Capítulo 10: Frío [Reescrito]

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"En la oscuridad, en el sufrimiento, en la soledad, y aun en la muerte...él sigue tocando"


Nota: Añadí la continuación de la escena final (escena +18) ya que no salió tan larga. Espero que lo disfruten. Pronto voy a editar este cap y corregír todos los errores.

El frío piso de piedra calaba hasta sus huesos, y la fina ropa sucia apenas lo cubría. Tenía hambre y sed, y su cuerpo no paraba de temblar.

El olor en esa oscura habitación era asqueroso, y el único lugar por dónde entraba el aire, una ventana alta, era demasiado pequeño, dejando pasar míseros copos de nieve.

—Aun estás vivo ¿eh? Maldito...—dijo la voz ronca de un hombre. Con desdén y repudio.

La pesada puerta se abrió, y el sonido metálico apenas alcanzó sus oídos. Su visión estaba nublada, por lo que ni siquiera se molestó en ver quién entró. Todos sus sentidos estaban atrofiados, y su cuerpo no tenía fuerzas ni para levantar una mano...

—Si te juntas con alguien maldito, estarás maldito—volvió a hablar la persona que entró. Se acercó a él y lo tomó del cabello—Él dice que no hiciste nada, que no estás maldito. ¿Qué tienes que decir al respecto?

Pero el joven no dijo nada, y lo observó con indiferencia. No quería hablar con este tipo, era inútil.

—Oh, ¿ahora no quieres hablar? ¿eh?

Y seguido de eso le estrelló la cabeza contra el suelo. La sangre no tardó en brotar, tiñendo de rojo su negro cabello, deslizándose por su pálido rostro.

Se quejó del dolor, pero se mordió los labios, conteniendo su voz. Se negaba a dejar que escuchara sus lamentos, no le concedería ese placer, a ninguno de ellos.

—No importa...lo que digamos, ustedes no escuchan... sólo juzgan. Están llenos de miedo, y se dejan cegar por el...son cobarde...y patéticos—dijo el joven, con voz rasposa y débil.

—Insolente—gritó el hombre enfurecido, y con su puño, lo golpeó en el abdomen.

Él se quedó sin aliento, tosió, tratando de respirar, y contuvo las náuseas y el dolor.

Por un instante miró a aquel hombre, y notó que tenía un palo de madera en la mano, bastante grueso y rústico. Lo escuchó reír, y luego sintió cómo lo tomaba de sus ropas.

—Te daré una pequeña advertencia, para que cuides tus palabras, muchacho asqueroso—dijo en voz baja, con un tono lleno de maldad y perversión.

El joven tosió, tratando de recuperar el aliento, y observó al hombre, sujetando el palo con fuerza. Intentó levantar su mano, pero le fue imposible. El hombre levantó su camisa, descubriendo su espalda, bajó su pantalón y lo movió, dejándolo caer boca abajo. Su mejilla y abdomen tocaban la frialdad del húmedo suelo de piedra, y entre la conciencia y la inconciencia, lo escuchó decir:

—He oído que te gusta que te metan la verga en el culo. Me pregunto, si esta pequeña vara será de tu agrado. Pero primero...

Y su macabra risa resonó, luego de un golpe desgarrador...

Y su macabra risa resonó, luego de un golpe desgarrador

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El músico de la muerte© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora