Min Dumpling ৎ୭ JimSu (resubiendo)

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Terminó de cepillar su cabello castaño frente al espejo y dejó el peine sobre el lavabo, como de costumbre. Se miraba en el espejo y parecía conforme con el usual resultado de las finas hebras de su flequillo cayendo sobre su frente.

Su rostro lucía esponjoso y demasiado bonito para su gusto. Otra costumbre irrompible por más que batallaba contra ella.

― ¿Por qué tengo que tener cara de niñita? - resopló desordenando algunas hebras de su cabello y salió del baño que da a su dormitorio.

Su habitación era ordenada e impecable como siempre, con aquel aroma suyo impregnado en cada rincón, en cada pequeño objeto. Decorada en colores pasteles que le dan un aspecto sutil y acogedor.

Yoongi tomó de encima de la cama el suéter de color blanco perlado que tenía planificado usar aquella mañana, y se lo colocó sobre la camiseta que ya traía puesta. Ocultando los rasgos finos y delgados de su sutil figura bajo aquel suéter de unas tallas más grande que la suya.

Antes de salir del dormitorio, se miraba en el espejo junto al clóset. Y verificaba su apariencia, jeans azul gastado, sus Jordan favoritos y el bonito suéter blanco que su madre le regaló por su cumpleaños pasado.

― Supongo que está bien... - suspiró y mordió su labio inferior. - Si, es como normalmente me visto. - Dijo por último y salió del dormitorio con la mochila guindando de su mano.

En el pasillo observó la luz encendida del baño y bufó. Como casi todo el tiempo llegarían corriendo a clases.

Caminó a pasos fuertes hasta el baño y terminó de empujar la puerta, sorprendiendo al otro que se miraba en el espejo. - ¿Qué demonios haces? ¡Es tarde otra vez! - reclamaba al tiempo que el otro soltó una carcajada traviesa.

― Lo siento, Gigi. Ya estoy listo - apagó la luz del baño y salió empapandose de perfume.

― ¡Yah! ¿Es necesario que te eches esa cosa? - recriminaba yendo tras él, que para el colmo se desvió hasta su habitación. - ¡Joder, Namjoon! ¡Date prisa, ni que estuvieras tan guapo! - exclamó aguardando junto a la puerta.

― ¡Ya voy! - el alfa de cabello negro y raso sale con la mochila sobre su hombro derecho e iba a pasos apresurados. Yoongi rodó los ojos y finalmente fué tras él, para salir del pequeño pero cómodo apartamento donde vivían.

― Serás de los mejores estudiantes, pero joder, eres más quisquilloso que un anciano.

― Solo quiero verme bien. - Dijo y colocó su dedo índice sobre el sensor de la puerta para abrir. - Tú también te tomas tu tiempo, y no se porqué te esfuerzas tanto, ya eres bonito por naturaleza... - añadió terminando de salir del apartamento y caminando ahora por el pasillo que les guíaba al ascensor.

― ¿Bonito o esponjoso? - chasqueó con la lengua y Namjoon rió.

― Bonito, esponjoso y adorable - se detuvo y despeinó el cabello del más bajo.

― ¡Déjame! - se hizo a un lado al tiempo que intentaba ordenarse el flequillo con la punta de sus dedos.

― No entiendo que te molesta de ser un omega tan bonito, Yoongi.

El castaño miraba desde abajo a el alfa que le llevaba una larga diferencia de estatura, e inconscientemente arrugó su nariz.

― El problema es que soy un omega, ese es el problema - Volvió a mirar abajo y subieron al ascensor.

― Pero si ser omega es lo que te hace más lindo.

― Mas débil, más frágil, más inofensivo...

― ¿Cuántas veces hemos hablado de esto? Ya está Yoongi. Eres un omega, no hay vuelta atrás. Acepta tu naturaleza así como ella te escogió a ti.

Yoongi miraba los números descender en el tablero del ascensor y suspiró.

"No, definitivo yo tenía que ser un alfa, no el raro caso de un omega masculino"

De camino a la universidad, ninguno dijo nada. Y Yoongi prefiere callar antes de que Namjoon, comenzara con la plática de todo el tiempo. Ya no valía la pena discutirlo con él.

Y aquel problema no sólo radicaba en la inconformidad que Yoongi sentía acerca de ser omega, sino también en la negativa de su familia en verlo como un hombre capaz de cuidarse por si mismo y ser propiamente independiente.

Desde que se había presentado, sus padres no han hecho más que verlo como a un niño pequeño que amérita sobreprotección, y es algo que también habían inculcado a Namjoon, visto como el mayor de ambos hijos por ser alfa a diferencia de su hermano. Cualquiera que lo vea a simple vista podría también creerlo.

Namjoon reflejaba todas esas características varoniles y dominantes de un alfa; con un cuerpo firme, esbelto y bronceado, además de una estatura ideal, posee esa personalidad que logra liderar a donde sea que llegue.

En su lugar; Yoongi, era pequeño y más delgado, de piel tan blanca y tersa que incluso se puede imaginar que tan suave es, mejillas rosas, cabello brillante y fino. Tan sutil y bonito, que sólo inspiran ganas de consentir y proteger. Aunque él siempre buscaba maneras de ocultar aquella fina figura y los rasgos suaves de su cuerpo con ropa ancha o grande.

Estaba claro que no era posible cambiar su naturaleza, pero si cambiar su entorno. Y es lo que más deseaba, graduarse lo más pronto posible y conseguir un lugar íntimo en el que pueda vivir sin tener que soportar los caprichos de su familia, y sin tener que estar con Namjoon como una sombra tras sus pasos.

Lograr al menos la independencia que necesitaba para hacer su vida como quisiera.

Aunque hasta ése momento era lo más difícil en alcanzar.

No puedo creerlo aún, pero me siento muy inspirada con ésta historia, es la primera vez que escribo JimSu. Auque no es el primer intento :v

No revisé antes de publicar, así que no sé si hay errores :( Mianhae :u

Espero les guste, iré actualizando seguido mientras el universo me lo permita.