Frente a ella veía a Casper moverse de un lado a otro en la habitación del hotel. Ya llevaban varios días hospedándose en aquel cuarto maloliente, y las cosas en su mente no parecían aclararse ni un poco, sino todo lo contrario. Estaban más fríos que al principio, mucho más que durante el viaje por la carretera congelada de Amity Park.
Entonces Sam observó despistadamente a su novio, tenía un mechón intenso que cubría con rebeldía su ojo derecho, además de que parecía estar nervioso, como si hubiese bebido diez tazas de café de un solo trago; y Casper aborrecía el café.
—Vas a hacerle un agujero al suelo —exclamó con fingida paciencia, sin despegarle la mirada de encima—. Tranquilízate.
Casper se detuvo en seco, la contempló por un segundo y retomó su caminata sin marcha. Sam frunció el ceño y se vio obligada a tomarlo por el hombro.
—Casper, me estás exasperando.
—Sam...
Oh, oh. De nuevo Sam, a secas. Por su mente se proyectó la palabra 'problemas', seguido de un fuerte ardor en el estómago.
—¿Qué ocurre esta vez? —se puso a la defensiva. Sinceramente, ya no sabía cómo anticipar las respuestas de su novio; cada vez lo conocía menos.
—Debo regresar a Ghost, y pronto —suspiró, y el mechón castaño subió por su frente, pero volvió a caer sobre su ojo en un instante—. No me gusta esto, pero mi padre me marcó desde muy temprano, me necesita en el rancho, y sabes que mis padres son bien ancianos.
—Ni lo son tanto —inmediatamente se mordió el labio inferior, al percatarse de la tremenda metida de pata—. Dime que lo pensé —el chico juntó ambas cejas, irritado—. Casper, yo lo sien...
—¿Crees que es un pretexto? Por dios, Sam, por supuesto que lo crees —tamborileó los dedos con energía bruta y las mejillas se le colorearon en automático de rojo por la ira—. Sabes que mi madre tiene esa rara enfermedad en los dedos, y mi padre no puede solo con el nacimiento de los becerros... Sam —exhaló para destensar sus músculos y transpirar todo el coraje que había acumulado—. Sam, no me gusta para nada, pero no estoy mintiendo.
Ella extendió los brazos para rodear su cuello y besarle los labios. Sabía que Casper luchaba contra su propia rabia, y si un beso no lo ayudaba a calmarse, entonces no sabía qué más hacer. No obstante, apenas alcanzó su clavícula cuando Casper se apartó. Sam crujió los dientes y apretó el puño.
—¡Pues vete de una vez! —gritó enfurecida—. Si tanto te necesitan, vete.
Podía escuchar el rechinido de sus propios dientes al contraerse, y sentir las uñas encajarse en la palma de su diestra. Casper la miró de reojo y luego respiró muy profundamente.
—Sam —engrosó la voz, de la misma manera que un dictador lo hace para sonar imponente—. Sam, no te voy a dejar sola, entiéndelo, ¿sí?
—Te necesito menos de lo que te necesitan tus padres en el rancho.
Advirtió el semblante dolorido en el rostro de su novio, a causa de sus palabras. Sí, era algo cruel, pero, no iba a marcharse con él así de simple, no después de todo el tiempo que había... que habían invertido los dos, juntos, en el caso.
—No estoy pidiendo tu permiso, ni mucho menos es un trato a negociar —carraspeó la garganta, y la voz grave regresó a su cuerpo—. Nos iremos de aquí, tanto si lo quieres como si no.
—¡No puedes hacerlo! —encorvó la espalda cuando Casper se acercó.
—Prometí que te cuidaría, Sam, trata de comprenderme —llevó ambas manos a la cara y la frotó de forma exhausta—. No me iría tranquilo sabiendo que estás aquí sola, enfrentándote a quién sabe qué gente y qué cosas.
ESTÁS LEYENDO
ACÉFALO |Danny Phantom|
Mystery / Thriller[DANNYxSAM] Algo ha ocurrido en la vida de Sam. ¿Qué pasó exactamente hace cuatro años?, ¿quiénes son Danny y Tucker? Ahora se siente tan vacía y miserable, con una extraña cicatriz de un accidente que no recuerda. Sam tendrá que viajar a Amity Park...