- Llevátela, no quiero saber nada de ella - me tira papá a sus pies.
Trato de levantarme para escapar, pero sus hombres me sujetan de los brazos.
- Grazie por su amabilidad señor Bruno, espero no volver a verlo en lo que le queda de vida - asegura Jasson subiendo sus gafas -. Llevenla al auto - le pide a los guardaespaldas, estos me escoltan hasta afuera de la casa y me dejan en los asientos traseros del ferrari.
- Nada de bromas niña, no estoy para juegos hoy - me pide un chico moreno con acento algo golpeado.
¿Será el dominicano?
Se da la vuelta y veo su trasero precioso.
Definitivamente, es el dominicano.
- Veo que te gusta la vista topolina - me dice Jasson entrando al coche, acomodanse en el asiento del conductor.
- Me encanta - le aseguro -. ¿Hace ejercicio? ¿Cuanto durara en la cama? - suelto con descaro y Jasson ríe.
- No me provoques, que te tengo entre mis manos - asegura acomodándose y encendiendo el auto.
- No me provoques, que no estoy de humor para abrir mis piernas para ti - le respondo.
- ¿Crees que me importa tu humor? Yo te abro de piernas cuando quiera - dice manejando y me mira desde el pequeño espejo que se encuentra, me guiña un ojo.
- Pues yo no quiero ahora, jodete - digo sacandole el dedo corazón.
- No seas vulgar amore, a tu belleza no le queda - da una curva y duramos minutos callados hasta que llegamos a una mansión blanca, preciosa y ventanas victorianas.
Tenia un jardín espectacular y unos colores preciosos para las flores, no iba a decir eso.
- Bajate, ya llegamos - me pide el con toda la amabilidad del mundo.
- No quiero - me cruzo de brazos.
- ¿Ah? ¿No quieres? Pues bien - me dice y veo como sale del coche y da a la vuelta, abre la puerta del copiloto donde me encuentro sentada y me carga como un bulto de papas.
- ¡Sueltame! ¡Sueltame! - pataleo, pegandole a du espalda.
Me pega una nalgada y yo me pongo tiesa - Quedate quieta, deja de joder - aprieta mis nlagas.
- ¿Puedes no apretarme las nalgas? - le pido enojada.
Me aprieta las nalgas otra vez - ¿Asi? ¿Te molesta? - me pregunta haciendose el inocente.
- Merde - solte un gemido, casi inaudible, oh bueno, al menos eso pensaba.
- ¿Te gusta eso topolina? Me sospechaba que te gustaba duro, ya lo habíamos visto entre sueños - me dijo riendo.
- Oh cállate - le digo molesta con una sonrisita en mis labios.
Entramos a la casa, fina, con clase y todo de alta tecnologia.
- Ya estoy adentro, se que mi culo es precioso, pero abajeme ya - le digo.
Me suelta en el suelo y medio me mareo, él me sujeta de la cintura.
- ¿Sto bene? - me pregunta en italiano, con el ceño fruncido, esta preocupado.
- Sí - le digo, apoyándome en su brazo.
- Vamos a nuestra habitación - me dice y yo solo asiento sin prestar mucha atención a lo que dice, hasta que vamos subiendo las escaleras y...
- Espera, ¿dijiste "nuestra habitación"? - le pregunto y el me mira riendo.
- ¿De todo lo que te he dicho solo has escuchado "nuestra habitación"? - me pregunta con una ceja alzada.
- Forse - le digo en italiano.
- Eres un caso perdido - me dice y ambos seguimos subiendo las escaleras.
Paramos en una habitación grande y blanca, con una cama matrimonial y sabanas blancas.
Me deja en la cama y me pone la sabana.
- Descansa amore - me dice y deja un beso en mi mejilla.
Yo solo me acurrucó mas tratando de olvidar todo lo que me acaba de suceder.
Mi vida es dura, cuadrada y complicada. No quiero ser la esclava de nadie, quiero ser yo quien maneje a los esclavos.
Narra Jasson.
¿Qué tan malnacido tiene que ser tu padre como para ofrecerte de moneda de cambio? No lo se, pregúntenle al papá de Rebecca.
Eso no fue cool Jasson.
Es cierto, es tu hija, tu tesoro mas preciado, tu amor y tu no vendes a tu hija así te toque dar tu propia vida por ello.
No todos los padres piensan como tu.
Entonces, ¿para que son padres?
Se supone que si tu tienes una hija es para cuidarla y amarla, no para engañarla.
En fin, conseguí lo que quería, que era a mi musa.
A mi donna.
Con tan solo 20 me ha hechizado esa ragazza y la verdad es una maquina de sensualidad andante.
Sus curvas reloj de arena, sus labios rosados carnosos, su culo, su cara de ángel.
Acomodo mi cabello, tengo 22 y me gusta alguien de 20.
Porque si, se que me gusta y se que no es un capricho pasajero.
Por eso, no la obligare a que este conmigo; simplemente, quise ayudarlas a salir de ese infierno.
Su padre llevaba vendiéndola al mercado negro desde que tenia 13, nadie la comprobaba, a nadie le interesaba.
Hasta que yo la vi.
No voy hacerle daño, simplemente la quiero proteger de quienes ella creen que la quieren.
Así eso la haga sufrir en el proceso, solo trato de cuidarla.
Acaricio su cabello y le acomodo un mechón detrás de su oreja.
- Te protegeré amore, te protegeré aún así te duela en el proceso - le aseguro y dejo un beso en su frente.
Me levanto y veo como esta dormida profundamente, cierro la puerta detrás de mi.
Al salir me encuentro a Domn frente a la puerta.
- Señor, esperamos sus ordenes - me dice.
- Maten al padre de mi mujer - les digo y ellos asistente.
Camino hasta la planta de abajo con las manos en mis bolsillos, me encuentro a federica, mi nonna.
- Hola Federica - la saludo con una sonrisa.
- Hola mi niño - me saluda ella con una sonrisa.
Salgo hasta mi despacho y me acerco a mi mini bar, me acomodo en mi silla mientras me sirvo un poco de coñac.
- La pagara el que intente hacerle daño a Rebecca, a mi mujer - digo mientras tomo un sorbo de mi bebida la cual me baja por la garganta.
Grazie: Gracias.
Topolina: Ratoncito.
Amore: Amor.
Merde: Mierda.
Sto bene?: ¿Estas bien?
Forse: Tal vez.
Donna: Mujer.
Ragazza: chica.
ESTÁS LEYENDO
Fantasías Ocultas
RomanceRebecca, una chica que tiene sueños húmedos con un chico. Jasson, protagonista de esos sueños húmedos. Rebecca, sueña con algún día encontrarselo. Jasson, solo aparece en sus sueños. ¿Jasson saldrá de los sueños de Rebecca? ¿Rebecca se vera con Jas...