𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟗

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Unos pasos resonaban, encaminándose hacia mi direción. Decidí que lo mejor sería agudizar mi oido, mientras fingía que seguía inconsciente. Escuché una voz masculina que no pude identificar y la contestación de un soldado Fatui al cual identifiqué como mi asaltante.

- Sigue inconsciente, no le habrás rociado demasiado de lo que te entregué verdad, sería potencialmente mortal.- Dijo preguntándole al guardia, lo cual me hizo tensarme, espero no morir hoy.

- No señor Dottore, seguí sus instrucciones al pie de la letra señor, tal y como usted me dijo.- Dijo el guardia de visión Pyro con voz temblorosa.

"Así que Dottore...""Suena como alguien imporante para los Fatui, tal vez sea uno de los heraldos" pensé, pero las órdenes que le dió el hombre llamado Dottore al guardia me sacaron de mis pensamientos, poniéndome en guardia.

- Quiero divertirme y experimentar con ella un rato antes de que su caballero de brillante armadura se de cuenta de que la tenemos, tráela a mi laboratorio... Yo me encargaré de que despierte.- Dijo, yo solo tragué duramente, tratando de formular una estrategia en mi cabeza. Mientras tanto, volvieron a escucharse pasos, esta vez alejándose de mi posición y el traqueteo de la puerta abrirse. Podía sentir como el guardia se acercaba cade vez más a mí. Justo cuando iba a acercarse con la llave para liberar mis muñecas me las arreglé para darle una patada a la altura del abdomen, dejándolo doblado de dolor en el suelo. Tomé rápidamente las llaves de manera que al fin quedé libre. Rápidamente amordacé al guardia con una cuerda que había al otro lado de la habitación y lo até al mismo poste en el que había estado atada segundos antes.

- Nos vemos amigo.- Dije en un susurro, para después cerrar la puerta con llave y salir a hurtadillas por el inmenso pasillo que llegabá hasta una puerta con un gran marco de madera. Desde luego lo reconocí, era el Gran Hotel Goth, estuvimos aquí cuando tratamos de recuperar Der Himmel.

"Aquí debe de estar el laboratorio del que habló este tipo, veamos que demonios quiere de mí." Sin más abrí la puerta, registrando la habitación llena de papeles con fórmulas, probetas, matraces y demás. Estaba vacía, no había rastro de nadie, pero sabía que no era cuestión de tiempo para que ese tío viniese. Sin embago y según tengo entendido, si es uno de los once heraldos no creo poder enfrentarlo sola, no tengo mi lanza y aún no domino completamente la energía elemental.

- Vaya, vaya, parece ser que la ratita de laboratorio muerde.- Dijo una voz divertida destrás mía, a lo que yo rápidamente me giré. Le daba las gracias mentalmente a los Arcontes por haberme acordado de coger el arma del guardia que custodiaba la celda, al menos no estaba completamente sola contra él.

- ¿Por qué? ¿Por qué me quieres a mí? ¿Sabes que ya habrá gente buscándome verdad?- El soltó una carcajada.

- ¿En serio crees que darán contigo? ¿Que alguien vendrá a rescatarte? ¿Tu querido caballero pelirrojo? No lo creo.

- Puedo defenderme hasta que él venga a intentar matarte, creeme, no va a ser tan amable contigo como lo estoy siendo yo ahora.

- Veamos si eres capaz de enfrentarte a uno de los heraldos princesita.- Pienso cargarme a este tío. Cuando terminó de decir eso me lancé hacia el sacando la espada que tenía escondida, el solo me esquivó desenfundando su espada. Comenzamos una árdua pelea que perduró por varios minutos, quizás podríamos haber estado peleando durante media hora, hasta que me acorraló.

- Aquí se acaba tu pequeña actuación mi querida ratita de laboratorio.

- Más quisieras.- Dije, le pegué un cabezazo haciendo que se alejase aturdido y le dí un vistazo a la única salida posible: la ventana. Mientras que la viz de Diluc en mi cabeza me recitaba una lista de motivos por los cuales saltar de un segundo piso sin saber lo que había abajo era una mala idea, mi voz interior me decía que le echase un par al asunto.

𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 - 𝐃𝐢𝐥𝐮𝐜 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐯𝐢𝐧𝐝𝐫 𝐱 𝐫𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora