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Era como en los viejos tiempos.

Tucker, Danny y ella. Los tres juntos de nuevo, preparados para la batalla más grande, posiblemente, de toda sus vidas. Sam se vio cubierta por un deje de nostalgia que por poco la hace llorar, sintiéndose arrepentida y herida al mismo tiempo. Arrepentida por haber conspirado en contra de ellos dos, sus mejores amigos, y ocasionarles tantos problemas que pudieron culminar en su destrucción, o peor aún, en muerte. También se sentía herida por no haberlos podido recordar. Ellos dos eran su vida entera, y no estaba dispuesta a perder a ninguno de nuevo.

Y justo en ese momento, como si ellos de pronto hubieran leído en su mente, la tomaron de la mano y le regalaron la sonrisa más cálida que jamás había visto. Ella se encontraba en medio, y por una vez, se permitió que ambos chicos la abrazaran. El futuro era incierto y tenebroso. Nadie podía predecir a ciencia cierta lo que iba a pasar a continuación; Dan era un enemigo poderoso y temible, y aunque lo menos que pretendía era caer en pesimismos, nadie podía asegurarle que aquel no se convertiría en su último abrazo.

—Todo estará bien.

Escuchó a Casper y los tres se separaron cuando el fantasma giró sobre su hombro para mirarlos, por un breve instante, por el rabillo del ojo. Luego retomó su postura y caminó, como si no hubiese dicho nada, o no le importara recibir una respuesta. Casper avanzaba delante de ellos, en silencio, como un guía. De vez en cuando hablaba para darles una indicación o para repasar ciertas partes del plan. Pero siempre procuraba mantenerse al margen de ellos y decir solamente lo necesario.

Sam le sonrió, aunque sabía muy bien que él no la vería. Lo hizo de forma inconsciente, porque a pesar de todo, estaba tan agradecida con Casper.

Siempre habían sido tres. Tucker, Sam y Danny. Ni siquiera Jazz y mucho menos Valerie formaban parte de su grupo, pero, quizás valía la pena incluir a un nuevo miembro en su pandilla. Casper podría llevarse bien con Tucker, y eventualmente con Danny. De alguna forma, sentía que su rivalidad se convertiría fácilmente en una amistad profunda, después de todo, los dos se parecían un poco.

Claro que sí. Ahora estaba demasiado convencida.

¡Todo iba a salir bien!

Danny acabaría con Dan, juntos lo harían. Regresarían a la Amity Park real y persuadiría a Casper de quedarse con ellos.

Tendría que ser así.

Les aguardaba un gran final feliz y una larga vida a los cuatro.

.

—Es aquí.

—¿Qué?

Casper imitó el mismo acto que minutos atrás. Giró levemente y los miró de soslayo. Después carraspeó la garganta y fingió autoridad, sin embargo, lo cierto es que se le veía muy asustado. Incluso un fantasma como él es capaz de sentir miedo.

Sam examinó su espalda y los músculos perfectos que se alcanzaban a apreciar a través de su bata de científico loco. Se obligó a sí misma a contener la calma, si no era ella, ¿quién sería capaz de pensar fríamente? Tucker se encargaba de elaborar los planes y mantener el buen humor con sus bromas repentinas; Casper era como una especie de arma secreta; y Danny se convertiría en el héroe que salvó toda una dimensión y el mundo entero por segunda ocasión. Si ella no podía hacer mucho, al menos se esforzaría por conservar los ánimos, aunque no supiera cómo hacerlo y pensara más bien lo contrario.

—Es aquí —repitió Casper, disminuyendo el volumen de su voz, pero sin abandonar la fuerza de un líder—. Finalmente llegamos.

—¿Ya llegamos?

ACÉFALO |Danny Phantom|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora