The Guy of Tattoos© (Cancelada)

Capítulo 7.

Opal caminó detrás de Athan hasta llegar a donde estacionó la moto. Se sentó en la parte trasera y rodeó el torso del chico con sus brazos sin darse tiempo a pensar siquiera. Se sintió incómoda  y avergonzada luego de eso, porque lo hizo como si llevara años haciéndolo en vez de dos veces solamente, aunque pareció que Athan no lo notó o no le importó. 

-¿Donde vives? -escuchó decir a Athan por encima del ruido del motor. 

-Mulberry Street, cerca de Duluth Heights Park -dijo preparándose mentalmente para recibir el viento gélido contra su rostro. 

Veinte minutos después, Opal le dijo la dirección para así apagar el motor delante de su casa. 

Impulsandose por los hombros de Athan, se levantó hasta tener ambos pies sobre la acera. Miró hacia el chico de tatuajes, el cual la miraba sin expresión en el rostro. 

-Mañana, diez de la noche, te paso a buscar, ¿de acuerdo? -dijo. 

Asintió, pensativa 

-¿Puedes darme una pista de a donde iremos? -preguntó frunciendo la nariz. 

Athan levantó una ceja mientras sonreía de lado casi imperceptiblemente. 

-Solo te diré que no lleves nada de valor, ni uses ropa de niña buena y que descanses, será una larga noche -le guiñó un ojo y encendió el motor de la moto para luego salir a toda velocidad por la calle. 

Opal se quedó quieta, mirando por donde se fue Athan, boquiabierta. Estaba sorprendida y todos los sinonimos de esa palabra. ¿A qué iba eso? 

Sacudiendo la cabeza, caminó hasta la puerta de su casa para abrir y cerrar detrás de ella, con la imagen del chico de tatuajes guiñandole rondando en su mente. 

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Caminando por los corredores del colegio, Opal vagaba en su cabeza, intentando decidir si hablar con Cloë sobre esa noche. Había hecho una lista mental de pros y contras, y hasta ahora iban ganando los contras. 

-¡Opal! -se giró al escuchar su nombre. Su mejor amiga corría hacia ella con su cuaderno en los brazos y agitada -. Jesus, Opal, caminas demasiado rápido -jadeó una vez que la alcanzó. 

Sonrió divertida. 

-O tu tienes un horrible estado físico, Cloë.

-Ya -tomó una profunda respiración -, ¿vas a la cafetería? Porque es por allí -señaló a sus espaldas. 

-No, iba al patio, ¿vienes? 

-¡Claro! -sonrió enganchando su brazo con el suyo - Por cierto, hay algo que quiero decirte... 

Opal levantó una ceja sin dejar de mirar hacia adelante. 

-Genial, porque yo también debo decirte algo. 

-¿Tiene que ver con Athan Demain? 

Opal se paró para mirarla con el ceño fruncido. 

-¿Qué? -preguntó a la defensiva - Vamos, Opal, te conozco mejor que a ti misma, y ese chico esta rondando en tu cabeza, lo sé. 

-Bueno, te equivocas -mintió -... Pero sí tiene que ver con Athan. 

-Lo sabía -Cloë sonrió con suficiencia. 

Caminaron hasta el portón azul y salieron al aire libre para luego sentarse en una de las bancas. El clima ese día era más cálido, aunque seguía corriendo viendo, el sol mantenía el ambiente a una temperatura soportable con un jersey y chaqueta.