Capitulo 8: ¿Incluso mis demonios?

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Mientras bailábamos Rose y yo, movía mis caderas de forma sensual y lenta mientras Rose se restregaba contra algún chico o chica.

Mi mejor amiga es una loca.

Yo seguí bailando feliz y sola hasta que siento una mirada en mi, una mirada que sentí que me quemaba completamente.

Alzo mi vista mientras toco mis pechos de manera provocativa y veo a alguien que me mira fijamente en la sala VIP de la discoteca.

El chico llevaba un traje negro, parecía hecho a la medida y se veía costoso, en su muñeca izquierda llevaba un reloj que se veía como si costase mas que mi plumón y su mascara era parecida a la mía solo que la de él no tenia encaje, cubriendo la mitad de su rostro el cual seguramente era precioso.

Voltee mi cuerpo para darle una buena vista de mi trasero y me agache mientras lo movía descaradamente frente a el.

Sigo bailando y de repente siento ganas de ir al baño.

Voy al baño entre tropezones debido al alcohol en mis venas.

Enserió, debería dejar de tomar si a la primera cosa que tome ya estaré borracha.

Llego al baño de damas he inmediatamente siento como alguien pega mi espalda a uno de los cubículos del baño.

- Hasta que al fin te encuentro - susurro en mi oreja el tipo de la sala VIP.

su olor era muy masculino, se veía netamente elegante con aquel traje y inconscientemente mordí mi labio.

Amo los chicos con traje, se ven demasiado sexys.

- ¿Qué quieres de mi castaña? - escuche su voz nuevamente y me pareció conocida.

Trate de alejarme de él, ya que estaba muy cerca de mi pero solo conseguí que pegara su cuerpo mas fuerte al mío.

<< - Respóndeme, no creas que no vi como me mirabas - deja un beso en mi mejilla - topolina, te extrañe - susurro en mi oreja.

- Jasson - susurre para mi misma pero el asistió dándome una sonrisa.

Demasiado falso para ser real.

El alcohol me hace ver cosas? Acaso me volví idiota?

Idiota ya eres.

Tu cállate.

- El mismo que ves en esos sueños - se alejo y tomo mi mano y dejo un beso en esta - Jasson Cassano.

- Tu- tu- tu ¿Qué haces aquí? - empecé a tartamudear.

¿QUE CARAJOS ESTA PASADO? ES EL CHICO DE MIS SUEÑOS Y ESTOY HABLABDO EN SENTIDO LITERAL.

- ¿No me quieres aquí topolina? - me pregunto mientras me tomaba de la cintura.

- Yo - puse mis manos en su pecho, parecía duro y firme, su contacto me resultaba familiar - Jasson yo quiero todo de ti - susurre con mi mirada en el piso.

- ¿Todo? - pregunto tomándome de mi barbilla, obligándome a que lo mirase a los ojos.

- Todo - susurre mirando sus ojos negros cual noche oscura.

- ¿Incluso mis demonios? - pregunto y luego dejo un casto beso en mis labios.

- Hasta la llama mas oscura - pose mis brazos alrededor de su cuello -, quiero disfrutar junto a ti y quiero que me folles como lo hacías en mis sueños.

- ¿Eso quieres topolina? - me pregunto mientras me cargaba involuntariamente puse mis piernas alrededor de su cintura.

- Jasson, quiero vivir la realidad - le dije mientras dejaba pequeños masajes en su cabello - ya sal de mis sueños cariño y vivamos la realidad - le pedí en solté un gemido cuando me bajo y me volteo en el pequeño cubículo.

- Haré lo que me pidas Rebecca - dijo susurrando contra mis labios.

- Entonces bésame Jasson, bésame como siempre lo haces - le pedí contra sus labios mientras posaba mis brazos alrededor de su cuello.

Jasson tomo mi cintura y me jalo hacia el mientras me tomaba del cuello sin apretarme mucho para besarme, me beso con aquella posesividad que me encanta de él con aquel anhelo que amo que tenga de mis labios, me beso con deseo, con morbo y con ganas.

Su lengua se adentro en mi boca, ambos inciamos una guerra por quien tenia el poder y lo deje ganar, quería sentirlo.

- Rebecca - gruño entre besos.

-Jasson - gemí - te necesito - suplique.

- ¿Qué necesitas Rebecca? - me pregunto mientras me pegaba a el aún mas, sentí su duro falo contra mi abdomen - ¿Esto quieres Rebecca? ¿Quiere que te folle? - dijo tomándome del cuello, como si me fuese a ahorcar pero no apretaba - ¿Quieres a mi pene en tu vagina?

- Yo Jasson - le dije dejando un beso húmedo en su cuello - quiero esto - pose mis manos en su falo el cual ya era notorio en aquel costoso traje y lo apreté, Jasson soltó un gruñido.

- Te vas a quemar - me dijo gruñendo.

- A lo mejor y quiero hacerlo - dije aprentando mas fuerte y dejando besos en su cuello hasta llegar a su pecho, lo despoje de aquella chaqueta la cual era un estorbo y desabotone botón por botón aquella camisa blanca de tela fina y el simplemente me seguía besando el cuello, devorándomelo.

- Querida Rebecca, ¿quieres a este demonio en tus aposentos? - me pregunto mientras quitaba su correa y yo simplemente asistí, enserió quiero todo de él.

Me agache hasta quedar de rodillas frente a él tomo mi cabello como si me hiciera una coleta mientras yo lo miraba a los ojos me acerque a su pene y chupe la punta y el soltó un suspiro.

- No se vale jugar sucio topolina - gruño.

- ¿Desde cuanto acordamos las reglas? - Deje un beso casto en su erección.

- Desde que te folle yo ya las había decidido - me dijo tratando de respirar, pero su respiración al igual que la mía era un asco.

- ¿Sin consultarme? - pregunte.

- Topolina, tu rey habla y luego la reina asiente.

- Lastima que yo no quiera gobernar a tu lado - dije y le mordí la punta de su pene, él soltó un gruñido entre placer y dolor.

- No juegues de esa forma - me pidió.

- Jugare como yo quiera - dije y metí su pene en toda mi boca, lo chupe como si de una paleta de tratase y lo miraba a los ojos con inocencia.

- Miradas inocentes... - susurro

Saque su pene de mi boca para terminar la frase - son las que siempre mienten - dije de rodillas y luego volví a introducir su pene en mi boca, tratando de que su pene no lo tocaran mis dientes.

Duramos unos cuantos minutos entre lamidas y agarre sus nalgas con mis manos y las apreté y el soltó otro gruñido, luego se corrió en mi boca y su sabor era agridulce.

- ¿Cansada amore? - me pregunto mientras subía sus boxers y pantalones.

- ¿De ti? Nunca cariño - le dije y me acerque a sus labios para darle un beso, dándole a probar un poco de su sabor.

Definitivamente, el alcohol a veces puede ser nuestro amigo.

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