A la mañana siguiente, Opal se despertó por un horrible golpe en su puerta. Su cabeza martillaba por la resaca, así que aquel sonido irritante era como si un piano cayera sobre su cabeza una y otra y otra vez.
—Adelante —dijo con voz ronca y acomodándose mejor en su cama.
La puerta se abrió de un golpe hasta chocar contra la pared. Dos personas entraron como remolinos, haciendo que Opal se sobresalte.
—¡Estas demente! —gritó Wested rojo de cólera.
—¡Cálmate, por favor! —exclamó Cloë frunciendo el ceño a su novio.
Opal los miró con los ojos entrecerrados por el dolor de cabeza.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó entre un bostezo mientras que miraba su celular —. Son las once de la mañana, un sábado.
—Quiero una explicación coherente del por qué te fuiste a Dios sabe donde con Athan —exigió Wested entre dientes.
Opal levantó una ceja y miró a su mejor amiga, la cual se disculpaba con la mirada. Sacudió la cabeza y se sentó mejor en la cama, para luego mirar a su mejor amiga enojada.
—No debo dar explicaciones de nada a nadie. Sí, fue imprudente, pero estoy sana y salva, y hacía mucho que no me divertía.
Wested soltó un gruñido.
—Bien. Entonces, si fue tan divertido, ¿a dónde fueron?
Opal se mordió el interior de su mejilla, intentando pensar en una respuesta que no lo haga querer asesinarla, pero su cabeza dolía tanto que era imposible concentrarse.
—Ya, Wes, cálmate —intervino Cloë al ver que su amiga no contestaría —. Está bien, con unas ojeras horribles, pero entera.
Wested miró a su novia y luego a su mejor amiga. Se pasó la mano por el cabello castaño claro mientras dejaba salir un suspiro.
—Pudo haberte pasado algo...
Opal sonrió de lado a la vez que rodaba los ojos.
—Pero Athan me cuidó a la perfección, no es tan malo como creen —dijo pero su mente recordó la pelea, sus ojos fríos y vacíos de humanidad, por lo que apartó aquellas imágenes en seguida.
—Lo dudo —murmuró por lo bajo el chico.
El tema quedó zanjado. Wested, luego de estar media hora hablando y disculpándose por haber tenido que ocultar su relación con Cloë, se fue ya que su padre lo esperaba para ir a pescar.
Cuando la puerta blanca se cerró, la habitación quedó en un silencio profundo, al menos hasta que se escuchó de lejos la puerta principal.
—¡Tienes resaca! —gritó Cloë saltando de su lugar y acomodándose mejor frente a Opal en la cama.
La chica rió fuertemente al ver la cara iluminada de Cloë.
—Me mata la cabeza —dijo sincera.
—Ahí te traigo una aspirina y me cuentas todo lo que ocurrió —corrió para salir del cuarto para en segundos volver con un vaso de agua y una pastilla en su mano.
Opal lo aceptó, feliz de que aquel dolor de cabeza se pase.
Comenzó a narrar sin saltarse ningún detalle. Cloë, quien estaba sentada con las piernas cruzadas frente a su mejor amiga, abría la boca como un pez sin decir nada en cada momento que explicó la pelea. Luego siguió con lo de la fiesta y le contó las cosas que le había dicho antes y después de sacar a bailar al chico de tatuajes. Cloë no cerró la boca hasta que le explicó lo que tuvo que hacer para subir a su habitación sin hacer ruido.
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The Guy of Tattoos© (Cancelada)
Teen FictionEl chico malo, la chica buena. El misterio, la curiosidad. El gato y el ratón. #31 en Novela Juvenil. 09/12/15. #51 en Novela Juvenil. 29/05/16. Novela registrada es SafeCreative. Prohibido la copia total o parcial de la obra. Código: 1503303722543...