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Maratón 1/?

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Yoongi peinaba su cabello frente al espejo, estaba listo para su primer día de clases después de semanas de reposo.

Bonito y esponjoso ― pensó esbozando una sonrisa, recordando una escena muy parecida a esa en un pasado.

Terminó de alistarse, y salió de la habitación luciendo una franela en color menta, jeans rotos en las rodillas y converse negros.

― ¡Namjoon! - le dio un par de toques a la puerta y enseguida fue abierta por el alfa.

― ¿Listo? - Dijo saliendo del dormitorio con su bolso colgando del hombro.

― Si, vámonos. - Afirmó siguiendo a su hermano menor que había adelantado el paso.

Ambos salieron del apartamento y caminaron juntos hasta el ascensor. Parecía que todo volvía a la normalidad, aunque Yoongi no podía negar lo mucho que extrañaba a Seokjin aquella mañana en el desayuno.

Pero no había problema, sabía que tarde o temprano volvería con ellos.

Una vez estuvieron en planta baja, Namjoon y Yoongi se echaron a andar hasta la parada de autobús, como regularmente lo hacían.

― A veces me pregunto ¿Por qué papá no te ha dado un auto aún? - Se quejó Yoongi escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

― Oh, pues supongo que antes te lo dará a ti - respondió seguidamente y el mayor soltó una carcajada.

― Si... por supuesto. - Reprochó.

― Tu eres el mayor - agregó el más alto.

― Pero tu eres el "responsable"

― Ah, vamos. Sabes que soy descuidado a veces, seguro teme a que no sea lo suficientemente cuidadoso como para hacerme cargo de un auto.

― Entonces qué quedará para mí... - murmuró.

― Tal vez sea tu regalo de graduación.

― Jumh, quién sabe - Se encogió de hombros.

Sus padres solían tener la costumbre de darle obsequios a sus hijos a manera de premio por sus logros y buenos comportamientos, a decir verdad, ellos tenían el dinero suficiente como para darles una vida de lujo y derroches, pero habían preferido criarlos con la costumbre de trabajar para merecer las cosas.

De esa manera, buscaban que sus cachorros se esforzaran en conseguir las cosas que quisieran, que demostraran con responsabilidad que eran merecedores de lo que ellos les obsequiaran, para así formarlos como ciudadanos responsables y al mismo tiempo que pudieran valorar cada pequeña cosa en sus manos.

Ellos sólo querían alejarlos de ser vanidosos; criarlos como jóvenes normales con dificultades y esfuerzos propios. Y eso habían conseguido.

Ambos eran humildes y bondadosos, tanto Namjoon como Yoongi apreciaban cada detalle que los rodeara, y jamás habían tenido comportamientos vanidosos o avaros a pesar de venir de una familia con mucho dinero.

Namjoon era un amante de la naturaleza, del arte, era amistoso y siempre estaba ahí para sus amigos, Yoongi; era bondadoso, humilde y a veces un poco inocente. Sin mencionar que ambos eran muy ordenados y amantes de sus estudios.

¿Eran los hijos ideales? Quién sabe, pero, a pesar de no verse con frecuencia; sus padres estaban muy orgullosos de su labor.

― Gigi, por cierto... - habló Namjoon. - ¿Qué tal es Jimin? No me has hablado de él.

Min Dumpling ৎ୭ JimSu (resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora