Lleva ignorándome desde que llegué aquí, y de eso ya han pasado literalmente seis meses. No me mira de la forma en que deseo, no habla conmigo a no ser que sea para darme alguna orden y bajo ningún concepto me ha tocado. Me siento mal, quiero que vea como lo hizo esa noche.
Pero, aunque no hay nada que quiera más que eso, va a ser que no va a puto suceder. Aunque intente provocarlo, no lo logro, así que mi nueva misión es sencilla: olvidarlo. Bueno más bien es difícil, pero lo conseguiré. Porque sufrir por un hombre que se acuesta con una mujer diferente todos los días, que hace tríos y orgías cuando le da la gana, que no sabe lo que es hacer el amor, no vale la pena.
Tendré dieciocho años, pero tengo muy en claro lo que quiero, y es a él, pero como no puedo, solo quiero quitarlo de mi cabeza. Es un anciano para mí, un maldito anciano caliente que hace que me ponga muy mojada. Maldita sea su cara y su maravilloso cuerpo.
-Venga va, acepto- por fin se amina hacer algo más que ver películas y comer fruta.
- ¡Si señor Roxy! - digo pasando la mano por su hombro- es tu cumpleaños, hay que celebrarlo a lo grande.
Sonríe y se lo devuelvo porque hoy es un día especial para ella y como no tenemos nada que hacer, voy hacer que disfrute como nunca antes. Veintidós años no se cumplen cada día. Me encanta esa jodida frase, es la excusa perfecta para celebrar cada año a lo grande.
-Pero sin alcohol.
-Sin alcohol, no hay diversión.
-Mi cumpleaños, mi decisión- añade señalándome con su dedo.
-Vale, vale- me rindo levantando las manos- tú mandas.
-Así me gusta.
Río y corro hacia mi armario porque después de seis meses de convivencia, sé que va a ponerse ropa fea y poco ajustada. Y lo que quiero es que haga todo lo contrario. Hoy quiero que sea Roxy y no Ágata. Quiero que disfrute y voy a encargarme de ello.
Miro todos los vestidos, pero ninguno me llama tanto la atención hasta que veo uno que nunca nos hemos puesto porque representa que está guardado para una situación especial. Y esta lo es, vale que no es lo que tenía pensado Julián. Pero anda y que le jodan al viejo este.
-Este, este es el vestido.
Lo miro fijándome en cada detalle y sé que es el adecuado. Es rojo, a conjunto con su increíble pelo color fuego. Tiene un escote maravilloso que no parece nada vulgar, llega justo encima de las rodillas y es ajustado. Le quedará increíble.
-Chloe ya estoy- dice entrando a mi habitación.
Niego con la cabeza porque evidentemente iba a ir vestida súper informal. Lleva un simple vaquero y una camiseta básica blanca de manga corta. Ni siquiera los zapatos negros que lleva son bonitos. Por lo menos lleva maquillaje y el pelo ondulado. Algo es algo.
-De eso nada querida, vas a ponerte este vestido.
-Estoy cansada de llevar vestido, no quiero más, es mi cumpleaños y quiero ser yo misma, y así me siento cómoda- pide con toda la sinceridad del mundo- tú eres explosiva pero yo soy básica, y esta es mi ropa perfecta.
Me lo pienso durante unos instantes, pero entonces lo entiendo. Cada uno es como es, y ella se siente malditamente cómoda de esta forma, y yo no soy nadie para cambiarla. Me gusta como es, así que, si quiere salir de fiesta con esa camiseta y ese pantalón, va a salir así.
-Tú noche, tu cumpleaños, tus normas- acepto rendida- pero yo voy a ponerme este vestido rojo putón.
Veo como rueda los ojos mientras me cambio y es ella quien me ayuda a subir la cremallera porque realmente es apretado y ajustado. Marca cada centímetro de piel del cuerpo, y me gusta. Me gusta mucho. Me siento poderosa, mucho más de lo que ya lo soy, y mira que eso es difícil.
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EFÍMEROS DIAMANTES { #2 Triología Diamantes }
Novela JuvenilMía y Derek han conseguido vencer todos y cada uno de los obstáculos que se interponen en su amor, o al menos eso piensan ellos. Chloe está hecha un lío en su vida, solo tiene claro un pensamiento: lo ama y no quiere ser su juguete sexual. A veces...