32: "A ti, te van demasiado los ancianos"

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Me levanto cansada después del día tan bonito que pasé ayer, pero toca trabajar e ir al gimnasio, por lo que la pereza, debe quedarse a un lado.

Es así, como me levanto de la cama al escuchar el despertador, lo apago, me pongo las zapatillas de estar por casa, y salgo al salón, donde mis dos compañeras ya están empezando a preparar el desayuno.

Aún no me acostumbro a ver a María en casa, es como si una extraña estuviera invadiendo mi espacio vital.

-Buenos días dormilona- dice Roxy con una sonrisa amigable en su boca- te ha costado levantarte hoy.

-Un montón- estiro los músculos de mi cuerpo mientras bostezo- estoy agotada.

-Pues nos espera un día intenso.

-Ni me lo recuerdes, que me muero de agotamiento de solo pensarlo.

Me dirijo a la cocina y me encuentro a María tostando unos trozos de pan, y cortando fruta fresca. Tiene todo buena pinta, y si siempre que me levante, ella lo habrá preparado, no voy a estar tan mal con su compañía.

-Buenos días- tiene un tono de voz bajo y dulce, me gusta.

-Buenos días María- le devuelvo el saludo- veo que estás haciendo el desayuno, muchas gracias.

-No te preocupes, solía hacerlo en casa también, es una costumbre.

-Me gusta tú costumbre.

Se ríe de mis palabras, pero con buena intención, por lo que le ayudo a acabar de preparar las cosas, y juntas nos dirigimos al comedor, donde Roxy ya tiene la mesa hecha.

-Si que tardáis- susurra una vez que nos ve aparecer.

-Estábamos teniendo sexo, no te jode.

-¡Chloe! Mira que eres bruta.

-Vamos a desayunar, anda.

María simplemente se queda en silencio, observando nuestro intercambio de frases, acostumbrándose poco a poco a mi brutalidad y a la parsimonia de Roxy. Poco a poco se irá haciendo a la idea, hasta que llegue el punto, donde ni siquiera le sorprenda.

-Tenemos que estar a las nueve y media en el gimnasio, y a las doce, en el club- informa mi zanahoria mientras va dando pequeños mordiscos a una manzana- Julián ha llamado esta mañana para decirlo.

-Vaya día nos espera.

-Yo estoy nerviosa- confiesa la nueva- sé que me dará mi primer trabajo, y estoy hasta temblando.

La miro y veo que lo que dice, es completamente verdad. No me había puesto a pensar en eso, pero por primera vez se va a enfrentar al trabajo y no es fácil, pero debe tener claras una serie de cosas.

-Estate tranquila, si me haces caso en lo que ahora te diré, todo saldrá bien- asiente con la cabeza garantizando que me ha escuchado- primero de todo, asegúrate que no invaden tú espacio, es decir, que no te toquen, por que si desde el principio les permites acercarse a ti, durante todo el mes lo estarán haciendo, en cambio si mantienes la distancia desde el inicio, la decisión la tienes en tus manos, y es como debe ser.

Veo que traga saliva, entendiendo que si no me hace caso, esto le costará más de lo que ella ha imaginado. Todo es cuestión de costumbre y dominio, en cuanto la situación la tienes bordada, ya nada se te escapa.

>>Segundo, nada de ir a sus casas desde el primer día, asegúrate que no es alguien peligroso, y si en algún momento debes ir a su casa, avisa a Julián, que te dará un botón de seguridad, y habrá varios de sus hombres en la puerta del edificio, por si los necesitas, no vayas de heroína, porque acabarás perdiendo tú.

EFÍMEROS DIAMANTES { #2 Triología Diamantes }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora