Capítulo 4: Quítate de encima

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—Ten cuidado Al, no vayas a caerte.

—¿Por qué te preocupas? Estaré bien—Al continuó trepando el árbol, con el estuche de su violín en mano.

—No tienes que probar nada...—hizo una pausa y observó el árbol—Esto ya no me parece una buena idea.

A lo que Al no contestó, rio entre dientes y siguió avanzando. Logró llegar a una rama y se sentó en ella.

Sacó su violín junto con el arco, le arrojó el estuche a Derek, quién apenas pudo atraparlo y se preparó para tocar.
Estiró sus dedos, y tomando con fuerza su instrumento se dejó ir hacia atrás.

—Al...—llamó Derek nervioso, dejó el estuche a un lado y se puso debajo de el por si caía.

Quedó colgado de la rama, de cabeza, con sus piernas, sosteniéndose del árbol.

Se concentró y trató de tocar en esa posición. Aunque la sangre se le subía a la cabeza tocó bastante bien, se equivocó en algunas notas, pero no fue tan malo.

—Te dije que podía tocar de cabeza—dijo Al riendo.

—Sí, sí, tienes razón, lo hiciste muy bien. Ahora bájate—dijo desde abajo, al notar que su rostro se estaba tornando rojo.

—Está bien—pero cuando quiso enderezarse, no pudo. Tenía las manos ocupadas, y no podía levantar su cuerpo.

—¿Qué ocurre? —preguntó al ver qué no se movía.

—...No puedo levantarme—dijo sorprendido.

—¿Qué? —miró hacia todos lados y se preocupó.

Pero Al rio con diversión.

—No te alteres.

—¿Cómo quieres que no me altere? Estás atorado ahí arriba, a casi tres metros del suelo—exclamó seriamente—¿qué pasa si te caes? ¡Vas a morir!

—Descuida—y tratando de mirarlo desde dónde estaba dijo—Atrapa mi violín, su seguridad es lo primero.

—... Está bien—dijo de mala gana. Al tiró el violín y Derek lo atrapó lo más delicadamente que pudo, dejó caer el arco y comenzó a enderezarse.

Pero se mareó al estar tanto tiempo así, y sus piernas y brazos se aflojaron un poco del agarre. Derek palideció y extendió los brazos para atraparlo por si caía.

Alphonse se aferró al tronco como pudo, y quedó colgado, con sus cuatro extremidades, abrazando fuertemente la rama.

—Louis, ¿estás bien? —dijo Derek con suma preocupación. Cuando estaba angustiado o le hablaba seriamente, él lo llamaba por su primer nombre.

—S-Si, estoy bien—dijo, con una risa nerviosa.

—Ten más cuidado—regañó, con las cejas fruncidas.

—De acuerdo—dijo un poco más serio, ante el regaño.

Al logró bajar sano y salvo, pero tuvo una reprimenda por parte de Derek.

Al logró bajar sano y salvo, pero tuvo una reprimenda por parte de Derek

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El músico de la muerte© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora