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La mañana llegó pronto, la noche había parecido larga pero pronto el sol se había apoderado de la faz de la tierra nuevamente.

El alfa aún permanecía dormido sobre el sofá con un brazo colgando mientras apoyaba su rostro contra uno de los cojines color crema.

Había estado toda la madrugada esperando a que Hoseok volviera, y terminó quedándose completamente dormido en la sala.

La luz del sol entrando de frente por todo el ventanal comenzó a molestarle en la cara y se estiró pesadamente.

― Umh… - estrujó sus ojos y se incorporó sobre el sofá. La cabeza le dolía un poco, pero no era nada que con un baño y café no se aliviara. ― ¿Y Hoseok? - se alarmó.

Se supone que había estado ahí esperándolo, pero se había quedado dormido y no supo si había llegado o no.

Entonces, corrió y descendió a la planta baja para ir hasta la habitación del omega y asegurarse de que ya estaba en casa.

― Aah, aquí estás, cabeza de tomate. - Exhaló aliviado, observando al menor envuelto entre las cobijas mientras dormía profundamente.

Se dio la vuelta y cerró delicadamente la puerta para no molestarlo.

― Este mocoso… - bufó entre dientes.

Fue al baño para asearse y luego volvió a la segunda planta del pent-house para preparar el desayuno. Tal vez un buen caldo le caería bien al omega, que probablemente tendría una resaca.

Su vida últimamente era aburrida y solitaria, pero, tampoco era como si necesitaba un omega revoltoso haciendo lo que quisiera, estaba cargando con demasiada responsabilidad y el peso de mantenerlo "a salvo" sólo por petición de su padre.

Era en serio cuando decía que debía cuidarlo muy bien, su familia iba a culpar a Jimin si algo le pasaba, y no era broma.

Resignado, en medio de su introversión; había terminado de preparar el desayuno. Y volvió abajo para despertar al menor.

― ¡Hoseok! - tocó la puerta un par de veces y esperó en silencio. - Debe estar dormido aún… - entró y efectivamente ahí seguía, envuelto entre las cobijas y con la cara escondida debajo de la almohada.

Jimin abrió las cortinas, encendió la luz y finalmente le arrancó las sábanas de encima. ― ¡Jung Hoseok! ¡Levántate son las diez de la mañana! - exclamó de nuevo.

― Ssh, tengo sueño, déjame dormir - se quejó tapando su cabeza con la almohada.

― El desayuno ya está servido, párate. - Ahora le arrancó la almohada.

― ¡Aah! Alfa tonto, dame eso, ¿Por qué hay tanta luz? Me duele la cabeza - lloriqueo haciéndose bolita en medio de la cama.

― ¡Tu eres un omega tonto!, ahora párate y deja de lloriquear, no es mi culpa que te hayas emborrachado anoche. - Se cruzó de brazos con el ceño fruncido mientras observaba al pelirrojo revolverse en la cama.

― ¡No seas molesto! - Chilló - Déjame dormir un poco más ¿Si?

― No, levántate ahora, date un baño y te espero arriba para desayunar ¿Bien? Es una orden. - Le tiró la almohada contra la cara y salió de la habitación. 

Hoseok lloriqueo un poco más y no tuvo de otra que levantarse y hacer lo que su primo le había ordenado hacer, aunque el dolor de cabeza estuviera matándolo.

― Alfa tonto… - murmuró yendo a la ducha.

Una vez estuvo listo, subió a la cocina donde Jimin había servido el desayuno, todo lucia pintoresco y delicioso como siempre, no podía negarse que el alfa cocinaba muy bien, y a Hoseok le encantaba su comida.

Min Dumpling ৎ୭ JimSu (resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora