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Los gritos en las gradas se detuvieron por segundos, al tiempo que el omega flexionaba sus brazos y hacía el tiro definitivo del balón hasta ensestarlo en la red.

En ése instante, el tiempo se detuvo y todo a su alrededor pareció ensordecer, sus manos aún frías y llenas de sudor temblaban mientras veían el balón caer de vuelta al piso.

― ¡Felicitaciones, Min! - aquella alegre expresión seguida de un fuertemente abrazo lo volvió a la conciencia, sintiéndose envuelto en el embriagante aroma a pino que poseía ese alfa apuesto de cabellos menta.

― Kook - susurró recibiendo plácidamente el abrazo del más alto, sintiendo su corazón marchar a mil kilómetros por hora.

¿Finalmente logré llamar la atención de Jungkookie?

De pronto, comenzó a sentirse ahogado, sus pulmones necesitaban aire pero no era capaz de respirar.

― N-no pued.. - en medio de su ahogo logró incorporarse sobre la cama y abrió los ojos. Agitado, tomando gigantes bocanadas de aire. ― Joder... era un sueño. - Pronunció pesadamente, tratando de estabilizar su respiración.

Yoongi miró su habitación iluminada tenuemente por los rayos del sol que lograban colarse por la ventana, estiró sus brazos con pesadez y apartó el enorme edredón azul marino de sus piernas.

― Vaya manera de comenzar el día... - murmuró metiendo los pies en sus pantuflas de osito y caminó arrastrando los pies hasta el baño.

¿Tenía algo pensado para hacer ese día? Debía revisar sus blog de notas para asegurarse de no olvidar que deberes no podía saltarse por nada del mundo.

Pero ahora, lo que más deseaba hacer era jugar una buena partida de baloncesto, aunque de cierta manera la situación le hiciera recordar a su reciente ahogo.

De alguna manera su subconsciente logró hacerle una mala jugada y mezcló dos de los asuntos que últimamente le estaban afectando.

Le hacía falta ir a la cancha y practicar con el equipo, desde que estaba de reposo en casa lo único en lo que podía pensar era en retomar sus actividades deportivas y entrenar para el último encuentro con el equipo de la otra facultad.

Y ahí entraba ese apuesto alfa; atrevido y con aquella vibra de malicia, que más allá de hacerlo enojar de vez en cuando, se adueñaba de algunas de sus fantasías amorosas.

No sabía si quiera como explicarse a sí mismo como era que se había sentido atraído por Jungkook, pero no podía parar de sentirse tonto cuando estaba frente a él, cuando sentía mariposas en el estómago de sólo recordar su aroma.

¿Que tenía Jeon Jungkook que los enloquecía a todos?

¿Acaso era algún estilo de chico irresistuble o un rudo tsundere? A Yoongi le encantaba, y era su único tipo ideal.

Sin embargo, nadie debía saberlo, mucho menos Namjoon. Tan sólo había sido capaz de confesarlo a Taehyung porque él era su mejor amigo, la persona en la que siempre confiaría ciegamente.

Su secreto permanecería así por mucho tiempo, hasta que lograra fugar esos sentimiento por aquel alfa.

Yoongi se había acostumbrado a ser el admirador secreto de Jungkook.

"...él nunca se fijaría en mí".

Exhaló pesadamente y salió de su habitación para dirigirse a la cocina, encontrándose por sorpresa con Seokjin viniendo por el pasillo.

― Buen día, bello durmiente - saludó el mayor dedicándole una bonita sonrisa.

― Buen día... - Yoongi sonrió pero aún así lo miró confuso - ¿Pasaste la noche aquí?

Min Dumpling ৎ୭ JimSu (resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora