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El alfa tomó un largo respiro mientras terminaba de ordenar una pila de libros empolvados dentro de un caja.

El trabajo de ayudar a su madre en la institución ya no le estaba gustando, y recién había iniciado el lunes.

Lo hacía más que todo por matar el tiempo en algo más que quedarse en casa mirando la TV o perdiendo tiempo en las redes sociales. Ya no soportaba estar encerrado tanto tiempo sin nada que hacer.

Sin embargo, su anhelo era poder ejercer el título universitario que con tanto esfuerzo y años de estudio había logrado conseguir, las pasantías que realizó durante el último mes de estudio no le ayudó a conseguir un empleo estable y desde entonces no había logrado ser contratado.

― ¡Mamá ya acabé! - dijo mientras se incorporaba sobre sus pies desde el otro lado de la oficina. - Espero que ya no vuelva a meterme en un nido de polvo - murmuró echando atrás las hebras de cabello que caían sobre su rostro.

― ¿También empacaste los libros del estante de arriba? - ella observó cautelosamente la enorme biblioteca y Jimin asintió.

― Si, mamá -. Tomó la coleta que sujetaba parte de su cabello y volvió a amarrarla formando una pequeña cola de caballo.

― Deberías cortarte ese cabello, con ése aspecto no lograrás conseguir empleo. Eres un adulto, no un adolescente rebelde, Jimin. - La mujer se dio la vuelta y volvió haciendo sonar los tacones de sus zapatos sobre la superficie de porcelana.

El alfa miró el camino por el que su madre acababa de marcharse. Siempre tan obstinante y perfeccionista.

Tal vez podía lucir muy sonriente y amable con los estudiantes y profesores, pero con Jimin, ella era diferente. Siempre había sido así, desde que él era un niño tenía que soportar los tratos hostiles y estrictos de su madre, siempre corrigiendo cada detalle, reprochando y cuestionando sus desciones.  Obligándole a hacer lo que ella deseara.

Jimin levantó la enorme caja para dejarla sobre otra pila en el almacén, y al acabar, sacudió sus manos empolvadas. Y un pequeño estornudo escapó de su nariz.

― Bien, es suficiente polvo por hoy - salió del lugar lleno de libros y cajas cubiertas por el polvo y volvió a la sala principal de la oficina. - Mamá, iré a tomar el almuerzo, muero de hambre - y sin esperar ningún tipo de respuesta, salió de la oficina.

Normalmente solían ir juntos a un restaurant cercano para almorzar, pero hoy el hambre voraz del alfa no le permitía esperar una hora más a que su madre acabara de trabajar e ir por el almuerzo.

"El almuerzo del comedor no debe de ser tan malo"

Mientras iba de camino por el pasillo lleno de estudiantes yendo de un lugar a otro, recordaba sus últimos días de universitario, cuando estaba ajetreado por las evaluaciones y proyectos, cuando corría de una clase a otra y apenas tenía tiempo de charlar en el campus con algunos de sus amigos.

Eran tiempos agitados, y deseaba graduarse lo más pronto posible. Pero ahora sólo deseaba poder volver a pertenecer a aquellos pasillos una vez más.

Las nostalgia de alguna manera lograba conmoverlo.

"¿Ya estoy envejeciendo?"

Suspiró largamente y le sonrió a la nada. No, claro que no era viejo, seguía siendo el mismo Jimin de siempre, juguetón y divertido, lleno de energía y vitalidad. Veintitrés años eran a penas la flor de la vida.

Quizás el ritmo de adulto se tornaba un poco más lleno de responsabilidad y madurez, pero sin embargo, eso no le impedía seguir disfrutando de su juventud en pleno.

Min Dumpling ৎ୭ JimSu (resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora