[15] Parte dos

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Todos los equipos conformados estaban preparados con armas de alta tecnología para el gran ataque. Jazz, Valerie, Tucker y Sam lideraban la cabeza de los cuatro equipos; en el medio se encontraban los ciudadanos más débiles, aquellos a los que todavía les temblaban las rodillas por el miedo; al final estaban los que tenían más agallas y un poderoso instinto de coraje. Aunque todo variaba según la estrategia del líder. Por ejemplo, Valerie mezclaba a los débiles con los fuertes en todas posiciones; mientras que los demás habían optado por mantener la idea original de formación propuesta por Jazz.

—Escuchen, si es Dan a quien nos enfrentamos, tenemos que estar dispuestos a protegernos entre todos —habló Danny convertido en su forma fantasma. Los ojos esmeralda le brillaron más que nunca—. Esto no es un simulacro, es real. Si pueden mantenerse a salvo, háganlo. Yo me encargaré del resto...

—¿Qué es lo que quieres decir? —interrogó Valerie con el ceño fruncido—. ¿Pretendes llevarte todo el triunfo mientras nosotros jugamos a distraer fantasmas?

—No me refiero a eso...

—Danny, entiendo que te preocupes por nosotros, pero estaremos bien —le dijo Sam, sonriéndole y tomando su mano para tranquilizarlo—. Confía en nosotros.

—Es nuestro mundo el que está en peligro —Jazz le tocó el hombro—. Todos haremos lo mejor posible.

Danny entornó una mirada hacia los presentes, que iba cargada de tensión. En ese círculo estaban sus maestros, sus amigos y compañeros de la secundaria, algunas personas desconocidas, incluso hasta su mayor rival, y todos se unían para un mismo fin: salvar su hogar. El azabache asintió e inconscientemente apretó la mano de Sam.

El objetivo era difícil.

Dan era la parte malvada de Danny. Decir que podían explicar cómo había conseguido escapar de la prisión de Reloj, era mentira, porque en realidad nadie sabía lo que estaba sucediendo. Y eso era en verdad muy aterrador.

Claro que, todavía no era cien por ciento seguro que su nuevo enemigo se tratara específicamente de él, pero podían apostar todas las cartas a que así lo era. El enfrentamiento pasado con Skulker fue una pista que los hizo afirmar aquella suposición. Se trataba de Dan, y estaba buscando a Danny por alguna razón.

—Lo derrotamos una vez, podemos hacerlo de nuevo.

—Me gustaría creer eso, Tuck.

Danny observó a Tucker, y la expresión en su rostro no la tranquilizó, a nadie lo hizo. Todos dependían del poder de Danny, y Danny dependía de su poder para salvarlos a todos. ¿Acaso nadie, además de ella, era capaz de notar el miedo que estaba creciendo en el interior de Danny? Podía parecer el chico más valiente de todo el mundo, y lo era, pero Sam lo conocía y sabía que su novio palidecía por dentro. Tenía una responsabilidad tremenda, y precisamente eso lo estaba aterrando. Fallarles a todos.

—¡Lo conseguiremos! —habló Valerie, mucho más optimista—. Acabaremos con esos espectros, les patearemos el trasero, niño bonito.

Sam arrugó el entrecejo y soltó de inmediato a Danny. Éste la observó de reojo, soltando una risa risueña ante los celos inocentes de su novia. Luego, él se puso de pie y les dedicó una última sonrisa al resto. Aquellos celos sin sentido se transformaron instantáneamente en una fuerte opresión en el pecho, como un mal presentimiento. Entonces Danny se acercó a ella y le indicó que se alejaran un poco. Lo siguió hasta un rincón, que no era especialmente privado pero al menos les valía para conversar lejos del ruido de la paranoia.

—Sam —lo observó tamborilear los dedos. Un gesto poco usual en él, nunca había visto a su novio tamborilear los dedos, incluso cuando estaba avergonzado actuaba más bien como tonto. Sin embargo, se le hizo ridículamente tierno. De alguna forma, ella ya intuía lo que iba a decirle—. Cuídate, por favor... Mereces ser feliz y vivir una vida larga.

ACÉFALO |Danny Phantom|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora