Te Ayudo A Olvidar (Mo Xuanyu X Lan Wangji)

Cercanía

¿Volver al agujero de donde salió? No, si hubiera otra opción la elegiría sin dudar. Así fuera morir a latigazos por el mismísimo zidian hasta convertirse en un pedazo de carne ensangrentada. Podía aguantar la agonía del dolor, daba igual, lo hizo muchas veces antes en la Mansión Mo.

Pero no soportaría ser marginado por Hanguang-jun.

—¡No fué mi intención, Wangji! ¡Te juro no quería mentirte! ¡Es sólo que...

—¡Cierra la maldita boca, estúpido manga cortada!– Gruñó Jiang Cheng, recogiendo nuevamente su látigo listo para lanzar otro ataque– Segundo joven maestro Lan, no sé si lo sepa. Ese sujeto fue echado de la secta Jin hace un tiempo por haber acosado a su medio hermano Lianfang-zun. No es alguien con el que le conviene asociarse...

El Lan siguió totalmente inmutable, firme como una montaña capaz de retar al mismísimo sol, interponiéndose entre Mo Xuanyu y el líder de secta Jiang sin soltar su guqin.

—¿Lan Wangji?– Dijo suavemente el más joven, pronunciando sílaba por sílaba sin poder creer lo que estaba viendo.

—Es un invitado de la secta Lan– Respondió el jade.

Los cultivadores de la secta Jiang esperando poder intervenir en la pelea se quedaron paralizados, soltando quejas frustradas indispuestos a provocar una pelea interna con Gusu.

Sólo Jiang Cheng pareció lo bastante osado, diciendo palabras llenas de veneno a pesar de hacer desaparecer su látigo.

—Ya veo, segundo joven maestro Lan– Sonrió sombrío, con falsa cortesía– Así que este joven está bajo tu protección. Me imagino no quieres esta vez alguien resulte muerto, ¿Cierto?

¿“Esta vez”?, Repitió en su mente el más joven. La persona muerta a la que tantas veces escuchó su benefactor le dedicaba una canción para tratar de invocar su alma, sin duda era el famoso Wei Ying, o Patriarca Yiling, un desertor de Yummeng y genocida. ¿Acaso hablaba de él?

Pero también tenía una duda más importante: ¿De verdad Wangji le creía sin escuchar ninguna explicación?

El jade no dijo nada, igual de inconmovible. Y viéndole la espalda, Xuanyu no pudo saber qué minúsculas diferencias había en su expresión corporal o facial para estar seguro.

—Uh... Líder de secta Jiang, si es un invitado de la secta Lan, no creo deba...– Intervino uno de los discípulos.

—¡Cállate! ¿Acaso hay algo más en ese tipo, que quizá nadie sabe?– Siguió hablando Jiang Wanyin sin obtener respuesta.

¿Algo más? ¿Qué puede haber en mí?, Se cuestionó desconcertado Xuanyu antes de aferrarse a la espalda de la ajena túnica blanca buscando alguna mirada. En verdad no quería causar ninguna pelea.

—Wangji...

El Lan giró la cabeza sobre su hombro, observando por unos segundos el rostro afligido del más joven, y asintió reconociendo el mensaje.

—Vamos– Guardó el guqin, mandando una última mirada de advertencia al Jiang.

Sin atreverse a hacer lo mismo, el Mo lo siguió, bajando la vista al suelo. Siguió sosteniendo su túnica, como si eso pudiera calmar los estragos de su interior amenazando con volverlo loco en serio.

—Wangji... Tú, ¿Crees que yo...?– Preguntó balbuceando, temeroso de la respuesta.

—No eres esa clase de hombre– Contestó sinceramente el Lan.

Cuando el más joven creyó estaba dormido en el suelo, en lugar de tratar aprovecharse lo había abrigado con la única sábana. Luego mostró honestos sentimientos en varias ocasiones, como cuando le dió dinero a quien fue cómplice del casi abuso que vivió. Él bien sabía lo perjudicial que era no basarse en su propia experiencia para juzgar a otros.