Capitulo 27: " - Claro que lo tengo, por algo estás obsesionado conmigo, ¿no?"

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Narra Rebecca.

Lo miro y lo miro y por mas que lo analizo no encuentro esos ojos negros que me miran con adoración pura.

El no es Jasson, pero si quiere intentar serlo.

Me toma de la cintura sin decir palabra mínima y yo me dejo guiar, necesito encontrar a Jasson.

Me lleva hasta un auto negro, el cual creo que es un Ferrari pero no tengo muy claro el modelo.

Me abre la puerta y yo entro al auto, el lo rodea y toma asiento en el lado de piloto.

Emprende camino y mientras vamos hacia cualquier zona voy reconociendo hacia donde vamos.

Vamos a ir a un aéreo puerto.

Llegamos a un área privada, donde se encuentra un jet y este me toma de la mano y me sube.

Decido dormir, el chico que tengo al lado me cree idiota si no lo reconocí.

Narra Sebastián.

Miro a Rebecca dormir, a mi amada la cual carece de algo de inteligencia.

¿No que mucho amor? Me parece ridiculo que no sepa reconocer a su adorado novio.

No me importa, con tal de tenerla conmigo, soy eternamente feliz.

Sonrió ante mis pensamientos, tengo al noviecito encerrado en los calabozos del castillo y mi amada vivirá conmigo en el, sin saber que su amado estará a solo unos cuantos pisos abajo.

Chistoso? Chistoso es como me burlo de esos dos.
No me puedo creer como estos dos es que están juntos, Rebecca es dulce y tierna, Jasson es ese típico hombre el cual se ve frío, sin sentimientos.

Narra Rebecca.

Abro mis ojos poco a poco y lo primero que veo es que a no estamos en el jet, sino que estoy en una alcoba grandísima, con colores crema y pastel.

Miro mi alrededor con curiosidad, ¿donde carajos estoy?

Y de repente, recuerdo todo, el principito.

Miro lo que llevo puesto, lo cual es una pijama de seda de color canela.

¿Cuál es la manía que tienen estos chicos de hoy en día con quitarme la ropa o mandar a que me la quiten y ponerme una pijama de seda?

Enserio, tengo demasiada curiosidad sobre eso.

- ¿Ya despertaste amore? - miro como entra un chico rubio, Sebastian, a la habitación, tratando de imitar el acento italiano de Jasson.

- No lo digas, no tú, a ti no te queda, remedo de chico - le digo, amando mi barbilla.

Él suelta en el piso la bandeja que tenía en sus manos y me mira con un gesto que deja en claro su molestia, se acerca a pasos grandes y pesados hacia mí y me toma de la barbilla muy fuerte.

- Vas a aprender a respetarme - me agarra aun más fuerte de la barbilla y yo lo miro con mi mirada altiva, sin bajar la cabeza.

Lo miro calvando dagas en sus ojos, demostrándole mi molestia.

- El respeto se gana, no se exige, y tú - lo miro analizándolo de pies a cabeza - tú no te mereces ni pisar el polvo - me suelto de su agarre el cual me queda doliendo y me levanto de la cama.

Busco algo grande y abrigado, el me escanea de pies a cabeza.

- ¿Por que te tapas? - me pregunta, cruzando de brazos en la cama matrimonial.

- Porque se me da la gana y tu presencia es incómoda - suelto, sin pelos en la lengua.

- No tienes nada que no haya visto ya en otra mujer - me asegura.

- Claro que lo tengo, por algo estás obsesionado conmigo, ¿no? - me doy la vuelta y lo miro mientras me acomodo el saco negro -. Jasson, ¿donde está? Quiero saberlo ahora y créeme, vas a quererme decir antes de que llame a Enzo - me cruzo de brazos y doy una sonrisa ladina, observando su expresión de susto.

Enzo D' angelo, el mejor amigo y mano izquierda de Jasson.

Jasson alguna vez me dijo que si no lo encontraba a él, que contactase a Enzo, jamás lo creí necesario, no hasta ahora.

Y seguramente, ese Enzo es alguien muy peligroso, porque la expresión que pone el principito deja mucho que desear.

- No te atreverías - susurra, mirando el piso y tragando saliva.

- Oh si darling, claro que lo haría, ahora, pasemos a la parte linda, en la cual me dices dónde está mi novio - me acercó a él y quito una pelusa imaginaria de su saco.

Aprovechado, me toma de la muñeca y me tira en la cama, trato de soltarme de su agarre de todas las maneras y formas posibles, pero no lo logro, me esposa al cabecero de la cama y toma mis pies y los encadena en una especie de pala metálica.

- Mientras más tires de las piernas, más se abrirá - me acaricia un dedo y de manera involuntaria tiro de esta, mis piernas de abren -. Y mientras más te abras, más estarás a mí Merced - se acerca y me toma de la barbilla -. Vas a aprender modales, amada mía - me dice y lame mi mejilla - A dopo - se despide y sale muy campante de la habitación.

Miro a mi alrededor tratando de encontrar una salida, el príncipe es demasiado impulsivo e idiota, no creo que haya planeado todo perfectamente.

Miro y analizo todo, hasta que encuentro algo.

Tiro de las esposas para comprobar que lo que pienso es cierto.

Touche.

Las esposas no son metal verdadero, son plásticas, acercó mi cabeza a una de mis manos esposadas, tratando de alcanzar una de las horquillas que siempre me pongo en mi cabello.

Veo la horquilla negra entre mis dedos y trato de mover estos, hasta que me liberan la primera muñeca. Me acerco a la otra y muevo de un lado a otro hasta que me suelta la esposa.

Me quito las esposas masajeando mis muñecas y miro mis piernas, las cuales siguen con el tuvo.

Veo el candado que este tiene en el centro y agarro la horquilla, moviéndola de un lado a otro, hasta que por fin el candado se libera.

Me estiro y miro la puerta la cual está abierta.

Enserio? Planean que este chico gobierne Inglaterra?

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