honey || KookMin

04. La presión y la curiosidad

Se estira en su silla y mira alrededor un instante, baja los auriculares y da un suspiro agotado. Ya acabó toda la tarea de la semana, puede presentir que Taehyung la llamará en más tarde para preguntar. Ni la molesta, seguro está cuidando de ese gato cojo que recogieron hace unos días. A los padres de Taehyung no les gusta que ande agarrando animales de por ahí, pero al mismo tiempo les cuesta despreciar su interés. Tienen esperanza de que eso lo haga estudiar veterinaria y lo tenga como profesión en caso de que el espectáculo no funcione.

Es apoyo por todos lados, Jimin se da por satisfecha y feliz con el tema. Tiene la impresión de que sus padres no están convencidos de que sea bailarina. Aún no lo habla seriamente con ellos, quiere un momento adecuado para decirles que a eso se dedicará. Que después de eso y al tener una mínima comodidad, estudiará algo, se licenciará y no deberán preocuparse por ella. Es un plan algo arriesgado, sin embargo, es su decisión y no la ve tan imposible de conseguir.

Considera que ya hizo suficiente de la escuela por hoy. Dedicó casi seis horas o más. Recoge y ordena lo posible. Se ha forzado a esto desde hace un año. Es naturalmente desordenada. Su cuarto era siempre un caos. Ahora está bien y quiere mantenerlo así. Con la esperanza de también ganarse una mascota. Es responsable de sobra.

Le llama la atención encontrar un arete que no es suyo. No usa cosas así. Da por sentado que es de Jeonggoo. Aparte de Taehyung, es la única persona que se ha metido en su cuarto. Lo deja en el escritorio y baja para ir a abrir la puerta. Alguien tocó al timbre. Es tarde y solo por la confianza en la seguridad a estas horas, abre.

— ¿¡QUÉ TE PASO!?

—Buenas noches.

Jeonggoo gira la cabeza y escupe sangre a un lado. Jimin deja caer un hombro con la boca torcida. Jeonggoo viene de una paliza grupal ¿O qué? Lo más gracioso es que su chaqueta y sus botas se ven limpias y casi nuevas. En comparación a lo demás que está sucio y roto. Su nariz enrojecida, pómulo púrpura, ojo hinchado, labio roto. También tiene tierra y mugre.

—Ahora vienes directamente ¿Eh? —Exhala Jimin con cierto cansancio. Jeonggoo moquea—. Pasa, mis padres llegarán tarde hoy, pero aun así debes irte rápido. —Advierte Jimin, dejándole pasar. Jeonggoo se quita las botas y entra.

La deja en su habitación, busca el botiquín debajo de la cama e inicia la rutina usual. Jeonggoo puede casi leer lo que pasa por su cabeza. Relame sus labios con nervios antes de iniciar la conversación por sí misma:

— ¿Te gustaría salir conmigo un día?

Jimin levanta la cara, sorprendida. Jeonggoo se pone roja. Está segura de que esto hubiera salido mejor de no haberse tardado tanto en llegar o tan siquiera haber tenido el ataque al lugar de reunión ¡Pudo haber salido tan bien!

—Quizá a un centro comercial, el cine. Donde prefieras. —Explaya Jeonggoo por la falta de respuesta. Jimin frunce un poco la cara antes de negar.

—No. No lo haría hasta que dejes de pelear—responde Jimin y para Jeonggoo, es un sí, con condiciones, pero un sí a final de cuentas—. Mira como tienes las manos. A este paso se pondrán tan mal—Regaña con disgusto—. No deberías estar en una pandilla para empezar.

Jeonggoo cierra y abre la mano recién vendada. Tal vez sí es lo que Namkyung le dijo: insiste hasta que diga que sí.

~ * * * ~

Taehyung entra al salón de clases y se detiene a mitad de camino. Puede jurar que es la primera vez que ve a Jeonggoo. En el salón. Están a varias mesas de distancia, incluso si entraba tarde, era complicado darse cuenta de ella. La muchacha gira la cabeza hacia Taehyung y este sonríe tenso.