The Guy of Tattoos© (Cancelada)

Capítulo 26.

En multimedia el BookTrailer hecho por una Tattooser♥

Opal logró estar lista cuando Athan le avisó que ya estaba esperándola abajo. Se miró por última vez en el espejo. Su cabello estaba con ondas y llevaba unos jeans negros humildemente ajustados, una remera sin mangas y roja suelta que si no tenía cuidado, dejaba la mitad de su abdomen al descubierto. Se colocó su chaqueta negra y caminó a través de la habitación hasta llegar a su celular y guardarlo en uno de sus bolsillos.

Bajó y se despidió apresuradamente de sus padre. No quería que vieran que se iba con Athan, menos que se iba a ir montada en una moto.

—Ten cuidado, Opal —le dijo su padre con una expresión de preocupación.

—Lo tengo siempre —sonrió levemente antes de abrir y cerrar la puerta tras ella.

El viento frío del invierno la azotó y tuvo cuidado por donde pisaba, ya que el piso tendía a volverse resbaloso y con una fina capa de hielo. Miró hacia el Jeep aparcado frente a su casa y se dirigió hacia él. Entró a la camioneta y miró al chico de tatuajes con una ceja en alto.

—Supuse que a tus padres no les haría gracia que te subas a una moto frente a sus narices —se encogió de hombros poniendo en marcha el Jeep.

—Lo has supuesto bien —sonrió Opal echándole una mirada a pesar de la tenue oscuridad que los rodeaba.

Su cabello ligeramente largo estaba desordenado y unos mechones caían sobre su frente. Traía su habitual chaqueta negra y unos vaqueros grises.

—Niñata, será mejor que dejes de mirarme de esa forma o llegaremos tarde a la fiesta.

Opa apartó la mirada apretando los labios y sintiendo que la sangre se acumulaba en sus mejillas.

—Esta bien —murmuró y subió el volumen de la radio, donde pasaban una canción de indio rock. Cualquier otra distracción era mejor que pensar que el chico con el que salía era jodidamente caliente.

—Por cierto, ¿tus padres han hecho algún comentario por nuestro encuentro de esta mañana? —preguntó Athan echándole un vistazo.

La castaña se reclinó en el asiento y entrecerró los ojos hacia la calle frente a ellos.

—Básicamente, mi padre me interrogó y mi madre quería que te invitara a una cena familiar.

—Oh —dijo y el vehículo quedó en silencio por unos segundos más hasta que siguió —. ¿Y qué les dijiste?

—No te asustes —rió levemente —, solo les dije que solo eras un amigo y mi tutor aunque dudo mucho que me hayan creído, y lo de la cena familiar..., haré lo imposible para que mis padres no se acerquen a ti.

Athan no dijo nada y solo condujo con una canción de Bastille de fondo. Ya cuando Opal comenzó a pensar que había dicho algo malo, él detuvo el Jeep frente a su departamento y apagó el motor. Miró hacia ella y estiró su brazo hasta el respaldo de la castaña, inclinándose más cerca. Opal podía escuchar la música alta y vio de reojo a varias personas en el patio delantero, pero no les prestó atención.

—Escucha, no quiero que me malentiendas —dijo frunciendo el ceño levemente —. Si fuera otro tipo de... chico, seguramente no tendría problema en pasar una noche con tu familia. Pero no lo soy. Yo no les agrado a los padres, niñata, y si ellos llegasen a conocerme solo un poco —soltó un suspiro sacudiendo la cabeza —..., ellos no te dejarían estar conmigo. Y no pienso jodidamente a arriesgarme a eso.

Opal mordió su labio inferior, sin saber que decir exactamente, porque tenía razón. Si sus padres descubrían con quien salía realmente, estaba segura que su padre se encargaría de implantar un maldito GPS en su cabeza. Así que solo apoyó una mano en su mejilla y se inclinó hasta que la distancia entre ellos se rompió y sus labios se acoplaron.