Te Ayudo A Olvidar (Mo Xuanyu X Lan Wangji)

El Daozhang y la Bestia

Nota: me acabo de enterar Mo Xuanyu tiene ojos del mismo color que Guangyao 😯. Pero, en fin, ya me da flojera buscar corregirlo en todo el fic.

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Lan Zhan toma la cara del Mo, y acorta la tortuosa distancia entre sus labios, inclinando la espalda mientras Xuanyu aspiraba el aroma de sándalo, mezclado con su perfume. Sonrieron en medio del beso, decidiendo la combinación de ambos sería su olor favorito desde ese día.

El Mo posó sus manos sobre la cascada de cabello oscuro cayendo en la espalda de su Wangji, tomándose unos segundos en apreciar la dulzura de los labios exquisitos moviéndose en un lento compás.

Le gustaban los besos lascivos, pero los que estaban llenos de cariño y ternura eran encantadores. El contraste enigmático enterneció su corazón sólo de recordarlo.

Al terminar el beso, el jade hizo una última reverencia hacía las cenizas, todavía abrazando con un brazo al menor, musitando una disculpa por ese gesto en “su presencia”.

Miró interrogante a Xuanyu, quien replicó:

—Me quedaré un rato mas– Xuanyu dió una sonrisa gentil, colocando un brazo sobre el pecho del Lan, y obtuvo el mismo gesto– Ya es hora.

—¿Tienes la señal?– Preguntó preocupándose el Lan.

—Sí. No te alteres tanto, Wangji. Si la situación marcha mal antes que puedas llegar, usaré lo que me enseñaste–

La sonrisa del amor de su vida.

Accediendo, el Lan supo su pareja quería un tiempo a solas con su familiar ya fallecido, entonces decidió respetarlo, no sin antes mencionarle la idea que había tenido:

—Lleva sus cenizas a Gusu.

—¿A la secta Lan?– Preguntó perplejo Xuanyu, aunque al instante reflexionó: ¿Dónde más quedaba Gusu? Además, no podía dejar a su abuelo en ese lugar inseguro, donde en cualquier momento podría alguien más volver y terminar tirando las cenizas del último patriarca en la familia.

Y el clan Lan ahora era su familia también. Un lugar en que siempre podría volver, y lo esperarían con los brazos abiertos, sin juzgarlo por sus peculiares gustos.

—A-Yu, ¿Qué piensas?– Añadió el Lan, viendo como buena señal los ojos de su amado se iluminaran trás el ofrecimiento.

Su corazón se enterneció, una vez Xuanyu tomó la iniciativa en iniciar otro beso, dejando su timidez habitual.

—¡Yo estoy de acuerdo! Gra...– El Mo se detuvo abruptamente, recordando esa palabra ya no era necesaria entre ellos. Se cuidaban y complacían por los sentimientos recíprocos, entonces sólo tenía que ser totalmente abierto con su amado en adelante–... Te amo.

—También– Wangji sonrió enternecido, sonrojándose por la punta de sus orejas. No estaba acostumbrado a intercambiar palabras de afecto, siempre los gestos de cariño en su secta estuvieron muy alejados de lo físico o decir un “te quiero”, así que cada vez escuchaba a A-Yu recordarle lo ama, no podía evitar su corazón se acelerara como la primera vez.

Del mismo, el corazón del menor no paraba de agitarse emocionado, lleno de euforia, igual que lo estúpidamente enamorado que estaba del jade.

Lo vió adelantarse en buscar una posada, todavía sonriendo de oreja a oreja, ilusionado pensando en verlo con túnicas nupciales el día de la boda pronto. Incluso si faltaba decirlo a la secta Lan, soñar antes de eso no costaba nada, ¿Cierto?

Ya estando a solas, sonrió imaginandose la expresión de su abuelo si estuviera vivo en ese momento para ver la escena cursi. Fue una curvatura sincera, a pesar de la tristeza qué apareció en sus ojos.