Capítulo 11: Malditos

71 16 10
                                    

Sarabande No. 2, Erik Satie

[Alphonse 20 años, Derek 21 años]


De repente se escucha los fuertes aleteos de las aves, asustadas en la oscuridad. Las nubes, que acarician la luna con calma, brillando con tenues rayos de luz, que se rasgan al caer en las desnudas ramas. El búho cantó, y de repente todo se volvió silencioso, dejando nada más que un sonido: las pisadas de los caballos, quebrando las ramas y hojas secas de la tierra.

—Definitivamente estamos perdidos, ¿qué vamos a hacer? —dijo Derek, ansioso, mirando los escasos metros que la lámpara iluminaba, dejando en la oscuridad el resto del infinito bosque.

—Que vergüenza perderse en su propio patio—comentó Al riendo, tratando de aligerar la tensión.

—¿Patio? Tienes hectáreas de bosque detrás de tu casa, ¿cómo llamas a esto un patio? —se quejó—No debimos salir tan tarde, mejor nos hubiéramos quedado en la casa.

Ellos querían discutir una parte de la pieza que estaban componiendo, pero Alphonse quería tocar el violín, sin embargo, era inapropiado a la mitad de la noche. Además, a menudo suelen elevar la voz o emocionarse cuando discuten sobre música.
Alphonse tuvo la idea y logró convencerlo de ir, saliendo en silencio mientras tomaban sus caballos. Pero en la oscuridad, Alphonse se confundió con el camino y ya no sabían dónde estaban.

—Lo siento—dijo Alphonse, bajando la mirada con un suspiro lleno de culpa.

Derek, quién estaba cabalgando a su lado, lo miró, y le habló con un tono más suave:

—Está bien, sé que no lo hiciste a propósito. Yo estoy contigo, así que también es mi culpa. Síganos avanzando, tal vez podamos reconocer alguna zona.

—De acuerdo—respondió suspirando de nuevo.

Tenían cuidado al andar, pero entre más seguían, más desconocido se volvía el camino. Los árboles más tupidos y el viento más silencioso.

—¿No sientes que este lugar te da escalofríos? —dijo Derek en voz baja.

—Si, un poco.

—Será mejor alejarse de esta zona. Podemos buscar un lugar despejado y descansar. Tal vez nos toque dormir en la tierra, pero si hacemos una...

Derek miró hacia adelante mientras daba su opinión de la situación, cuando vio algo extraño en la lejanía, y calló.
El caballo seguía avanzando, pero cuando recobró los sentidos lo detuvo de inmediato, mirando con más claridad lo que veía. Lo cual no podía creer.

Su corazón golpeó su pecho con más fuerza, observando fijamente hacia adelante. Trató saliva y apretó las riendas.

"Esto es..."

Había de todo en su corazón, menos miedo.

Recordó que Al estaba a su lado, pero en cuanto lo vio, notó que él miraba hacia el mismo lugar.

—Derek—dijo Alphonse en voz baja, como si temiera ser escuchado—¿Estás viendo lo mismo que yo?

—Esa persona...

—Persona. Bueno...

—Está muerta. Así que, no es exactamente una persona.

—Si, a eso me refiero, pero... también parece viva—dijo Al.

—...Mm.

—¿Entonces?

—No sé cómo, pero siento que es...

El músico de la muerte© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora