Capítulo 20.

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¡Lean N/A, por favor!

Al terminar con la práctica, Opal se retiró hasta donde había dejado sus cosas para quitarse los guantes y tomar agua mientras que Athan estaba intercambiando unas palabras con Tahiel. Este mantenía el ceño fruncido, atento a las palabras que le decía el chico de tatuajes. Una vez que la conversación de ambos acabó, Athan se dirigió hasta la castaña y le indicó para que salieran afuera. Opal saludó a Sora y se encontraron con el viento fuerte del pleno otoño. Los árboles de su alrededor ya se encontraban desnudos, con las ramas secas y quebradizas. En el suelo se arremolinaban las hojas marrones provocando que una choqué contra su zapatilla deportiva.

Sacudió el pie para quitarsela y siga el rumbo del viento.

Ambos caminaron hasta llegar a donde estaba la moto estacionada, solo unos pasos dejos. Athan se subió primero y la castaña lo siguió colocando sus brazos alrededor del torso del chico de tatuajes.

—Quiero volver a Black Flag -dijo Opal desde atrás haciendo que Athan gire la cabeza para mirarla con el ceño fruncido.

-¿Por qué?

-Quiero conocer más de tu mundo, ya que tu no me dices nada -se encogió de hombros.

El chico de tatuajes clavó sus ojos negros en ella mientras parecía analizar la declaración. No le agradó, de eso Opal estaba segura, pero parecía que tampoco quería negarse. Dudó, meneó la cabeza y soltó un suspiro como si la pelea interna se hubiera acabado.

-De acuerdo -dijo finalmente, provocando que una sonrisa triunfadora se esconda en los labios de la castaña -, pero -la miró con una advertencia en la mirada - habrá más reglas que deberás seguir si vas.

-¿Por qué? -ahora ella frunció el ceño.

-Es la condición -dijo ignorando su pregunta.

-Bien -aceptó con un bufido.

Athan asintió e hizo ronronear a la moto para luego salir andando entre las calles. Opal, a pesar de estar sudada, sentirse sucia y asquerosa con la tela de su sudadera gris en contacto con su piel, disfrutó el viaje de vuelta a casa con la mejilla sobre la chaqueta negra del chico de tatuajes, apreciando el viento de la velocidad y la leve vibración que transmitía la moto bajo de ella. Cerró los ojos y dejó su mente divagar por donde quisiera, sintiéndose de repente demasiado cansada como para luchar contra sus pensamientos.

-Niñata, no te duermas o te caerás de la moto -escuchó que dijo Athan cuando esperaba que la luz del semáforo cambie a verde.

Opal sonrió y apretó más sus brazos alrededor del torso de él, sintiendo la musculatura a pesar de las capas de ropa.

El chico de tatuajes paró la moto frente a la casa de Opal y espero a que esta bajara. La castaña acomodó su bolso en su hombro y miró hacia Athan.

-Gracias por traerme -dijo -, no creo que hubiera llegado del todo si venía en autobús.

El chico de tatuajes rió por lo bajo y estiró el brazo hasta que acercó a la castaña hasta él.

-Si, ahora ve a descansar y acuerdate que el martes esta el examen de física...

-Oh dios, cierto -gimió Opal cerrando los ojos. Había olvidado por completo aquello luego de tanta movida en los últimos días.

-¿Necesitas ayuda? -preguntó Athan.

-No, sé el tema, pero no he practicado nada -sonrió avergonzada.

-Hazlo luego de dormir un poco, ¿quieres? -acercó su rostro al de ella, por lo que Opal se dejó hacer.

Asintió y sus labios hicieron contacto con los del chico de tatuajes. La suavidad hizo que su cuerpo se sacuda y quiera más que solo un rose. Pasó su mano por la nuca de Athan mientras que este pasaba su brazo alrededor de su cintura y apretandola más contra él, haciendo que la rodilla de la castaña choqué contra el metal de la moto. Opal sintió la calidez de su boca, su sabor, y creyó que terminaría hecha un charco ahí mismo. No recordaba que nadie a quien ella haya besado -los cuales no eran muchos a decir verdad- lograran aquellos efectos con solo tener sus labios unidos.

The Guy of Tattoos© (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora