. Esta misma noche os llegará el dinero -cuelgo y sigo embobándome con la criaturita hermosa que tengo en brazos.
-¿Y tú? ¿ya has tomado una decisión? -me pregunta Harry.
-Sí.
-¿Y...?
-Mañana mismo parto para Roma.
-Me alegra que hayas tomado la decisión correcta -me dice Carlotta. Dejo la niña nuevamente en brazos de su padre y me siento al lado de la cama de mi hermana. Agarro su mano y la beso.
-Gracias por apoyarme en esto -digo.
Pasan algunas horas y me quedo dormido en esa incómoda silla. Y no me despierto hasta que mi teléfono suena. Me llevo una enorme sorpresa al leer Bianca en la pantalla.
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¡Hola! Aquí tenéis el primer capítulo de la segunda temporada de Atrápame. Espero que os guste. Espero vuestros votos y comentarios. Besos ♡