Sam elevó una ceja, todavía expectante a la respuesta. El chico de ojos celestes de pronto actuaba de forma extraña, tamborileando los dedos en movimientos anormales. ¿Estaba nervioso? Y el joven moreno hace rato que se había levantado para ir al baño, dejándolos solos. Sam creyó ciegamente que el joven de gorra estaba escapando, pero, ¿de qué?
—¿Y bien? —preguntó, algo ya molesta.
—¿Y bien? —repitió automáticamente, ella frunció el ceño—. Ah, claro. Yo soy... Bueno, mi amigo, él es —fingió toser, concentrando la mirada en el servilletero—. Nosotros somos...
—Okey. Hasta ahora lo único que tengo bien claro es que sabes conjugar perfectamente el verbo ser en tiempo presente —chasqueó la lengua—. Lamentablemente esa no es la respuesta que busco. Así que eso es un error.
—¡Eso! Se trata del presente. De ESTE presente, quiero decir —recalcó, mirándola fijamente.
Sam contrajo los músculos de la cara, adquiriendo un sentimiento de confusión instantáneo. Las palabras del joven azabache resultaban cada vez más confusas y difíciles de digerir, como si estuviera revelando algún secreto entre líneas. Sam negó con la cabeza, apartando sus tontas ideas.
—¿Este presente?, ¿no es el mismo presente en todos lados?
—No exactamente. No aquí —lo vio suspirar y acomodarse una vez más en su asiento. Giró el cuello a los lados, como si estuviera vigilando que nadie más, excepto ellos dos, pudiera escucharlo. Luego le hizo una seña para que se acercara un poco—. Escucha, Sam, no puedo decirte mucho hasta estar seguro de que...
—¡Espera un momento, chico extraño! —se apartó con brusquedad y lo enfrentó. El miedo la recorrió por un segundo—. ¿Acaso ya te he dicho cómo me llamo? No, por supuesto que no lo hice, ¿cómo sabes mi nombre? —juntó las cejas.
Él unió las cejas con la nariz, enojado por razones que ella no conocía o no lograba descifrar, aunque Sam podía percibir un deje de tristeza en sus ojos. Pero era imposible que sus preguntas lo hubieran lastimado; de todas formas, exigía una respuesta y no iba a doblegarse ante nadie.
—¿Qué son exactamente ustedes? —crujió los dientes, iracunda—. ¿Un tipo de acosadores?
Entonces él rio de medio lado, con amarga ironía.
—Sí. Seguramente voy por la calle tratando de averiguar cosas como tu nombre y tus pasatiempos favoritos.
—Tratas de ocultarte con sarcasmo mal disimulado —luchó por tranquilizarse, suspirando. Si pensaba un poco las cosas, lo que estaba insinuado sonaba absurdo y hasta improbable. Volvió a suspirar, elevando el flequillo de su frente—. Trataré de fingir que nada de esto ocurrió realmente. Pero al menos, deberías responder, ¿cómo sabes mi nombre?
El chico observó a lo lejos, y en un breve, pero muy breve, momento, lo vio temblar. Hacía frío, pero adentro de la cafetería ninguna brisa los podría alcanzar, además de que contaban con calefacción. Resultaba extraño que él estuviese temblado de esa manera, aún con el abrigo grueso que tenía encima.
—Tu queridito novio fue quien gritó tu nombre a los cuatro vientos cuando chocaste conmigo —se refirió a Casper con arrogancia y luego fue indiferente—. ¿No se te ocurrió?
Sam ignoró la dureza que había utilizado para hablarle, atenta en analizarlo, esperando descubrir alguna pista que pudiera transportarla en el tiempo a través de su mirada celeste; pero entre más lo veía, más presentía que ya lo conocía. Quizás sí estaba exagerando, y el chico y ella de verdad se conocían desde antes. Mas era fácil alterarse cada vez que buscaba entre sus memorias. Sam sabía que a veces actuaba estúpidamente, y que sus impulsos podrían dañarla de mil maneras, y sin embargo, era cada vez más complicado de soportar, cada día era como un nuevo tormento en un camino incierto. El joven notó su mirada, relajando fugazmente su expresión y le sonrió con sinceridad, podía leer en su semblante que se estaba disculpando, y ella también le pidió perdón internamente.
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ACÉFALO |Danny Phantom|
Mystery / Thriller[DANNYxSAM] Algo ha ocurrido en la vida de Sam. ¿Qué pasó exactamente hace cuatro años?, ¿quiénes son Danny y Tucker? Ahora se siente tan vacía y miserable, con una extraña cicatriz de un accidente que no recuerda. Sam tendrá que viajar a Amity Park...