Capítulo 7: Caer ante la tentación

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Paganini: 24 Caprices, Op. 1: No. 24 in A Minor (Paganini, Itzhak Perlman)


«Noviembre, invierno»

—¿Crees que el piano se rompa si me subo?

—Por favor, no lo intentes.

—Al menos responde mi pregunta—dijo Alphonse, extendiendo las manos sobre la tapa del piano, tocándola con su mejilla, mientras lo observaba con una sonrisa.

—...Tal vez no. Es un piano muy costoso y resistente, así que dudo que se rompa tan fácil.

—Buena teoría, ¿qué tal si la probamos? —y trató de subir una pierna, con la misma posición en la que estaba.

—Alphonse—exclamó seriamente—Prometiste quedarte callado mientras ensayaba, por eso te dejé entrar.

—Ah, está bien. Cómo digas—y bajó la pierna de mala gana.

Derek dirigió de nuevo su mirada a las partituras, con una expresión concentrada y seria.
Alphonse caminó hacia él y se sentó a su lado en silencio, mirando con pereza como leía. Sus ojos marinos, como dos oscuro zafiros, con una sensación misteriosa, observaban con severidad.
Su cabello, de un café tan oscuro que parecía negro, como el intenso color de la tinta.

A Alphonse le fue casi imposible no levantar la mano, sólo mirarlo no le bastaba. Acercó sus dedos y tocó un mechón de cabello que caía sobre su frente, una y otra vez.

—Me gusta tu cabello, Derek. Es lindo.

Pero él sólo lo observó de reojo, en silencio.

"¿Por qué tienes que decirlo así?"

La forma en la que dijo esas palabras, pronunciando su nombre con tanto cuidado, y esa mirada. Coqueta, seductora y serena... así es como la sentía.

—Ahora dime, ¿qué te gusta de mí? —dijo Al al tener su atención. Con una sonrisa perezosa, dibujada en esos exquisitos labios. Su rubio cabello, rizado en las puntas, se veía tan suave y ligero, un tanto despeinado en algunos sitios.

No había cosa que no le gustara, pero no sólo amaba lo que sus ojos venían, existía algo más encantador y cautivante, algo intangible...

—Me gusta oírte hablar—dijo con un tono serio, tratando de calmarse.

Alphonse sonrió ante su respuesta, cerró los ojos y negó con la cabeza. Pensando:

"Me esperaba una respuesta así"

—Me haces quedar mal ¿sabes?, yo sólo dije una cosa de tu físico. No soy alguien tan superficial. Vamos, dime algo que puedas ver, luego yo te diré algo como lo que dijiste antes.

Derek lo pensó detenidamente y lo observó. Levantó su mano derecha, y tocó su mejilla izquierda, deslizando su pulgar hasta la esquina de sus ojos.

—Me gusta tu mirada—aunque en realidad lo que más le gustaba, eran sus labios.

—¿Tengo una hermosa mirada? Que halagador, aunque no sé si cuenta como algo físico—puso su mano sobre la de Derek, impidiéndole mover la suya, y se acercó un poco más—A mí me gusta cuando sonríes. Tus labios se ven muy bonitos cuando lo haces—y levantando la otra mano tocó la comisura de sus labios, viéndolos fijamente.

Derek sintió su corazón más y más pesado, haciendo tanto ruido dentro de su pecho, que incluso creía que Alphonse podría oírlo. Y sin poder evitarlo también miró sus labios.
Siendo el de abajo un poco más grueso, suaves y apetitosos.
Estaba tan cerca que podía besarlo en cualquier momento.

El músico de la muerte© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora