Sam levantó la cabeza ligeramente hacia arriba, apenas un par de milímetros, los suficientes para verlo sin dificultad, mientras que finas y oscuras hebras de cabello caían por su frente hasta llegar a sus ojos. Entonces, Sam contempló al chico con majestuoso traje oscuro que volaba por los cielos con una misteriosa mirada de ataque. Quiso gritarle, pero prefirió no hacerlo; no quería distraerlo, porque en una situación como aquélla una distracción puede ser un gran problema. Sin embargo, el chico giró lentamente hacia ella, como si hubiese advertido su presencia de algún modo, sorprendiéndose en el acto para luego terminar reprochándole con ese par de ojos esmeralda.
—¿Sam? ¿Qué haces aquí? —frunció el entrecejo de inmediato, colocándose a su altura, quizá para reprenderla por su valiente y estúpida hazaña—. Creí que habías prometido quedarte a salvo lejos de aquí, junto con todos los demás.
—Lo siento, crucé los dedos —encogió los hombros cual niña ingenua, pero sabía que esas cosas no funcionaban con él—. No necesito que me protejas, Danny. Necesito estar a tu lado y luchar contigo, de la misma forma que siempre ha sido. Tus batallas también son las mías, ¿recuerdas?
Danny se mordió el labio inferior con impotencia, demostrándole a Sam que en realidad estaba inmiscuyendo a su novio en un conflicto mental muy fuerte. Ciertamente, ella lo entendía, comprendía el cuento cliché que seguramente se inventaba para protegerla, pero ella sentía lo mismo por él. Danny cuidaba de todos, y lo hizo por mucho tiempo en secreto, pero nadie se había preocupado lo suficiente por cuidar en realidad de él, a excepción de sus padres. Ella estaba decidida a no convertirse en ese tipo de persona. Sam haría todo lo posible por protegerlo, aunque eso significaba ser un estorbo más que una ayuda. ¿Sería egoísta siguiendo esa lógica? Sam sabía que todos los enemigos de Danny eran cada vez más poderosos, y sinceramente no podía hacer mucho por él, quizás fuera de más utilidad si se mantenía lejos tal como Danny le pedía. Sin embargo, no iba a rendirse tan fácil, tendría que intentarlo primero antes de hablar.
—Danny, no me voy a ir, y sabes lo muy terca que puedo llegar a ser.
—Sam, esto es diferente. No es como los otros fantasmas, esta vez... no puedes estar aquí.
—No sabemos ni siquiera a qué nos enfrentamos, ¿y qué? Siempre es un nuevo reto, chico fantasma.
—Sam...
—Sam esto, Sam lo otro. Estoy harta de seguir instrucciones —se quejó tratando de imitar su voz, ocasionando que Danny se relajara un momento y escapara una sonrisa dulce de su boca—. Yo hago mis propias reglas, tanto si lo quieres como si no —tenía tanta determinación corriendo por sus venas que no le importó cualquier excusa que Danny empleara para persuadirla, porque nada podría convencerla de lo contrario. Y justo en ese momento, Sam se valió de su reloj pulsera para disparar un rayo láser a un fantasma que se movía silencioso por la espalda de Danny. El fantasma, de apariencia desconocida y bastante mediocre, gimió de dolor, percatándose Danny del enemigo sólo en ese instante, y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, Sam se adelantó y lo atrapó con ayuda del Termo Fenton, dejando a Danny anonadado—. Tan fácil como deshacerse de ese problema. Sin mí ese fantasma te hubiera pateado ese bonito trasero.
—¿Piensas que tengo un lindo trasero?
Sam se sobresaltó, y viró los ojos hacia otra dirección.
—Yo no dije que tu trasero fuera lindo —replicó, apenada.
—¿No lo es?
—Sí... es redondo y se ve muy bien a través de las mallas pero... —rápidamente cambió de expresión, poniéndose muy seria—. Phantom, ¿estás jugando conmigo?
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ACÉFALO |Danny Phantom|
Mystery / Thriller[DANNYxSAM] Algo ha ocurrido en la vida de Sam. ¿Qué pasó exactamente hace cuatro años?, ¿quiénes son Danny y Tucker? Ahora se siente tan vacía y miserable, con una extraña cicatriz de un accidente que no recuerda. Sam tendrá que viajar a Amity Park...