Quiero Amarte#3 Trilogía EDL

Capítulo 4 Jayson

El jodido reproche de Jack, porque eso era lo que había sido, no nos íbamos a andar con tonterías, había dado resultado. Y antes de disfrutar de mis merecidas vacaciones en un yate gigante perdido en el océano o en una isla desierta iba a pasar un par de semanas en Boston. Solo viajaba yo, Jack sorprendentemente, pensé irónico había decidido quedarse en Londres. Decidí alquilar un avión privado, no quería llamar la atención de nadie, ni de la prensa ni de ningún fan; me gustaba tener contacto con ellos sobre todos si eran niños, me veía reflejado, pero cualquier foto mía en redes me situaría hora y momento para los paparazis y curiosos.

– ¡Eh, Jay! – escuché a lo lejos en el aparcamiento. Iba con un gorra y unas gafas de sol por lo que no me preocupaba mucho que me reconocieran. Además, no era el único en el mundo que respondía a ese nombre.

Me giré, y tal y como habíamos hablado allí estaba Colin, me hizo un gesto con la mano y tirando de la maleta que llevaba, además de una mochila a mi espalda, me encaminé hacia él. Nos veíamos mucho menos, pero Colin seguía siendo uno de mis grandes amigos, y siempre estaba tanto en los buenos momentos como en los jodidamente malos. Igual que yo había estado, aunque no de forma física, cuando lo suyo con mi prima se había puesto demasiado feo.

– ¿Qué tal, tío? – le saludé con un abrazo – Estás más viejo. Los críos te tienen estresado, eh – me reí en referencia a su trabajo.

–No lo creas, la mayoría flipan con que su profesor de historia sea el mejor amigo de Jayson Brown – se burló – Aunque si agradezco estar casi tres meses sin volver a pisar el instituto.

Ambos nos reímos, y no tardamos en subirnos al coche de Colin, me iba a quedar en su apartamento, podría hacerlo en un hotel o en casa de mi hermano, pero prefería el modesto piso de mi amigo sin duda. Aunque el idiota se burlaba sobre si podría vivir más de un día sin todos los lujos de mi mansión. Ir a la casa de Andrew no era una opción, había vuelto de visita, un par de veces contadas, pero nunca había vuelto a pasar ni una puta noche allí. Y aunque lo había meditado, y estaba entre mis próximas inversiones, todavía no me había animado a comprar una casa en Boston. Sentía que si lo hacía habría algo que me uniría más a todo lo que aquí había, incluido mis jodidos recuerdos.

– ¿Has visto ya a Evan? – pregunté cambiando el tema de conversación.

–No que va. Está muy ocupado visitando a la familia de Kiara – sonrió divertido. Evan había viajado una semana antes que yo.

–Cómo ha cambiado – me reí yo también.

–Aunque si he hablado con él, y esta semana hay salida de solo tíos – informó Colin.

–Me parece bien – me encogí de hombros.

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Durante los dos siguientes días hice todo lo posible por mantenerme ocupado. Mi madre me había llamado para verme, Harry también, y por supuesto también recibí la llamada de Helen. A los tres les respondí lo mismo, los vería en el cumpleaños de Arthur. Y el día era hoy, había aprovechado la mañana para ir a comprar su regalo, un circuito de coches, mi sobrino estaba loco con cualquier objeto de cuatro ruedas.

No estaba nervioso por encontrarme con mi familia, pero las cosas habían cambiado desde que me fui. Lo hice en un momento en que la tensión que nos rodeaba estaba a punto de estallar, bueno de hecho estalló, y eso había hecho que las relaciones fueran más tirantes que nunca. La distancia no había hecho que se solucionara aquello, y yo tampoco tenía demasiado interés en hacerlo... o al menos no con todos.

– ¡Jay! ¡Tío Jay! – escuché gritar respectivamente a dos voces agudas nada más entrar en el jardín de la casa. Mi hermano y Nicole se habían comprado hace un año un pequeño chalet más alejado del centro de la ciudad que su apartamento, pero bastante más grande y cómodo para su familia cada vez más grande.