No todas las historias tienen un final feliz...

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Espero que les haya gustado, lo subí para hacer tiempo mientras terminaba de escribir el especial de las 18k vistas (porque ya tenemos 17k)

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Palabras: 1215

Atte: Max West-Allen

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—Dos minutos... si no regreso en ese lapso es porque la misión falló, Eobard logró borrarme de la línea temporal y dentro de pocos minutos ustedes van a desaparecer. Y si eso llega a pasar, quiero que recuerden todos los momentos felices que vivimos juntos

Nunca se les cruzó por la mente que algún día llegarían a este punto, ahora estaban entre la espada y la pared. Un movimiento en falso, un error, y todo lo que sucedió hasta ese mismo punto sería borrado de la línea temporal, como si jamás hubiese existido.

Reverse Flash había regresado, y no fue en vano, esta vez estaba decidido a eliminar a Flash de la línea temporal, ¿Y cómo lo haría? Simple, iba a asesinar al pequeño Barry Allen del pasado, él ya lo había intentado múltiples veces, pero como dicen: "De los fracasos se aprende". Así que esta vez lo haría diferente, esta vez no iba a fallar.

Cada segundo valía oro, Barry conocía perfectamente el precio de no llegar a tiempo. Las veces anteriores había logrado evitarlo, pero esta vez ya no estaba tan seguro de poder lograrlo.

—Los amo... —los miró con los ojos humedecidos, rápidamente todos se acercaron a abrazarlo, menos su pareja.

—No, no digas eso como si fuera una despedida —dice Iris—, tú vas a lograrlo

—Ven aquí cariño —en un ágil movimiento ya la tenía recostada en su pecho, abrazándola fuertemente mientras ésta evitaba mostrar las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos.

—No puedo perderte Barry... No puedo y-yo —antes de decir una palabra más, una voz los interrumpió.

—¿Estás listo, Flash? —esa áspera y gruesa voz la reconocía bastante bien.

—Eobard —su mirada estaba llena tanto de odio como de tristeza. Solo pensaba en que si fallaba la misión... iba a perderlo todo.

—Es hora —con pesar asintió y desvió la mirada a su familia.

—Dos minutos Cisco —le dice a su mejor amigo, quien entre lágrimas programó el cronómetro de su reloj y asintió.

—Nos vemos del otro lado Barry Allen —lo último que vieron fue a dos rayos alejarse a la distancia.

Cada segundo se hacía eterno, el miedo los invadía a todos. Caitlin se acurrucó en los brazos de Cisco, Iris en los de Joe al igual que Wally. El sentimiento de terror recorría por sus venas, y su pulso se aceleraba al ver como el tiempo límite estaba cada vez más cerca.

—¿Cuánto tiempo falta? —pregunta Wally con preocupación.

—Diez segundos —dice Cisco. Todos miraron al punto de partida de los velocistas, esperando a que se abriera esa brecha, deseando en que llegara su amado velocista escarlata frente a ellos.

Cada uno trataba de pensar positivo, querían tener fe, pero con el pasar de los segundos les parecía imposible.

—Tres... Dos... Uno... —miraron hacia la nada, y en efecto, no había ningún rastro de Barry.

—No...

—Iris, hija —Joe la llamó, pero ésta ni siquiera lo volteó a ver. Tenía la mirada perdida y en sus ojos no había más ese brillo que solía tener.

—N-no... —su voz se quebraba cada vez más.

—Iris tranquila —Wally trató de tranquilizarla, pero fue en vano. Caitlin preocupada intentó acercarse, pero la morena se alejó.

—¡No!

Sin siquiera pensarlo, ella corrió, corrió lo más rápido que pudo, no sabía porque lo hizo, pero ella corrió. La fría ventisca empezó a soplar, las nubes se tornaron oscuras y la lluvia empezó a caer.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, ella podía sentir los latidos de su corazón acelerando cada vez más, y ese dolor interno que ni siquiera la dejaba respirar. Las voces de los demás hacían eco en sus oídos, todos trataban de ir tras ella, pero no la alcanzaban.

Era doloroso, ni siquiera quería escucharlos, había perdido al amor de su vida y pronto iba a desaparecer, no sabía cómo sentirse.

Iris corrió hasta que sus piernas le fallaron, cayó bruscamente al suelo hincándose de rodillas y sujetó fuertemente el pasto con sus manos. Un grito desgarrador fue lo único que su familia escuchó salir de su boca. Apretó su pecho clavándose las uñas tratando de lidiar con el dolor, su cuerpo no paraba de temblar y había comenzado a hiperventilar, ella ya quería irse, ya no podía seguir ahí sin él.

Escuchó los pasos acelerados de los demás azotándose en los charcos de agua para llegar hasta ella, hasta que, sin saber por qué, dejo de oírlos, pero solo lo ignoró. Ni siquiera quería voltear, no quería ver a nadie.

Una mano se posó en su hombro, a lo que ella susurró débilmente.

—Déjame sola

Pero esa persona hizo caso omiso, se hincó junto a ella y la tomó entre sus brazos.

—Tranquila cariño —al escuchar esa voz, Iris se separó para ver el rostro de esa persona.

—Barry... —una gran sonrisa se reflejó en el rostro de la chica, mientras que sus lágrimas se perdían entre las gotas de la lluvia. Esta vez fue ella quien lo abrazó tan fuerte que no quiso soltarlo—. Pensé que te había perdido, lo logramos

—No Iris yo... no pude vencerlo —lo miró confundida y asustada. Barry bajó la mirada y señaló sus piernas. Éstas se estaban desintegrando, dejando un rastro de luz azul en el aire.

—P-pero estás aquí ¿Cómo? —las lágrimas y ese horrible sentimiento en el estómago regresaron a su ser. No entendía nada.

—Ni siquiera yo sé cómo es que sigo aquí —susurra—, llegué tarde, él ya me había asesinado —miró sus manos y éstas se iban desintegrando cada vez más rápido—. No tengo mucho tiempo, Iris quiero que recuerdes todos los momentos que pasamos juntos, ¿Sí? prométeme que lo harás, por favor... Te amo —juntaron sus labios en un último beso, ese beso lleno de emociones: felicidad, tristeza, miedo, todas juntas en un solo momento.

—No más de lo que yo te amo a ti... Lo prometo —el velocista mostró una cálida sonrisa, y con sus ojos cristalizados desapareció frente a ella.

Temblando, Iris se dio la vuelta para ver a su familia. Caitlin y Cisco se desintegraron frente a sus ojos, Wally fue corriendo a abrazarla, pero ya era tarde, desapareció antes de tocar sus brazos. Y Joe, su padre, cayó al suelo susurrando con su último aliento: —te amo hija —antes de desaparecer. Iris miró sus manos y éstas ya empezaban a desintegrarse, a su mente le llegaron todos los momentos que pasó junto a su familia: La primera vez que se besó con Barry, el día en el que conoció a su hermano, cuando se volvió miembro oficial del Team Flash, la boda, todas esas memorias comenzaron a volverse borrosas.

—Te lo prometí... Te amo, Barry —susurró al aire antes de desintegrarse.

En todas las historias, el héroe siempre logra salvar el día. Pero en ésta, el villano decidió atacar antes, cumpliendo el propósito que tenía desde un principio: Asesinar a Flash. ¿Quién diría que, en esta historia, este sería el final? Porque lo es... ¿No?  

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ONE SHOTS - ARROWVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora