42: "Testificaré a tú favor"

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Ha llegado el gran día, el momento de demostrar mis habilidades como entrenadora. Julián me ha enviado un mensaje, asegurándome que se levantaría pronto para entrenar a pesar de que le dije que nada de exponer los músculos en exceso, horas previas a la pelea.

Este hombre hace lo que le da la gana, como siempre, así que ya no voy a interferir, aunque debería hacerme más caso, soy su entrenadora.

-Buenos días- susurra María, bostezando y extendiendo sus brazos.

Le sonrío, extendiendo la mermelada por encima de la tostada que me estoy preparando.

-Buenos días María.

-¿Día duro?- pregunta viendo que no estoy muy animada.

-Pues un poco- admito.

-Pues espero que todo vaya bien.

Me encojo de hombros esperando que tenga toda la razón. El día no parece ser muy bueno, tengo que enfrentarme a Julián, escuchar sus excusas, tengo que verle la cara a Rodri, con lo poco que me apetece.

Básicamente un día de mierda, pero debo soportarlo.

Una vez que he acabado de desayunar, me despido de María, voy al cuarto a por las cosas y me dispongo a salir a la calle, pero por la puerta entra Roxy, con un par de bolsas blancas en la mano.

-Buenos días dormilona, ayer te fuiste a dormir súper pronto- dice dejando las bolsas en el suelo y secándose la frente.

-Estaba agotada.

-Miéntele a otra, ya me contarás cuando vengas.

Ruedo los ojos, sabiendo que tiene razón, que no la he podido engañar.

>>No me ruedes los ojos, sabes que tengo razón.

-Luego te cuento Roxy.

-Así me gusta- admite con una sonrisa de satisfacción.

Medio sonrío negando con la cabeza. Esta chica tiene un don para saber cuando alguien está ocultando cosas, pero yo también, razón por la que sé que tiene grandes secretos ocultos.

-Bueno, voy a irme, luego nos vemos- digo cogiendo la chaqueta que está colgada en la entrada.

-Luego nos vemos, que te vaya bien el día.

-Gracias zanahoria, espero que, a ti, también.

Sin más, le sonrío y me despido de mi chica, salgo por la puerta y disfruto del fresquito que parece hacer hoy, mientras camino dirección al local donde se llevará a cabo la pelea.

Supongo que el placer de sentir el aire a mi alrededor, en otra ocasión me cabrearía, pero hoy, con tal de despejarme un poco, me apetece y todo, raro en mí.

Camino, camino y camino hasta llegar al establecimiento, donde tan solo poner un pie dentro, todas las vistas se dirigen hacia mí. Siguen sin acostumbrarse a mi presencia, pero tendrán que empezar hacerlo, porque no voy a irme.

Saludo cordialmente a los pocos que tienen la educación suficiente para saludarme, al resto, que solo mira o critica, ni les sonrío. Que les jodan, a todos.

-Tengo unas ganas de ver la pelea- exclama tras de mí alguien, asustándome- lo siento, no pretendía asustarte.

Me giro y me encuentro con el rostro animado de Pocho, uno de mis mejores luchadores, y no por su fuerza, por que el pobre tiene poca, si no por su habilidad y destreza.

Ha demostrado a todo el mundo, que no necesitas ser el más cachas para ganar, solo necesitas concentración, agilidad y mucha cabeza.

-Capullo- susurro sonriéndole, mientras palmea mi hombro- espero que todo salga bien, porque está mi reputación en juego.

EFÍMEROS DIAMANTES { #2 Triología Diamantes }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora