EFÍMEROS DIAMANTES { #2 Triología Diamantes }

18: "Helado de fresa"

Hoy es la primera pelea oficial desde que entreno a estos hombres y no puedo negar que me muero de los nervios. Espero que todo salga bien y sean vencedores las dos personas de nuestro club que se enfrentarán a otros dos de su mayor competencia.

Los observo calentar por última vez y asiento con la cabeza. Están muy preparados para enfrentarse a esto.

-Escucharme los dos- llamo su atención y me pongo seria, por que me juego mi reputación en esto- antelación, la clave es la antelación, debéis utilizar la mente de la forma en la que os he enseñado. Nada de golpes al azar, observar a vuestro contrincante, analizarlo y cuando sepáis su punto débil, entonces ahí, avanzáis.

- ¡Si Tierra! - gritan los dos a la vez dándome un empujón de adrenalina.

- ¡Subid a ese puto ring y comeros al gilipollas que intente tumbaros!

- ¡Si Tierra!

Chocamos la mano y veo como cada uno se va a su sitio. Uno a las cuerdas del ring y el otro a la espera de su turno junto al resto del equipo.

Me acerco despacio hasta estar en la esquina, donde le están vendando las manos, por que tanto él como su contrincante ya han sido presentados.

Veo claramente como nadie tiene esperanza sobre mi hombre y eso me irrita lo más grande. Pero entonces recuerdo a "Pocho" y una sonrisa sale en mi rostro. Nadie confiaba en él y ganó, ganó callándoles la boca a todos y cada uno de ellos.

Estoy segura que esta vez sucederá lo mismo. Estos chicos han hecho un cambio brutal desde que les entreno, y no es por sonar egocéntrica, pero es la puta verdad. Soy la mejor en esto, y una vez más lo he demostrado.

El combate empieza y veo como sigue mis reglas al pie de la regla, no golpea, solo esquiva y todos se ríen pensando que no sabe hacerlo. Menudos putos gilipollas de mierda, que pedazo de ostia les daba a cada uno en esas caras de cerdos de mierda que tienen.

Mantengo la calma viendo todos y cada uno de los movimientos de las dos personas situadas dentro del ring y es entonces cuando sé que algo cambiará, por que nuestro rival ha tenido un fallo, un fallo en un golpe que puede darnos una ventaja increíble y sé que mi chico lo ha visto.

Si señor, esta es tu oportunidad, pienso por dentro. Y no me falla, en cuanto sus golpes son lanzados una y otra vez contra el rostro del idiota, sé que hemos ganado y con mucha diferencia, y no lo digo yo, lo dice el jurado una vez que hemos acabado el combate.

Ahora ganamos el otro también y habrá sido un bingo impoluto. Que se jodan todos, por machistas cuando en su momento dijeron que no pintaba nada allí. Pues esta chica es la encargada de entrenar a los hombres que les van a meter una paliza a cada uno de los jugadores que tanto os gustan sobre el ring.

Ha llegado la hora de cambiar de cara la moneda en estas peleas clandestinas.

***

- ¡Es que eres la puto mejor! ¡Les hemos dado una paliza increíble! – grita uno de los doce chicos que hay a mi alrededor.

-Ha sido brutal Tierra, simplemente increíble- esta vez habla Rodri estupefacto.

-Os lo dije, si os entrenaba yo, ganaríais.

-No había ganado una sola pelea, y de golpe, llegas tú y me haces ganar la primera.

Me río por que me siento en las nubes. Me están subiendo el ego un montón, y eso que yo justamente muy bajo no lo tengo. Esto es maravilloso. He podido descubrir a lo que quiero dedicarme el resto de mi vida: quiero entrenar a la gente.