Capitulo 29: " - Llévame a la iglesia"

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Me veo frente al espejo, con mi vestido blanco corte princesa blanco, mis cabellos peinados con unos rizos dorados cayendo detrás de mi espalda, mi ramo de rosas blancas y rosadas.

- Te ves preciosa - me dice mi amiga, Rose.

- Claro, yo siempre me veo bien - le digo chistosa y ella me mira mal.

- Ambas se ven hermosas - nos dice mi madre, mirándonos a ambas con una sonrisa.

La relación con mamá no es la misma que antes, pero sé que poco a poco lograremos que así sea.

Jasson nos contó lo que hizo papá y mamá está muy triste porque jamás pensó ver un lado tan horroroso de papá, pero, aún así, con todo y esa tristeza que estoy segura que la consume por dentro, ella me brinda una sonrisa pura y sincera.

Veo mi vestido y no me lo creo, es un vestido de en sueño, el vestido que siempre quise para casarme.

Claro está, nunca pensé que me iba a casar, no seriamente, siempre pensé que era solo un título, que no era necesario, pero Jasson me lo propuso y no pude decirle que no.

Fue tan lindo, pero tan sencillo que las palabras no salía de boca, no sabía cómo decir ese "sí".

Mi impresión y los nervios de Jasson no se llevaron bien, el lloraba porque pensaba que le diría que no y yo lloraba porque estaba impresionada con su propuesta.

Pero, Jasson siempre ha sido paciente, siempre ha dejado que yo decida, siempre me ha escuchado.

Jasson no era esa clase de hombres que te obligan hacer ciertas cosas porque ellos desean, no, Jasson era paciente y eso me gustaba de él.

Era tierno, pero también un poco pervertido. Era decidido, pero con algunos cuantos besos míos se podía convertir en la persona más indecisa del mundo. Era orgulloso, pero siempre dejaba ese orgullo de lado cuando se trataba de mí y de mi bienestar.

Así que, por esa y millones de razones fue que decidí casarme con el, quise, necesitaba a Jasson en mi vida y ni yo misma sabía a ciencia cierta cuánto lo necesitaba.

Solo sonrió, sonrió alegre porque estoy demasiado feliz sonrió porque sé que va hacer boda de ensueño.

Espero el día con ansias.

Narra Jasson.

Veo como el principito se remueve en la silla.

- ¿Quién es? ¿Qué hago aquí? ¿Cuánto dinero quieres? Tengo mucho - dice con sus ojos vendados.

El mundo es para los vivos, no para los idiotas.

Lastimosamente, el es un idiota y como el idiota que es, no merece estar aquí.

Está con sus ojos vendados y solo viste una camisilla y un pantalón negro.

Sus dedos están llenos de sangre, debido a varios cortes que hice en ellos en modo de cariño.

Hoy es mi boda, hoy me casare, pero eso no significa que no deba saldar algunas deudas.

Sus pies no tienen curva, debido a que se la corte, intenta levantarse de la silla nuevamente y un grito desgarrador sale de su garganta debido al dolor que esto le provoca.

Se sienta, rendido, respirando pesadamente.

Empiezo a jugar con mi característico encendedor dorado, caminando de un lado a otro, me acerco detrás de él y quito la venda blanca de sus ojos.

- No intentes pararte. Te dolerá más - le digo jugando con mi encendedor y el me mira cansado.

- Ya mátame, deja de jugar conmigo - me pide aquel príncipe.

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