𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟒

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Nos encontrábamos cenando asado a la miel en El Buen Cazador, yo acompañaba la comida con una copa de vino de diente de león, el tomaba un sorbo de vez en cuando. Noté que fijaba su mirada en mí, eso me ponía sumamente nerviosa pero decidí hacer como si no supiese nada al respecto.

Hablábamos de cualquier cosa, cometando el éxito de la misión de hoy y él dijo en repetidas ocasiones que mi plan era una completa locura y que soy una demente temeraria. Ahí me ha pillado, creo que sí soy una demente temeraria, a veces...

- Querida no me malinterpretes... solo digo que la próxima vez, si es que la hay, pienses mejor las cosas. Podrías haber muerto... Y no se que hubiera pasado si no te hubiera sostenido del brazo y hubieras caido al vacio yo...

- Oye, oye, no pienses en que hubiera pasado si... Estamos aquí y ahora, centrate en eso ¿vale?- Le dije mostrandole una sonrisa y posando con algo de duda mi mano sobre la suya. El me sonrió de vuelta, haciendo que todo a mi alrededor pareciera volverse invisible.

Durante el resto de la cena conversamos sobre distintos temas, el me preguntó un poco sobre mi vida antes de llegar a Teyvat, sin pedir muchos detalles ya que no quería incomodarme. En parte se lo agradezco... No me apetecía recordar malos momentos cuando lo estaba pasando tan bien con él.

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Serían al rededor de las diez de la noche cuando terminamos de cenar, recoríamos las calles de Mondsadt en busca de algún entretenimiento, puesto que yo le dije que aún no quería acabar con esta especie de ¿cita? Realmente no se si podemos considerar esto una cita, sin embargo, me lo estoy pasando bien, así que no me apetece irme a casa a esperar a quedarme dormida mientras miro al techo sin ningún entretenimiento.

Cerca de la entrada a la ciudad ví un puesto de flores con diferentes variedades expuestas en vistosas macetas y me acerqué a verlas de cerca. Diluc se limitó a caminar a mi lado, prestando atención a todos mis movimientos.

- ¡Bienvenida! ¿Hay alguna flor que le interese?- Dijo una chica de pelo corto recogido en dos pequeñas coletas. Pero al fijar la mirada en el joven que se encontraba detrás mía se sonrojó notablemente y pasó a centrar su completa atención en él.

Le saludó coquetamente y empezó a hablarle de lo mucho que le apasionaba todo lo que hacía, mientras que yo sólo podía sentirme extraña y algo fuera de lugar, por lo que silenciosamente me fui hacia unas plantas que había al otro lado del puesto. Examinaba con la mirada la flor, la cual emitía una luz azul cielo en la oscuridad, me parecía preciosa. Pero no podía evitar sentirme incómoda por no participar en la conversación entre aquellos dos. No es que me moleste... Bueno si que me molesta un poco, pero no tengo derecho a sentirme celosa o algo parecido. Después de todo solamente había sido una salida entre amigos... Mi mirada, la cual estoy segura que expresaba todo lo que callaba en mi cabeza, pareció delatarme, pues en cuanto les dí una mirada fugaz, el joven pelirrojo dirigió su mirada en mi dirección. Viendo como mis ojos, ahora tristes, se fijaban en la flor brillante, la cual los iluminaba de manera única.

- Esto... Donna... Ha sido agradable hablar contigo... pero si me disculpas debo acompañar a mi chica a casa... Disculpa.- Dicho esto se acercó a mí y pasó su brazo por mi cintura, comenzando a caminar en dirección mi casa.

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Llevabamos como cinco largos minutos en silencio, yo porque no sabía que decir respecto a lo de "mi chica" y él por la vergüenza que sentía ahora mismo. Estabamos a escasos metros de la puerta de casa de Amber cuando de repente paró en seco, aflojando su agarre en mi cintura. Yo lo miré a los ojos, separandome un poco para no incomodarle.

- Yo... No... Perdoname no debí haberle dicho que somos pareja, no pretendía incomodarte, es solo que te noté algo fuera de escena y no quería que el recuerdo de esta noche te supiese a un final agridulce así que-

Le corté, le callé y no se me ocurrió mejor forma que dándole un casto beso en la mejilla, y escondiendo mi cabeza en el hueco de su cuello, buscando que la tierra me tragara en ese preciso instante. Entoncés habló.

- Eso no ha estado mal...- Dijo para después acariciar mi pelo de manera afectiva. Y continuó hablando.- No sé ni si quiera porque solo actuo así contigo... pero me agradas _____________. Por favor, no me dejes tu también.- Saqué mi cabeza del hueco entre su cuello y su hombro y le miré a los ojos. Y nos miramos por unos segundos, segundos los cuales me parecieron horas, pero a su vez, un abrir y cerrar de ojos.

- No voy a dejarte Diluc, no me dejes tu a mí...- Le dije, sintiendo su respiración a milímetros de mí. Y habló el nuevamente.

- Jamás, es una promesa... Y ahora me dispongo a sellarla...- Dijo casi en un susurro, para posar sus labios sobre los mios de manera delicada pero a su vez, ardiente, justo como su visión.

Justo ahí en medio de las calles de Mondstadt, justo ahí a escasos metros de la puerta de casa, justo ahí en medio de la noche cuando nadie más que la estrellas podía vernos. Justo en ese entonces fue el verdadero comienzo de nuestra historia.

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Holɑ ɑ todxs!! Les tɾɑje un nuevo cɑpítulo γ queɾíɑ ɑpɾovechɑɾ pɑɾɑ comentɑɾles que pɾóximɑmente iniciɑɾé unɑ histoɾiɑ sobɾe Zhongli, poɾ si les inteɾesɑ <3 Eso es todo poɾ hoγ, bebɑn ɑguɑ, cuídense γ tengɑn un lindo díɑ/tɑɾde/noche <3

𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 - 𝐃𝐢𝐥𝐮𝐜 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐯𝐢𝐧𝐝𝐫 𝐱 𝐫𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora