Es mi primer día trabajando como jefa de las Diamante, y no puede encantarme más este oficio. Tengo poder, no solo para joder a las personas, si no para ayudar a mis amigas y hermanas a sobrellevar mejor, el hecho de ser tan preciosas.
Tengo mi propio despacho, que está siendo invadido por Mía y Roxy, quienes toquetean todo como si no acabaran de creérselo. Las dos idiotas de mis amigas sacan todos los objetos que hay en cada rincón de mi espacio.
Las quiero, de verdad que sí, pero me están poniendo de los putos nervios. Van de un lado al otro, tocando todo, que estrés de mujeres.
-¿Podéis por favor dejar mis cosas en su puto sitio?- sonrío falsamente, como quien no quiere la cosa.
Me miran como si les hubiera ofendido, manda huevos. Encima que están aquí tocando los cojones, tengo que aguantarlas. Menos mal que las amo.
-Déjanos tranquilas, jefa- dice Mía, devolviéndome la sonrisa falsa.
Ha jugado bien sus cartas, si señor, pero soy la dueña de las indirectas.
-Os ordeno que me chupéis cada una un pie.
Lo digo tan pero tan en serio, que de pronto, paran lo que están haciendo, me miran, y fruncen el ceño a la espera de que haga una broma, pero no lo hago, para poner más tensión al asunto.
-¿Chloe?- pregunta Roxy, esperando a que hable.
-No voy a volver a repetirlo.
-Lo siento morena, ya no soy una Diamante.
Sus palabras duelen, pero es la verdad, Mía ya no es una de nosotras, y no tiene que seguir mis órdenes, igual que tampoco debe hacerlo Roxy.
Es tan raro decir que soy la jefa, pero estoy contenta y feliz de poder cambiar el rumbo de las Diamante. Conmigo no sufrirán ni la mitad de todo lo que han sufrido.
-Es broma idiotas- digo relajándome- como coño vais a chuparme un pie, que puto asco.
-Loca- susurra Roxy.
-Si soy.
-Está zumbada del coco, no sé como la hemos aguantado.
-Por qué me amáis- me levanto del sitio, e intento colocar algunas de las cosas que han estado toqueteando, en su lugar.
Parece que no han visto un despacho en su vida. Madre mía, cualquiera que las vea se piensa que no son civilizadas.
Nada peor que la confianza, que les hace sentirse como en casa, y tocar y coger, lo que a ellas les da la gana.
Lo bueno, es que nunca les diría nada, este es mi despacho, pero también el de ellas, donde quiero que vayan cuando sufran, cuando quieran hablar, o simplemente para relajarse.
Será mi lugar, pero también el de ellas y el de María.
-Eres la jefa- Roxy se sienta en el sofá que hay en una esquina del despacho- es raro, pero me acostumbraré.
-Claro que lo harás- le sonrío desde la distancia- nada va a cambiar, sigo siendo tu amiga.
-Y mi jefa.
-Por lo menos vas a cambiar muchas cosas en este trabajo- asiento con la cabeza ante las palabras de Mía, por que tiene toda la razón- eso les irá increíble a las próximas Diamantes.
Pienso cambiar todo lo que esté a mi alcance, con tal de mejorar el confort y la estancia de las chicas en este trabajo. No quiero que se sientan prostitutas como me he sentido yo en ocasiones.
Quiero que vean el potencial que tienen para seducir, pero sin llegar a nada, como con una simple mirada, consiguen mucho más de lo que ellas realmente creen.
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EFÍMEROS DIAMANTES { #2 Triología Diamantes }
Teen FictionMía y Derek han conseguido vencer todos y cada uno de los obstáculos que se interponen en su amor, o al menos eso piensan ellos. Chloe está hecha un lío en su vida, solo tiene claro un pensamiento: lo ama y no quiere ser su juguete sexual. A veces...