32. Heridos y culpables

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Pasa sin permiso al hospital y recorre todos pasillos en busca de Jimin. Demora más de una hora en el proceso. Por eludir a enfermeras y doctores que le preguntarían con respecto a su presencia. La encuentra en una sala bastante especial, tiene un enorme cristal que permite ver adentro si la cortina está abierta. No es el caso.

Jeonggoo se prepara para forzar la puerta, no obstante, ni siquiera hizo falta: la puerta es abierta desde dentro por el Sr. Park, quien mira con sorpresa a Jeonggoo.

—Te llamo luego cariño—Cuelga la llamada— ¿Cómo te atreves a estar aquí?

—Y-yo quiero verla. Quiero-

— ¡No! ¡No vas a acercarte Jimin de nuevo! —dictamina el adulto en notable alteración—. ¡Si lo haces llamaré a la policía y no me va a importar nada! ¡¿Qué más puedes querer!? ¿¡Ya no hiciste suficiente!?

—Solo... es mi... novia. Quiero verla y- Quiero estar con ella. —balbucea Jeonggoo, asustada. El Sr. Park la mira de la misma forma que Kangdae:

Queriendo que desaparezca y no verla nunca más.

—No tienes derecho a acercarte. Por tu culpa—la voz se le quiebra de tal forma que Jeonggoo se sorprende—. Por tu culpa mi niña- mi bebé está ahí dentro. Por tu culpa que le hicieron todo eso ¡De no ser por ti esto no estaría pasando! Ella debería estar en Seúl ahora... cumpliendo su sueño y no aquí sin haber despertado ni una sola vez.

Es imposible no percibir sus ganas de llorar. El que su cara se pone roja y se parece tanto a Jimin cuando la rabia la hace querer romper en llanto.

—Ella no tenía nada que ver con esto. Ella no hizo nada.... Solo confiar en que era importante para ti ¿No te fue suficiente? Absolutamente todo lo que hicimos por ti, todo lo que te dimos, todo lo que te ofrecimos y tú la devolviste así.

— ¡Yo no quise que pasará! ¡No lo hubiera permitido si pudiera! Lo hubiera intentado ¿Que no ve? —levanta su camisa y muestra la herida mal vendada—. No estábamos haciendo nada y quisieron-

—Ojalá te hubieran matado y así ella habría huido. Lárgate de aquí.

Jeonggoo queda con los hombros caídos y no logra ver nada dentro de la habitación cuando el regresa al interior. Moquea y mira al suelo. No es su culpa. No pidió que los atacarán o quiso hacerse la fuerte de ninguna manera. Estaban ahí, hablando nada más ¿Por qué sería su culpa!?

Por ser parte de Bangtan ¿Por qué no sería tu culpa? Se dice mentalmente sentándose en un rincón donde es difícil verla. Llama a Namkyung para decirle que va a tardar más. Tiene que esperar a que el Señor Park salga de la habitación para poder entrar.

. . .

—Sí, sí, tranquila. Sigue con eso. Vienes pasado mañana si aún no despierta... Sigue igual—Jeonggoo se inclina un poco para oír mejor—. Es solo un coma y no estado vegetativo según el chequeo de hoy—Frota su cuello con cansancio—. Iré a comer algo ahora ¿Hablamos más tarde...? No, no vengas, descansa en casa.

El Sr. Park se aleja y Jeonggoo aprovecha el momento para entrar en la habitación. Tiene iluminación tenue a pesar del brillo que hay de las máquinas tras la camilla. Se coloca a un lado y sus ojos se aguan al instante. Jimin está pálida, su cabello un poco más abajo de los hombros; el respirador se empaña cada tanto con sus respiros lentos; su ojo con un grueso parche, una venda que rodea su cabeza; su brazo con signos de haber estado enyesado. Aparta la sábana, encontrando heridas con puntos y más vendaje.

Le toma de la mano, fría y casi inerte, con pulso pobre. Se recuesta de ella, moqueando y llorando.

—Minie... Honey, despierta, por favor.

honey || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora