El músico de la muerte© [Gay]

Segundo Arco | Capítulo 19: Derek...

Esa música... Alguien ¿me está llamando? ¿Eres tú...?

Año 2001~ Actualidad

—¡Ah!

Henrik estaba sin aliento, desplomándose sobre el sucio suelo al sentirse debilitado. Sus manos aún sostenían el violín, temblando por la conmoción. Su rostro era más pálido que un día nevado y su expresión, contorsionada en una mueca miserable...

—Derek...—llamó con tristeza y se acercó a él como pudo, dejando el violín en el suelo.

Su alma había viajado al pasado. No. Más bien su alma vio su propio pasado, su vida anterior.
¿Por qué ahora? ¿Qué pasó exactamente?

Bien...

El alma de Alphonse aguardó en el más allá, cómo en una especie de sueño, esperando el alma de Derek para poder reencarnar junto a él. Pero al nunca llegar las deidades de la vida y la muerte decidieron mandarlo a la tierra, con la esperanza de que ahí encontraría a Derek.
Y así fue. Y cuando sus almas se tocaron, Henrik, quién fue Alphonse en su vida pasada, supo entonces quién era en verdad.

Recordó toda su vida pasada, pero en la realidad solo fueron unos cuantos segundos los que habían pasado...

Derek se veía un tanto alterado, temblando. La sangre escurrió de sus orificios con las violencia y apretó el teclado del piano, haciendo un ruido grotesco.

—¡Alphonse! ¿Estás ahí? Dime dónde estás. ¡¿Dónde?! ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde...?

Henrik tembló involuntariamente al escuchar sus lamentos, erizando cada bello en su piel. Su voz hacía eco, con un tono tan temible y tétrico que sus ojos se humedecieron y comenzó a llorar de la tristeza.

Ahora entendía cómo se sentía Derek. Porque cuando Alphonse murió Henrik volvió en sí, y como una entidad omnisciente acompañó a Derek, experimentando sus recuerdos. Vio como Derek cayó en la desesperación y se suicidó, su venganza, y cómo su alma agonizaba y caía en la locura... Sintió todo lo que vivió, hasta la actualidad.

Sintió el dolor de perder a su ser más amado. El arrepentimiento, la ira, la venganza, la desesperación, la locura...

Cuando Alphonse murió al menos dejó de sufrir y fue al más allá, esperando tranquilamente. Pero los que quedan atrás son los que más sufren...

—Perdóname tú a mí—dijo Henrik en voz baja, tratando de ponerse de pie con la ayuda del piano—No pensé que sufrirías tanto después de mi muerte. Quería consolarte cuando estaba agonizando, pero mi voz no salía.... Quería decirte que todo iba a estar bien...

Se limpió las lágrimas y miró a Derek con una expresión llena de resolución.

—Voy a salvarte Derek. Lo juro por mi vida.

Aún con las piernas temblando recogió el violín y se preparó para tocar.

Lluvia fría en un jardín de gardenias.

La suave melodía del violín se abrió paso a través del frío aire del salón. Derek, quién jadeaba histérico, se detuvo al escucharla.
Todo su cuerpo se paralizó por completo, y sus ojos, carentes de cualquier signo de vida, brillaron con una tenue luz.

Entonces sus manos se movieron por sí solas. Sonrió y mientras miraba cómo sus dedos se movían sobre las teclas, susurró:

—Estás aquí.